El COVID-19 podría dejar sin empleo a casi 25 millones de personas en el mundo, afirma la OIT

Según el Director General del organismo internacional, Ruy Ryder, esta crisis saniaria también es una grave crisis económica y que ataca al mercado laboral.

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Centroamérica representa un 6 % del negocio de ‘call centers’ de toda América Latina, según el Siicex, de Perú.

/ Foto Por Cortesía

Por Jessica Guzmán

2020-03-18 11:24:00

Una nueva evaluación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), indica que la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19 tendrá efectos aplastantes que generarán una crisis económica que llevará a millones de personas al desempleo, al subempleo y a la pobreza laboral.

El organismo estima que debido a los efectos de este virus se podrían perder hasta 25 millones de puestos de trabajo a nivel mundial.

“Ya no se trata sólo de una crisis sanitaria mundial, sino también de una importante crisis económica y del mercado laboral que está teniendo un enorme impacto en las personas”, dijo el Director General de la OIT, Guy Ryder. “En 2008, gracias a que el mundo hizo un frente común ante las consecuencias de la crisis financiera mundial se evitó lo peor. La actual coyuntura requiere de ese tipo de liderazgo y determinación”, añadió.

La OIT asegura que el factor trabajo, sin ningún tipo de dudas, será el más afectado. Los trabajadores, especialmente los del sector informal, pueden verse duramente afectados si lo que esto que está sucediendo se traduce en una contracción fuerte de la economía local. Ya hay datos no muy buenos de China que señalan una contracción en su sector industrial; y en EE.UU., de una caída en las perspectivas de los consumidores, siendo estos los clientes del mercado global.

La nota de la OIT advierte que la crisis del empleo podría afectar a determinados grupos de manera desproporcionada, y por consiguiente agravar la desigualdad. Entre ellos se encuentran las personas con trabajos menos protegidos y mal pagados, en particular los jóvenes y los trabajadores de edad. Las mujeres y los migrantes también. Estos últimos son vulnerables debido a la falta de protección y derechos sociales, y las mujeres tienden a predominar en los empleos de baja remuneración.

“Sobre la base de las diferentes hipótesis por las consecuencias del Covid-19 sobre el crecimiento del PIB mundial, las estimaciones de la OIT indican un aumento del desempleo mundial de entre 5.3 millones (hipótesis “prudente”) y 24.7 millones (hipótesis “extrema”) a partir de un nivel de base de 188 millones de personas en 2019. En comparación, la crisis financiera mundial de 2008-2009 aumentó el desempleo mundial en 22 millones”, indica el organismo.

Esta gravedad e incertidumbre la están viviendo todos los países a nivel mundial y aunque en El Salvador aún no hay ningún caso confirmado de coronavirus, las medidas restrictivas que ha tomado el gobierno para evitar el contagio o propagación del virus tiene de manos atadas a la micro, pequeña, mediana e incluso a la gran empresa, ya que tanto centros comerciales como restaurantes y otras empresas están casi vacíos y los dueños y administradores no saben cómo pagarán impuestos, alquileres, salarios, ni créditos adquiridos.

Según una encuesta divulgada a través de redes sociales y contestada por más de 300 pequeñas empresas, el 82% de ellas no tendrá liquidez para pagar salarios y costos a partir de abril y de estas, el 45% afirma que si la situación continúa, podrían despedir personal para reducir gastos.

Coordinación política

La OIT advierte que de haber una respuesta política coordinada a nivel internacional, como ocurrió frente a la crisis financiera mundial de 2008-2009, el impacto sobre el desempleo mundial podría ser significativamente menor.

Esas medidas incluyen la ampliación de la protección social, el apoyo para mantener el empleo (es decir, el trabajo a jornada reducida, las vacaciones pagadas y otros subsidios) y la concesión de ayudas financieras y desgravaciones fiscales, en particular a las microempresas y pequeñas y medianas empresas. Además, en la nota se proponen medidas de política fiscal y monetaria, así como préstamos y ayuda financiera a sectores económicos concretos.

Esto último que indica el informe de la OIT es lo que los empresarios, en su mayoría, mipymes, en El Salvador, han estado pidiendo al gobierno, incluso a nivel de gremial como la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), como la Asociación de Restaurantes de El Salvador (ARES).

Las medidas económicas que han pedido los sectores han ido encaminadas a que se suspendan el pago de alquiler, de impuestos municipales, que el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) se hiciera responsable del pago de planilla, que se suspendiera por medio de decreto el pago de arrendamiento, entre otros. Sin embargo, las medidas presentadas este miércoles por el Gabinete Económico no han tenido ese alcance.

El anuncio deja en duda cómo será el protocolo para determinar si una persona natural o jurídica es directamente afectada por la pandemia y si esta aplica como beneficiaria con la exención de pagos de servicios y créditos.

Respecto a los sectores que podrán verse más afectados por la crisis en El Salvador, Federico Hernández, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria (Camarasal) indicó que sin duda hay sectores especialmente vulnerables, pero es difícil asegurar cuál será el más golpeado.

“Tanto el sector turismo como los restaurantes, los emprendedores sabemos que han sido afectados ya, pero en qué medida unos sectores o rubros serán más golpeados que otros es muy difícil saberlo en este momento porque depende de cuánto tiempo se mantenga esta vulnerabilidad económica”, dijo Hernández.

Medidas a tomar en cuenta

La OIT dio, además, una recomendación muy certera para afrontar la crisis: solidaridad, confianza y evitar la incertidumbre laboral.

“En tiempos de crisis como el que nos toca vivir, contamos con dos herramientas clave que pueden ayudar a mitigar los daños y a restablecer la confianza del público. En primer lugar, el diálogo social activo entre los trabajadores y los empleadores y sus representantes es vital para fomentar la confianza del público y el apoyo a las medidas necesarias para superar esta crisis, señaló el director general del organismo.

En segundo lugar, las normas internacionales del trabajo proporcionan una base de probada eficacia para las respuestas de política que se centran en una recuperación sostenible y equitativa.