Coyotes llegan a cantón usuluteco a comerse las aves de corral y terneros

La manada de coyotes fue reportada por habitantes del cantón Corozo, en el cerro Taburete, de San Agustín, departamento de Usulután

descripción de la imagen
Foto EDH/ Archivo

Por Iliana Ávila

2019-03-13 8:34:15

En los últimos dos años, los vecinos del cantón el Corozo, en el municipio de San Agustín, reciben con más frecuencia la visita de manadas de coyotes que llegan para saciar su hambre y alimentar a sus crías con gallinas, chompipes y terneros.

“A partir de las 10:00 de la noche ya están aullando, es de todos los días que se llegan los animales, andan en manada y se comen todo; el chivo lo tengo adentro de la casa porque si no me lo comen, también tengo encerrados los pollitos”, comenta José Lorenzo Rodríguez, residente del cantón.

Los pocos vecinos que habitan en el Corozo recurren a la pólvora para ahuyentar a los coyotes. “Dicen que les tienen miedo a los balazos y por eso reventamos cohetillos”, cuenta María Mejía, de 69 años, quien ya perdió varias gallinas y teme por los coyotes ataquen a sus nietos.

Foto EDH/Iliana Avila

Hay vecinos que aseguran que un coyote solitario se deja ver durante el día en las cercanías del centro escolar de la zona.

El Corozo colinda con el caserío La Pita, del municipio de San Francisco Javier. Entre La Pita y el cantón El Palmo, en las faldas del cerro el Taburete, hay 284 viviendas; también en esa zona es donde están las madrigueras de los coyotes.

El alcalde de San Francisco Javier, Enna Walberto Mejía, confirma la presencia de una coyota preñada que deambula en los alrededores del municipio, pero sin ingresar a la zona poblada.

A Mejía no le preocupa la cercanía de los coyotes, sino que enfoca sus esfuerzos en la forma de protegerlos, ya que los considera en peligro de extinción en esa zona.

“Esto es algo que no habíamos vivido. No podemos dañar a ningún animal, está en peligro de extinción y no podemos actuar en contra de los animales, lejos de eso es de protegerlos y la población debe de tomar medidas para proteger a sus animales y no dañar al coyote”, dijo el edil.

En El Salvador es una animal considerado “casi extinto” por los especialistas en fauna, de acuerdo a una publicación del Zoológico Nacional. El alcalde Mejía explica que los líderes comunales no consideran que estos animales omnívoros (que comen de todo) sean una amenaza para los adultos pero “si para un niño que anda solo, para él puede ser un problema”.

La Ley de Conservación de Vida Silvestre protege a todas las especies silvestres exóticas o nativas, esto incluye a los coyotes

A la fecha desconocen que tanto pudo incrementar el número de animales de esta especie en el cerro el Taburete, pero consideran tener una teoría de la causa del aumento de la población.

“Son lugares que no se frecuentaban por la delincuencia; la gente no se metía en lugares desolados porque era como un refugio de pandillas, eso permitió que los coyotes se reprodujeran, así como los garrobos”, dijo el alcalde Mejía.

Los promotores de la Unidad de Salud de San Francisco Javier conocen de primera mano las historias que cuentan los habitantes de los cantones en relación a los coyotes.

“Como Salud lo que podemos hacer son campañas de vacunación antirrábica en perros y gatos, es una forma de prevención porque el coyote es transmisor de la rabia y en ocasiones revuelcan a los perros . Si el coyote esta contaminado (con el vis de la rabia) se la puede pasar al perro”, explica José Alexander Alfaro, promotor de Salud.

Para Alfaro, el acercamiento de las manadas de coyotes a viviendas se debe a la búsqueda de comida, “quizás ya no hayan que comer en la montaña porque un 80 % esta deforestado. Una parte (de deforestación) surgió del conflicto armado cuando daban fuego a las fincas, otros se aprovechan para talar la madera y los agricultores que buscan cultivar se ven obligados a seguir deforestado”.

El alcalde Mejía trabaja con el PMA para reforestar la zona, ya que San Francisco Javier y San Agustín alimenta el cauce de los ríos de la cuenca de la Bahía de Jiquilisco.

“Entre más reforestado está más fauna se reproduce y los coyotes no tiene que acercarse a las casas en busca de comida”, comenta.