Los meses de cierre del aeropuerto internacional de El Salvador, a causa de las medidas de emergencia por la pandemia mundial de COVID-19, no solo dejó pérdidas a las aerolíneas y otros rubros directamente relacionados con los viajes aéreos; también causó un enorme impacto en trabajos y oficios que encuentran un nicho en este sector.
Ese es el caso de Álvaro Reyes, un taxista que desde muy temprano estuvo dispuesto a transportar a los viajeros que, este 19 de marzo, comenzaron a llegar al aeropuerto Monseñor Romero, provenientes de Estados Unidos y otros puntos, como parte del primer día de reactivación de vuelos comerciales desde y hacia El Salvador.
“”Estoy emocionado porque los clientes ya comenzaron a buscarnos”, fueron las palabras del conductor, quien, además, asegura que no ha dejado de trabajar, a pesar de las dificultades que supuso la emergencia y que ese ánimo ahora se traduce en la esperanza de días mejores.
“Cómo salvadoreño, siempre le hemos echado ganas y no nos queda de otra que echarle para adelante”, expresa entusiasmado.
Álvaro señala que, particularmente, el rubro de los taxistas que se dedicaban a mover a viajeros y turistas desde y hacia el aeropuerto, resultó seriamente afectado con el cese de viajes y, algunos, incluso debieron de vender sus autos o buscar alternativas viables para poder sobrellevar la situación.
Hace un llamado, ahora que es un hecho la reapertura de la terminal aérea, a que quienes tenían entre sus planes visitar El Salvador, se animen a hacerlo y se pone a disposición para esperarlos en la salida de pasajeros con su característico canto: “Taxi, a la orden, taxi”. Además, destaca los atractivos turísticos que el país ofrece.
Confía en que la apertura del aeropuerto y la llegada de pasajeros, entre ellos turistas, es una señal de buen augurio para superar los días de emergencia y crisis de la pandemia. Recalca la importancia de seguir cumpliendo con las medidas para que los vuelos se mantengan. “Estamos para servirles siempre”, concluye y regresa a su trabajo.