Rosario Ayala, padece cáncer y esta mañana tuvo que caminar una hora y media desde la casa donde se hospeda cerca del mercado Modelo hasta el hospital de Oncología del Instituto Salvadoreño del Seguro Social.
La señora fue una de los cientos de salvadoreños que esta mañana se vieron en apuros para llegar a citas médicas, lugares de trabajo o a sus casas, tras la suspensión del transporte público de pasajeros ordenado por el gobierno para frenar la cadena de contagios del COVID-19.
El presidente Nayib Bukele anunció que iban a brindar transporte a todas las personas con enfermedades crónicas, renales, diabetes entre otras y los pacientes sólo deberían llamar al 132 para recibir el servicio, sin embargo, Ayala no corrió con esa suerte y a pesar de su padecimiento tuvo que caminar.