La Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador registró 4,308 homicidios en 2010. El director de la PNC en ese entonces, Carlos Ascencio, anunció que la cifra superó la tasa de 2009, que fue uno de los años más violentos con 4.223 asesinatos. El más violento hasta la fecha ha sido el año 2015, con un aproximado de 6.600 homicidios.
Las autoridades han dicho en años anteriores que la alta tasa de homicidios se debía a pugnas entre pandillas rivales, y que tenía como detonante la distribución de drogas, lo cual según análisis policiales aumentó la violencia en ese momento, por la expansión del narcomenudeo en el país.
Ese 20 de junio de 2010, y en ese panorama, los policías no llegaron a tiempo a la escena en la colonia Montreal de Mejicanos, ya que minutos antes había sido secuestrado otro microbús que sirvió de distracción del hecho principal.
Esta tragedia ocurrió porque, un día antes, algunos miembros de la MS asesinaron a un pandillero del grupo delictivo 18, así que en muestra de venganza calcinaron el microbús con sus pasajeros adentro.
Tres años después, la policía capturó en Lourdes Colón al autor principal de esta masacre.
En total se realizaron varias capturas: Gustavo Ernesto López Hueso, Juan Antonio Borja Alvarado, Ever Alexis Martínez Méndez y Carlos Osvaldo Ángel Alvarado y 2 menores de edad; posteriormente, estos fueron procesados en los tribunales respectivos.
Los dos menores, de 15 y 17 años, fueron procesados en el 2011 por el juzgado Primero de Menores y enviados al Centro de Internamiento de Menores en Ahuachapán. Al menor de los condenados le impusieron cinco años de internamiento y se encuentra libre desde inicios de 2017, mientras que el otro completará 15 años tras las rejas.
Gustavo Ernesto López Huezo fue sentenciado en el 2013 por el juzgado Especializado de Sentencia C de San Salvador a cumplir una condena de 66 años por su participación como autor intelectual de la masacre y actualmente esta en prisión en el penal de Izalco.
El otro pandillero adulto procesado fue Carlos Oswaldo Alvarado, condenado en marzo del año 2016 a una pena de 410 años de prisión.
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A los seis se les acusó de los delitos de agrupaciones ilícitas, homicidio agravado y homicidio agravado tentado en perjuicio de 17 personas fallecidas durante el ataque.
El temor de la población es que el estar encarcelados no detiene que puedan enviar ordenes a otros miembros de pandillas o familiares.
En El Salvador, las comunidades con altos índices delincuenciales son bien conocidas por la población. El mayor deseo de Gloria y sus hijas es salir de una de esas colonia, ya que temen por su futuro, en especial de la más pequeña, que está terminando el kínder.