En las últimas horas, la población oriental de Corinto está en el foco de atención del Ministerio de Salud. Según datos oficiales, hubo un repunte con cerca de 40 casos en solamente 48 horas, por lo que el Gobierno ha establecido un cerco sanitario en el lugar.
El médico infectólogo Iván Solano Leiva y el especialista en enfermedades infecciosas Jorge Panameño, consultados por El Diario de Hoy, coincidieron en desconfiar de los datos oficiales que ha ofrecido durante la pandemia el Gobierno, por lo que a su vez pusieron en duda si es médica y técnicamente correcto, o no, el despliegue de personal de Salud y efectivos del Ejército en Corinto.
“Lo hemos planteado por meses, de que la fuente oficial de datos con relación al resultado de las pruebas y la curva epidemiólogica no es confiable”, dijo Panameño, y contrastó que “llama la atención que a lo largo de la pandemia Morazán ha sido uno de los departamentos menos afectados, y cómo de repente surge un brote así” en Corinto, donde viven unas 15,400, según el último censo.
De acuerdo con los datos oficiales, a lo largo de la pandemia -desde marzo a la fecha- ha habido solamente 62 casos en Corinto; se supone que 40 de ellos fueron en los últimos dos días. Esto llevó a que el presidente Nayib Bukele concluyera que el 15% de la población total del lugar pudiera estar positiva de COVID-19, lo que llevó a la orden del mandatario de crear el cerco en la localidad del departamento de Morazán, que es el segundo menos infectado del país, según datos del mismo Gobierno.
Solano Leiva indicó que “se supone que el virus está circulando en la comunidad, (por lo que) sí es indicado hacer un cerco sanitario, confiando en que los datos sean así y a parte de la búsqueda de casos, dar tratamientos tempranos, evaluar a los pacientes que como sabemos la mayoría puede ser casos leves o asintomáticos no ingresarlos. Pero si hay pacientes con factores de riesgo dentro de los pacientes positivos hay que identificar que no tengan síntomas de alarma, porque algunos de ellos deben trasladarse al hospital. Eso es uno de los objetivos de un cerco sanitario”.
Panameño observó también que este tipo de rebrotes no suele ocurrir en poblaciones pequeñas, como el caso de Corinto, sino en grandes aglomeraciones y núcleos urbanos. “Esto no quiere decir que es imposible que suceda, pero es un poco difícil desde el punto de vista epidemiológico un hecho como este. Es raro que una zona que a lo largo de la pandemia ha estado con baja incidencia y circulación (del virus), presente una elevación así de un día para otro”, subrayó el especialista.
Ante la duda, investigadores y científicos piden al Gobierno liberar bases de datos sobre COVID-19
Por su parte, Solano Leiva comentó que en caso de que los datos no sean certeros, y el hecho de andar las cabinas móviles y personal de Salud para detectar casos de COVID -19 con fines partidarios no es correcto, porque se estaría ocupando unas de las prácticas que ocupó el partido FMLN, con el Festival del Buen Vivir.
Panameño recordó lo ocurrido con el llamado “caso cero” en Metapán, en marzo pasado, cuando iniciaba la pandemia y se instaló un cerco sanitario en la localidad occidental, y trajo a cuenta que “de eso nunca supimos nada, no hubo un informe de qué pasó ahí”, por lo que pidió que la historia no se repita en Corinto, en otro llamado a la transparencia a las autoridades de Salud del país.
Finalmente, Panameño comentó que “si los datos son ciertos, se ha actuado en Corinto de una manera focalizada, como desde el gremio médico, el Colegio Médico y otras opiniones dsde la academia se propuso que se debía hacer, y ahora el Gobierno lo está haciendo de esta manera. Entonces, ¿quién tenía la razón?”.
