José Daniel Cartagena Valle, de 11 años, regresó el sábado 26 de septiembre a su casa en la lotificación Cutuco, en La Unión, tras permanecer más de una semana internado en el hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, en San Salvador.
El pasado lunes 14 de septiembre, mientras jugaba se cayó en una rama y se le incrustó una estaca en la parte izquierda del rostro. El menor fue auxiliado por un grupo de policías que logró cortar con una sierra una parte del palo.
El menor, que fue llevado con la estaca atravesada, permaneció 14 días ingresado en el hospital, donde un equipo de especialistas logró retirársela. Actualmente se encuentra en recuperación en su casa rodeado de su familia.
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Sobrevivió a un trágico accidente, dice su familia, un pedazo de palo que se atravesó que le fue retirado y no le causó graves daños. Le atribuyen a un milagro y recompensa de Dios por tantas oraciones donde suplicaban que Danielito quedarán bien de la cirugía.
“Hasta los doctores me dijeron que mi hijo era fuerte; es un milagro de Dios que le ayudó a sobrevivir”.
Daniel es un niño dinámico que asiste a la Iglesia y participa en todas las actividades, además, es amigo de los policías que están destacados cerca de su vivienda. Con toda tranquilidad comparte su amarga experiencia, aprovecha para agradecerle a Dios, a los agentes y a los médicos que lo intervinieron.
“Traté de saltar de una rama del palo hacia otra y es ahí cuando me deslicé y sentí que se metió algo en la cara, recuerdo cuando los policías llegaron auxiliarme, estoy muy agradecidos con ellos, son mis amigos”, agregó Daniel.
A Daniel le encanta leer la Biblia entretenerse en las actividades de la Iglesia donde asiste.
La madre Gisela Geraldine Valle de Cartagena recuerda ese lunes por la tarde cuando su hijo gritaba pidiendo auxilio atrás de la casa donde se cayó. “Me descontrolé de los nervios al ver a mi hijo en esas condiciones, pensé que se moriría, pero mi familia me decía que confiáramos en Dios que todo saldría bien”.
“Es un milagro no se le dañó el oído, la garganta ni la mandíbula, solo una parte del nervio facial se afectó, su boquita le quedará un poco desviada; él puede hablar y comer, le hicieron una traqueotomía, poco a poco se recuperará”, agregó la madre.
Gisela, que se dedica a la venta informal en el mercado de La Unión y es madre de cuatro hijos, dice que la emergencia por el COVID-19 le afectó mucho a su pequeña economía, ahora tiene que tratar de ahorrar para viajar a San Salvador para cumplir con las citas que le dejaron a su niño.
Quienes deseen colaborar con la madre del menor de edad pueden comunicarse al número de teléfono 6134-8005.