Como cada año, al comenzar la temporada navideña, comienza la venta de árboles navideños para decorar algunos los prefieren artificiales pero hay quienes buscan uno natural.
Muchos podrían pensar que se trata de una siembra que solo se desarrolla en otros países, pero desde hace varias décadas la familia Trigueros se encarga de este cultivo.
La plantación y venta de cipreses canadienses en el país, negocio de José Trigueros, un éxito desarrollado desde hace 30 años, y por lo que es famoso en Los Planes de Renderos.
Estos árboles son muy solicitados en la temporada navideña, ya que muchas familias los compran para decorar sus hogares, por su belleza. La Finca San Antonio está ubicada en el kilómetro 5 de la carretera que de San Salvador conduce a los Planes de Renderos.
“Los primeros clientes que tuvimos eran estadounidenses que vivían en nuestro país”. Hoy por hoy se ha convertido en una tradición la decoración de este tipo de árbol para la época.
Todo empezó como un experimento de María Trigueros, una exempleada de la embajada de Estados Unidos en el país, a quien constantemente le preguntaban dónde se podía conseguir un árbol natural para diciembre.
Debido a la necesidad vio un negocio, ella consiguió semillas de cipreses de diferentes países, pero fue la especie canadiense la que finalmente se reprodujo aquí.
Con el paso del tiempo fue José Trigueros, sobrino de María, la salvadoreña visionaria y emprendedora quien retomó el negocio. “Yo soy amante de la agricultura siempre me fascinó y cuando mi tía falleció yo retomé el negocio”.
Actualmente, la demanda es mucho mayor, ya que los pedidos inician desde octubre. “Nuestros clientes visitan la Finca San Antonio y eligen el árbol que más les gusta”.
La plantación en almácigo es la primera etapa en el cultivo del ciprés canadiense, en la que don José pone mucho esmero para que se reproduzca esta especie de árbol que es toda una tradición en la temporada navideña.
Al alcanzar esa edad y estatura, los cipreses pasan al área de vivero. En el vivero son fertilizados, se limpian y se controla que no los afecten las plagas.
Después de un año son sacados al sol, en un área boscosa cercana, donde aguardan otro año mientras se desarrollan.
El ciprés canadiense es una especie que crece entre dos y tres metros de altura. Su desarrollo tarda alrededor de tres años, para poder ser vendido. Los precios oscilan entre $75.00 y $150.00.
José asegura que el día que él falte serán sus hijos o nietos los que quedarán a cargo del negocio y esta tradición continuará. “No importa si es un árbol natural o de plástico, lo importante son los valores que podemos compartir en
familia en esta bonita temporada”.