MORAZÁN. La población de San Francisco Gotera aún llora a la doctora Zonia Estey Membreño de Urbina, quien falleció el 30 de agosto pasado, a causa del COVID -19, a los 68 años de edad, luego de pasar casi tres semanas ingresada en el Hospital Regional del ISSS, San Miguel.
El 31 de agosto sus restos mortales fueron trasladados al cementerio general de San Francisco Gotera, en Morazán. Fue en esa ciudad donde inició su carrera de medicina en 1979, cuando llegó al Hospital Nacional General “Dr. Héctor Antonio Hernández Flores” de ese municipio, como una estudiante.
Años más tarde, se convirtió en directora del sanatorio y se retiró en 2015; pero siempre acudió al hospital cuando necesitaban de su apoyo.
Las muestras de cariño y respeto hacia la doctora Membreño y su familia se vieron reflejadas por toda una comunidad que se unió para despedirla.
“Parte de la fortalezMédicos denuncian que Ministerio de Salud les descontará de sus salarios el tiempo que pasaron en cuarentena por COVID-19
a que tengo es saber todo el cariño que le tenían a mi mamá y ver el legado que ella dejó, ver todo un pueblo entero que se volcó en oraciones, plegaria, energías y dar fortalezas. El día del entierro había gente con globos desde el desvío del 18 (carretera Ruta Militar) hasta el cementerio, estaban familias enteras esperándola”, comentó Juan José Urbina, hijo de la médica.
El afecto y respeto hacia la memoria de la doctora Membreño, especialista en ginecología y obstetricia, ha trascendido al punto de que la población ha solicitado perpetuar su nombre en el municipio.
Sin embargo la municipalidad, el personal médico y parte de la familia de la doctora aún no logran ponerse de acuerdo en qué inmueble, lugar o calle será nombrada Zonia Estey Membreño de Urbina .
El pasado 4 de septiembre, el personal del hospital nacional de San Francisco Gotera decidió hacer
una moción pública en renombrar el hospital con el nombre de la Dra Zonia Estey Membreño de Urbina, en memoria y gratitud por todos los años de servicio que ella prestó a partir de 1979; también al ver el pueblo que se conmocionó y se abocó a la calle para agradecer y reconocer la vida laboral de la especialista, comentó el doctor Alexander Serrano, jefe de división del Servicio de
diagnósticos del centro médico.
El concejo municipal de San Francisco Gotera también ha propuesto colocar el nombre de la doctora Membreño a la Unidad de Salud o renombrar la Plaza San Francisco de Asís.
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“Ya se mandó una nota al ministro de Salud, Francisco Alabí, para solicitar que la Unidad de Salud Comunitaria de San Francisco Gotera pueda ser nominada con el nombre de la doctora, nos han prometido que harán todo lo posible para que pueda ser una realidad, recordemos que eso
pasa por el Ministerio de Salud”, explicó el alcalde Nahin Ferrufino.
De no obtener una respuesta favorable por parte del ministerio, el concejo municipal propuso cambiar el nombre de la plaza San Francisco de Asís e incluir placa conmemorativa y, probablemente, el busto de la doctora puesto en el lugar, comentó el edil.
Javier Hernández, sobrino de la doctora Membreño, propone renombrar la avenida Thompson en
honor a su tía, ya que por muchos años recorrió esa arteria para dirigirse a cumplir con su vocación, la atención a los pacientes.
Pero para la municipalidad la idea de renombrar la avenida no es viable debido a que “la gente seguirá nombrando la calle como normalmente la ha conocido” y también recordó que el Hospital
Nacional “ya está nominado a alguien cuando aún estaba en vida”, explicó el alcalde.
El esposo e hijos de la doctora Membreño de Urbina aseguran que estarán conformes con la decisión que tome el pueblo de Morazán.
“Yo agradezco el gesto, lo aplaudimos y cuentan con nuestro apoyo. No hemos podido meternos más porque lo vemos como ese esfuerzo de la gente para tener un reconocimiento con ella, lo que ellos quieran que se haga, se hará”, dijo Juan José Urbina.
La doctora Membreño de Urbina nació el 24 de agosto de 1952 en un pequeño caserío entre Concepción Batres y Ereguayquín, Usulután, pero se entregó por completo en el ejercicio de su profesión en el municipio que le tomó como su hija, gracias a su labor incondicional como, con cariño, la doctora del pueblo.