El Salvador reprobado en índice de percepción de corrupción 2020

Según el informe de Transparencia Internacional, El Salvador es uno de los casos más preocupantes porque desde el Gobierno se obstruye la transparencia y acceso a la información.

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Nayib Bukele y sus abogados desde que llegaron a la Presidencia de la República ha aprobado decretos ejecutivos con la intención de modificar leyes, que es una potestad de la Asamblea Legislativa. Foto EDH / Archivo

Por Agencias

2021-01-28 9:07:43

El Salvador es uno de los países que más preocupa a Transparencia Internacional, en el informe de 2020 se coloca en la posición 104 y lleva ocho años estancado en el índice de  percepción de corrupción, según el organismo.

“Un caso preocupante es El Salvador, donde se obstruye el acceso a la información de manera consciente, y sin transparencia es muy difícil combatir la corrupción”, dijo en una entrevista Luciana Torchiaro, responsable para América Latina de Transparencia Internacional (TI) que presentó este jueves su índice anual sobre la percepción de este flagelo en el mundo.

La ONG citó que “uno de los casos de corrupción más graves fue un contrato entre el Gobierno de El Salvador y una empresa española de repuestos para automóviles por valor de 12 millones de dólares para la adquisición de suministros sanitarios a precios abusivos”.

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En un año 2020 marcado por la pandemia de coronavirus, Torchiaro considera que “ningún país latinoamericano ha realizado una gestión excelente en cuanto a la transparencia”. Aún así, el informe de TI presenta ejemplos como el de Perú que muestran que, a pesar del virus, se puede mejorar en la lucha contra la corrupción.

El Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional clasifica a los países de 0 a 100 según su eficacia en la lucha contra la corrupción en el sector público y el continente americano obtuvo una calificación de 43, pero América lleva estancada desde 2015 en esa cifra.

“No podemos permitir que el gobierno y Bukele siga actuando como dictador. No ha hecho nada por El Salvador y únicamente quiere imponer su ley”, dijo a la prensa uno de los dirigentes del Frente Sindical Salvadoreño. Foto AFP/ Marvin Recinos

” Es algo muy frustrarte en este contexto de pandemia, porque cada centavo de dinero público que no llega a donde debe tiene repercusiones muy importantes”, dijo la experta.

¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia de covid-19 en la gestión de los recursos públicos?, se le preguntó en una entrevista y ella respondió:

“Muchos gobiernos han aprovechado la situación de pandemia y de emergencia sanitaria para debilitar los sistemas de contrapesos, la independencia de los órganos de control, las libertades cívicas, es decir, algunas condiciones fundamentales para la lucha eficiente contra la corrupción. La prueba de fuego para muchos gobiernos va a ser ver ahora cómo manejen las compras y la distribución de los tratamientos para el covid-19, y es importante que las estrategias sean transparentes”.

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En el caso de Honduras, se han dado muchos pasos hacia atrás este año: se terminó la Misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra la corrupción y la impunidad, el presidente del país está siendo investigado por casos de corrupción y se han aprobado leyes bastante regresivas en la lucha contra la corrupción”.

El coronavirus ha socavado la ya compleja lucha de América Latina contra la corrupción, afirma en su tradicional clasificación anual la ONG Transparencia Internacional (TI), que califica de “frustrante” la situación regional. Según el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) 2020, los países latinoamericanos que sus ciudadanos perciben como más limpios son Uruguay, Chile y Costa Rica, con 71, 67 y 57 puntos, respectivamente, sobre un máximo de 100. Mientras Venezuela (15), Nicaragua (22) y Honduras (24) perseveran como los más corruptos. Entre unos y otros se sitúan Cuba (47), Argentina (42), Colombia y Ecuador (39), Brasil y Perú (38), El Salvador (36), Panamá (35), Bolivia y México (31), República Dominicana y Paraguay (28).

Así, sólo aprueban tres de los 19 países latinoamericanos analizados (16 %) y la puntuación media es 43. La sensación es de estancamiento en el mejor de los casos y, en ocasiones, de retroceso en áreas sensibles.

“En muchos países se ha registrado una regresión en los pesos y contrapesos, una gestión opaca de la pandemia, y recortes del derecho a la información y de la libertad de expresión”, resumió.