Anciano espera bus a las dos de la mañana para no perder su cita de vacunación

El octogenario, que temía dormirse, fue auxiliado y llevado a las dos de la madrugada por la policía local al hospital para que recibiera la inoculación

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Foto de referencia de médicos que dan atención sanitaria en un hotel de España que ha sido adaptado para recibir pacientes estables de Covid-19 mientras esperan su recuperación total. (Photo by PAU BARRENA / AFP)

Por Agencias/ EFE/ Evelia Hernández

2021-11-18 10:12:09

Mientras hay personas que se niegan a vacunarse en España,  los adultos mayores (la población más vulnerable a complicarse por covid) son capaces de salir de madrugada de casa para no perder su cita de vacunación. Cuando un  hombre de 89 años  salió en la madrugada a esperar el autobús y tener acceso a la aplicación de la vacuna. El hecho sucedió en Lugo, una provincia de España.

El adulto mayor fue encontrado sin abrigo, a pesar de las bajas temperaturas, el hecho fue registrado la madrugada de este jueves, sobre las 1:45 a.m. en la calle Montero Ríos, cuando una patrulla del Grupo Operativo Nocturno de la Policía Local de Lugo observó a un hombre de avanzada edad que caminaba con dificultad.

Según comentó la Policía Local, el octogenario estaba esperando el autobús, por temor a dormirse y perder su turno para vacunarse. Los agentes relataron que acompañaron al adulto mayor al centro hospitalario para que fuera examinado en su estado de salud y  esperar su turno para ser inoculado.

Los policías señalaron que el octogenario no llevaba ropa de abrigo y "a temperatura era muy baja". El hombre les dijo que no deseaba volver a su domicilio porque tenía "miedo a quedarse dormido y perder la cita", por lo que quería permanecer en la parada del autobús hasta que pasará uno que lo llevase al hospital HULA.

La patrulla realizó investigaciones y constató que el adulto mayor no estaba registrado como desaparecido, por lo que convencieron al octogenario para que les acompañará al HULA, donde podía esperar a vacunarse.

Finalmente, el adulto mayor quedó al cuidado de personal sanitario para la realización de una exploración médica, informaron las fuentes municipales.

Con la incidencia de casos de COVID-19 marcando récords y la de mortalidad subiendo, varios países de Europa Central están aprobando duras restricciones, hasta el punto de que Austria, por ejemplo, debate ya incluso entre inmunización obligatoria o volver a confinar a toda la población.

Países como Austria o República Checa, que en la primavera de 2020 pasaron la primera oleada con cifras de contagios y muertos muy bajas respecto a Italia o España, se ven más de un año después obligados a restringir la libertad de movimientos, con el denominador común de tasas de vacunación por debajo de la media de la Unión Europea.

Tras meses de inacción ante el bajo nivel de inmunización contra la COVID-19, un 65 %, que el propio Gobierno ha calificado de "vergonzoso", las autoridades austríacas llevan dos semanas aumentado la presión a los reacios a vacunarse.

Primero, prohibiendo a quien no esté vacunado o sanado ir a locales de gastronomía, ocio o estética. Luego, desde el pasado lunes, con un confinamiento solo para no inmunizados.

En las dos semanas que llevan aplicándose las restricciones a no vacunados, el número de primeras dosis ha crecido un 3,4 %, duplicando el ritmo de las dos semanas anteriores.

En los dos últimos días, por ejemplo, el 65 % de todas las vacunas inyectadas fueron terceras dosis, frente al 21 % de primeras y el 13 % de segundas.

El sociólogo Bernhard Kittel cree que aún es posible convencer con argumentos a una parte de quienes aún no se han vacunado, pero que quedará al menos un 30 % de irreductibles.

"A los antivacunas radicales el confinamiento los ha reforzado en su oposición", advierte a Efe Kittel, director del Austrian Corona Panel Project de la Universidad de Viena, un equipo de científicos que analiza cómo la sociedad austríaca reacciona ante la pandemia.