Siete niños al día enfermaron de COVID-19 en la última semana

Médicos alertan sobre los síntomas que pueden presentar los menores de edad

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Foto EDH / Archivo

Por Evelia Hernández

2020-08-22 11:50:36

Aunque la enfermedad del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV-2) no afecta de manera severa a los niños menores de nueve años, en El Salvador se registra la muerte de tres niños menores de nueve años, de los cuales uno corresponde a un niño de 4 años y dos lactantes menores de seis meses, según los registros del Ministerio de Salud.

En el país, hasta el 21 de agosto, el Ministerio de Salud reportaba 293 menores de nueve años confirmados como portadores del virus. Sin embargo, se desconoce si estos cursaron la enfermedad en forma grave o moderada o leve. Según información oficial, en la última semana hay un promedio de siete niños confirmados con el virus por día.

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Aun cuando la afectación en el grupo pediátrico es menor, hay reportes de un aumento de niños contagiados por la enfermedad en países europeos y Estados Unidos de Síndrome Inflamatorio Multisistémico asociado a COVID19, “lo que hace suponer que no es una infección tan inocua en pediatría, como al inicio se suponía”, relata la Sociedad Latinoamericana de Infectología (SLIPE).

Para el infectólogo pediatra Mario Gamero, si bien es cierto la circulación del virus en los niños puede ser de forma leve, la población pediátrica es portadora pasiva del virus, y puede transmitirlo a grupos con alto riesgo de padecer la enfermedad en forma grave.

“Los niños son los mayores transmisores (virus) para los adultos. Entonces, si hay personas adultas con riesgo, no llevarlos a donde los abuelitos y no estar muy frecuentemente con los papás si estos (padres del niño) son mayores de edad, porque el contacto (niños) con personas de edad que son población de riesgo como son los diabéticos, cardiovasculares, pulmonares crónicos, hepáticos crónicos” puede provocar un contagio, aconseja Gamero sobre los infantes que son positivos al virus.

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El pediatra sostiene que la enfermedad ha demostrado que puede ocasionar diferentes sintomatología en los niños, como: conjuntivitis, pérdida de olfato (anosmia), problemas en el corazón o en el hígado, diarrea y propensión a la histeria. Todos estos son signos de alarma para que la familia esté alerta sobre estos síntomas. Sin embargo, el especialista advierte que los síntomas más frecuente son los problemas respiratorios, luego derivan los problemas cardíacos y por último este virus ataca el sistema nervioso central.

Agrega que es importante prestar atención a las taquicardias, “que el corazón comienza a latir frecuentemente porque se ha visto que hay niños que tienen problemas cardíacos, hay niños que tienen infartos, niños que tienen trombos en las coronaria y eso es sumamente peligroso”, aclara el galeno.

Según el infectólogo, los niños entre más pequeños pueden cursar la enfermedad en un 70% a 80 % asintomáticos, pero el porcentaje llega a complicarse porque la enfermedad es de riesgo y hay posibilidad de muerte. “El niño que se pone cansadito, ese niño va requerir un buen manejo y un monitoreo en el hospital”, explica Gamero.

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El infectólogo sostiene que hay que estar alerta con el Síndrome Multisistémico Inflamatorio por COVID-19, el cual ha aparecido durante la pandemia y advierte que este se comporta muy parecido al síndrome de Kawasaki. Y comenta que países como España, Italia, Estados Unidos e Inglaterra han reportado niños con esta afectación a causa de COVID-19.

El síndrome puede manifestarse sobre todo con problemas cardíacos y por el cual el infante necesita atención especializada con reumatólogo, cardiólogo e infectólogo. “Hay que estar pendientes con esa enfermedad porque quiere decir que todo el organismos reaccionó con una inflamación exagerada, dañando los bazos, haciendo trombosis, dañando el pulmón y dando una neumonía severa”, advierte el galeno.

Para María Luisa Ávila, infectóloga y miembro de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, el nuevo virus puede producir en los niños “ una respuesta inflamatoria sistémica que nos puede conducir a las muertes si no se maneja adecuadamente, los niños pareciera ser que sí tienen una inmunidad previa que les ayuda a salir mejor librados y luego una serie de elementos técnicos que hacen que al niño no le vaya tan mal (virus)”, sostiene sobre la poca afectación de los niños con el contagio del virus.

 

Sin embargo, hace hincapié en que los niños con obesidad, niños con enfermedades pulmonar crónica, niños prematuros, los niños que no tienen buena nutrición, con enfermedad del corazón o una cirugía cardiaca previa, sí podrían ser niños que se compliquen y que pueden fallecer a causa de esta enfermedad.

¿Qué hacer?

Las medidas sanitarias para los infantes que han sido diagnosticados con la COVID-19 son similares a las de los adultos, donde el aislamiento forma una parte fundamental para que el virus no siga esparciéndose, por lo tanto el niño debe restringirse de tener comunicación con otros niños y hacer uso de mascarilla dentro de la casa, como uno de las medidas fundamentales, explica Gamero.

El menor debe cumplir una cuarentena de dos a tres semanas en su cuarto, cambiar su ropa de cama frecuentemente y la persona responsable del cuido del niño debe ser joven; el niño no puede ser cuidado por una persona con factor de riesgo.

“Al menor tienen que enseñarle y educarle para que se lave las manos continuamente y ocupar su mascarilla dentro de la casa, en la noche debe quitársela (mascarilla) para dormir, pero al día siguiente al tener contacto con la familia debe tener su mascarilla. Y si es posible hasta una careta; porque eso evita completamente la diseminación del virus, todas las medidas higiénicas deben estar solo para uso exclusivo de él, su baño”, sugiere el infectólogo pediatra.

Y en caso que las condiciones de la vivienda no permita que el niño tenga su propio baño, y los familiares deban compartir el servicio sanitario, recomienda una desinfección constante del área (baño, lavamanos, chorro) con una dilución de lejía.

Además aconseja que se evite el contacto con otros niños, “no tiene que salir para nada a la calle ni que otros niños lleguen a jugar con él, porque ya está diagnosticado con COVID. No olvidar la nutrición del bebé, mantenerlo con tratamiento para el dolor, manejarlo con líquidos abundantes, un cuarto ventilado, si es posible al aire libre, abiertas las ventanas”, indica el galeno.

El infectólogo asegura que durante los primeros seis días es cuando la enfermedad está en el proceso agudo, “que él (niño) está tosiendo, con dolor de garganta y con malestar, es cuando mayor cantidad de virus está eliminando, posteriormente al día 7 a 14 empieza a descender la carga viral y el número que expulsa, entonces es importante mantenerlo con su mascarilla, independientemente de la carga de la enfermedad la mascarilla le va ayudar a que no la transmita a la familia”, advierte.

Sugiere que para los lactantes o niños menores de dos años no se aconseja el uso de mascarilla y lo ideal es utilizar una careta. En el caso que el niño positivo al virus sea un lactante es más difícil el cuido porque está acostumbrado al seno materno, por lo tanto aconseja que la madre ocupe una mascarilla N95.

Es importante que el niño siga alimentándose con leche materna, “debe seguir dando el seno materno, tiene que protegerse con una buena mascarilla, limpiar su pecho para dar la alimentación del bebé y si es un niño que se le da pacha, es importante esterilizar las pachas y una buena alimentación, darle su catarral, dar líquidos abundantes y mantenerlo en un cuarto en cuarentena”, finaliza Gamero.