“Estuvo tirada en el servicio 45 minutos”, hombre denuncia que su esposa sufrió presunto maltrato y negligencia médica

Aldo Girón asegura que su esposa, quien falleció el 30 de junio, fue ingresada en el Hospital Nuestra Señora de Fátima de Cojutepeque y no fue tratada con el protocolo de paciente COVID-19 pese a tener todos los síntomas. Él tampoco fue informado sobre su estado de salud.

descripción de la imagen
Karen Ivón García tenía 34 años, ingresó al Hospital Nuestra señora de Fátima por una neumonía grave. Foto Aldo Girón.

Por Nancy Hernández

2020-08-13 2:44:55

“Sospecha neumonía grave por COVID”. Eso dice el acta de defunción de Karen Ivón García que le fue entregada a su esposo, Aldo Girón.

“Denuncio públicamente al Hospital Nuestra Señora de Fátima de Cojutepeque y los responsabilizo públicamente por la muerte de mi esposa Karen Ivón García. Ella fue víctima de negligencia, mala praxis y malos tratos. Ella entró con neumonía y caminando y me la dieron inválida. Y falleció por negligencia médica al no aplicarle antibióticos apropiados para la neumonía”, dice una publicación de su perfil de Facebook.

Ella murió el 30 de junio en el Hospital San Rafael, después de estar dos días intubada y con respiración artificial pero su lucha contra el COVID-19 empezó el 10 de junio. El 13 de ese mes fue ingresada con todos los síntomas al Hospital Nuestra Señora de Fátima, de Cojutepeque, el diagnóstico fue neumonía grave, según Girón.

Podrías leer: Familia de anestesista fallecido por COVID-19: “Queremos saber qué fue lo que pasó con mi papá, tenemos derecho”

Asegura que su esposa estuvo internada en el Hospital 12 días, después decidió pedir el alta porque sentía que su estado de salud cada día “iba de mal en peor y nada le hacía efecto”.

“Me la mataron… Ella entró caminando y salió invalida. Sus pies y brazos los tenía bien hinchados y morados. Ella entró con neumonía, el internista dijo que eso tenía, pero al cabo de 12 días esa neumonía no había mejorado. Considero que hubo negligencia médica porque no recibió el tratamiento que se le tenía que aplicar y el personal de salud la maltrataba. Le decían que no se curaba porque era una gran fumadora y ella nunca fumó”, declara Aldo.

Asegura que su esposa le contó, antes de fallecer, que los días que estuvo internada fue maltratada por el personal de enfermería, no estaban pendiente de sus medicamentos y no le brindaban atención.

Denuncia del esposo de Karen, Aldo Girón.

“Un día estuvo tirada en el servicio 45 minutos, ella no podía caminar y nadie llegó a ayudarle ni darle atención. También me dijo que sentía que en lugar de mejorar empeoró porque nada le hacía efecto, ella no se curó de la neumonía. Ahí se ve la negligencia médica. Ella pidió el alta porque ya no aguantaba el maltrato del personal médico y se sentía mal, decidió ir a morir a la casa”, detalla.

Relata que durante los 12 días que estuvo ingresada no le informaron de su estado de salud y lo único que le decían era: “Está estable, pero está complicadita”.

Finalmente el 25 de junio recibió el alta, le dijeron que le darían medicamentos y antibióticos para tratar la neumonía en su casa, pero lo único que recibió fue dos inhaladores de aire para que le ayudara con la respiración y el cansancio que sentía.

PUEDES VER: Señora muere en el portón del Hospital Zacamil sin ser atendida pese a súplicas de su esposo: “Les dije que iba grave”

Aldo ya interpuso una denuncia en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica. También espera poner la denuncia en la Fiscalía General de la República porque considera que debe de ser investigado el trato que se le dio a su esposa, pues a pesar de tener todos los síntomas de la enfermedad, él considera que no la trataron bajo el protocolo de paciente positivo de COVID-19.

“A nosotros no nos dieron el resultado de la prueba, pero ella tenía todos los síntomas, era COVID. Necesito que se investigue qué medicamentos le fueron administrados porque estoy seguro que solo me le pusieron antivirales y ningún antibiótico por eso se me murió, quiero saber qué le pusieron, cada cuánto se lo administraban”, dijo.

Receta de medicamentos que fue dada a Aldo cuando su esposa pidió el alta del Hospital, pues su salud no mejoraba. Foto Aldo Girón

Considera que no hubo ningún interés por atender y salvarle la vida a su esposa porque cuando ella regresó a la casa había bajado bastante de peso y su estado de salud degradado, a los dos días tuvo que ser ingresada de nuevo; esta vez en el Hospital San Rafael, por las dificultades que tenía para respirar. Durante el tiempo que estuvo en el San Rafael permaneció conectada a un ventilador mecánico.

“La muerte de mi esposa no hubiera sucedido si le hubieran dado el protocolo COVID tal y como está establecido porque hay muchas personas diabéticas que se han curado. Considero que no me le aplicaron ningún medicamento contra la infección de la neumonía y por eso falleció”, dijo.

Te puede interesar: Familia llegó al Hospital San Bartolo a recoger a su pariente, pero se los entregaron muerto bajo sospecha de COVID

Aldo asegura que su esposa era diabética y estaba bajo control médico pero el tiempo de la cuarentena la deprimió, dejó alimentarse bien y eso bajó sus defensas.

Manifestó que el hecho de su esposa es una grave violación a los derechos humanos e injusticia porque si el Hospital no tenía los medicamentos adecuados para administrarle podrían haberla trasladado a otro hospital o decirle a él que la ingresara en otra institución.

El alta de defunción de Girón dice que murió por una “Sospecha neumonía grave por COVID-19” Foto Aldo Girón

Karen tenía 34 años, era vendedora de ropa y deja en la orfandad a una niña de 14 años. Ella era una fiel creyente y servía en la iglesia donde ambos se congregaban, tenían 10 años de casados. La familia vivía en la colonia San Andrés del cantón La Palma, en San Martín.

El esposo de Karen también cuestionó el hermetismo de parte del personal de salud, puesto que nunca le dieron información sobre la salud de su ella cada vez que preguntaba o llamaba al hospital; tampoco se le informó sobre quién era el médico o personal que estaba a cargo de su atención. Asegura que no entiende por qué ni en el Hospital San Rafael le sugirieron el tratamiento de plasma para su esposa.

“Los hospitales y médicos mantienen un silencio total, no dan acceso de qué tiene el paciente, cómo está, qué medicamento le administran. Cuando uno se da cuenta solo lo llaman para ir a traer el cadáver a la morgue”, dice.

“El personal médico del hospital de Cojutepeque es el responsable de la muerte de mi esposa, no hicieron nada para salvarla. Me la dejaron tirada en el suelo y sin atención cuando se caía, no podía caminar y ahí me la dejaban, nadie me la ayudaba. Nosotros dijimos cuando nos conocimos que hasta que la muerte nos separara nos íbamos a dejar y así fue. Yo sé que no voy a recuperar a mi esposa, sé que ella no va a volver, lo único que quiero es que me le hagan justicia porque no me le dieron los medicamentos adecuados. Los médicos y enfermeras del hospital son los culpables. Por los hechos observables, considero que ellos son los culpables, fueron negligentes por no aplicarle los medicamentos adecuados. En el Hospital San Rafael estuvo solo dos días y no me dijeron nada, solo que había fallecido. No me explicaron nada, sólo me dieron el cadáver y el acta de defunción”, concluyó entre lágrimas Aldo Girón de 56 años.

Hospital y Minsal sin dar respuesta

El Diario de Hoy llamó a la dirección del Hospital Nuestra Señora de Fátima para consultar su postura respecto de este caso, pero después de varias horas no se obtuvo respuesta. En la primera llamada, luego de ocho minutos de espera cortaron la comunicación. Se volvió a marcar, y de parte de la dirección pidieron que se llamara cinco minutos después, se hizo y no se obtuvo respuesta del número de conmutador y el directo de la dirección. Se intentó cinco veces más y tampoco se obtuvo respuesta.

También se llamó a la unidad de comunicaciones del Ministerio de Salud y se escribió por WhatsApp, tampoco hubo respuesta.

“Jugaron con nuestra dignidad como familia de un profesional de salud”, denuncia hija de anestesista fallecido por COVID-19