VIDEO: El mercadito del circo, la rebusca por subsistir de los artistas circenses en Quezaltepeque

Maquillados y con música, los artistas de los circos Cañonazo y Apolo venden frutas y verduras para lograr dinero en medio del confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19

Por David Carpio

2020-06-12 4:50:31

Aplausos, el calor de la gente y la risa de los niños es lo que hoy en día extrañan los artistas circenses, quienes desde hace tres meses han tenido que parar sus funciones debido a la pandemia del coronavirus.

Sin embargo, la necesidad de proveer sustento a sus familias ha llevado a los circenses a buscar otras formas de generar ingresos.

Uno de estos ejemplos, son los 20 artistas que componen el elenco de los circos Cañonazo y Apolo, quienes se encuentran varados, desde el mes de marzo, en el centro del municipio de Quezaltepeque.

“Hoy por hoy hemos creado el mercadito del circo y nos dedicamos a vender frutas y verduras en todo el municipio y hasta la puerta de las casas, y así generamos ingresos”, señaló Jerónimo Funes, propietario del internacional circo Cañonazo.

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Agregó que durante el primer mes y medio que estuvieron varados mucha gente llegó a dejarles víveres y que eso les ayudó a mantenerse, con el pasar del tiempo y tras discutir varias veces el tema decidieron dedicarse a un rubro nuevo para ellos, la venta.

“No conocíamos el rubro, porque en realidad no sabíamos nada, ni cómo comprar, ni cómo vender. Pero como el salvadoreño es un poco arrecho, nos caracterizamos por buscar el alimento honradamente, entonces por medio de otros amigos que nos dijeron váyanse para el Central, La Tiendona compre esto aquí, lo otro allá, así comenzamos”, detalló Funes.

Los artistas comentan que al llegar con las primeras compras adecuaron tres vehículos, pintaron a unos compañeros de payasos, hicieron unos audios para motivar a la gente a que no salieran y esperaran que sus frutas y verduras llegarán hasta la puerta de sus casas.

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“Tenemos un mes y medio de estar vendiendo, esta implementación la han agarrado la mayoría de circos a nivel nacional, porque al final todos carecemos de lo mismo, no hay ingresos, y los demás compañeros al ver que nosotros estábamos vendiendo empezaron a hacerlo también”, apuntó el dueño del circo Cañonazo.

Cambio de vida
Los circenses coinciden que su día a día ha cambiado, ahora el hacer las compras de las frutas y verduras implica levantarse a la 1:00 de la mañana, irse al mercado Central y La Tiendona, a las 7:00 de la mañana regresan a Quezaltepeque, y luego salen a vender.

Comentan que regresan al circo a eso de las 3:00 de la tarde. A esa hora los artistas comen, entrenan a sus hijos y luego duermen para recuperar energías para el siguiente día.

“Ha cambiado totalmente nuestro rubro, lo que es el circo no tenemos prácticamente nada, solo estar ensayando a nuestro hijos, nos quedan dos o tres horas para entrenarlos porque no tenemos que dejar morir nuestra tradición, nuestro legado, nuestras familias, somos la cuarta generación y nuestros hijos la quinta, y nos hemos tirado a este rubro de vender frutas y verduras porque no hay como generar ingresos con nuestros espectáculos”, añadió Funes.

Solo del circo Cañonazo dependen cinco familias, entre ellos personas de la tercera edad y siete niños. Todos ellos dicen estar conscientes del peligro eminente que existe a través del virus, que tienen que acatar las disposiciones y que al volver a los escenarios deberán cumplir con todos los protocolos. Por ello, piden al Gobierno que incluya medidas acertadas para los artistas dentro de su plan de reapertura.

“Estamos tratando que el Gobierno nos tome en cuenta, y que nos ayuden a través de préstamos con bajos intereses, porque esto económicamente va a quedar malo, nosotros vivimos de lo que le sobra a la gente, ellos reciben su quincena y hacen súper, hacen todo los que tienen que pagar, y lo que les sobra les dicen a los hijos vamos al circo, entonces de lo último que a la gente le va quedando, eso es lo que percibimos”, indicó Funes.

Los artistas esperan que su rubro ya esté abierto para noviembre, afirman que desde ese mes hasta la Semana Santa son los tiempos de bonanza para los circos.

“Quisiéramos que se abrieran más puertas, para que nosotros no muramos, que al contrario no fortalezcamos con ayuda del Gobierno. Después de todo esto, la gente va a quedar traumada, la gente va querer desestrezarse, va querer cambiar el chip, un modo de desestrezarse es el circo, aquí se olvidan las penas, la tristeza y hasta las deudas”, reflexionó el dueño del circo Cañonazo.