Daniel, estudiante de enfermería: “¿Se imaginan despertar y enterarte que ha fallecido un compañero de trabajo?”

Daniel tiene 26 años y sobrevivió al COVID-19. Trabaja en el Hospital General del ISSS, y dice que es difícil saber que el personal de salud están muriendo o perdiendo a su familia.

El joven estudiante sin ser graduado ha tenido que enfrentar la pandemia desde el Hospital General del ISSS.

Por Nancy Hernández

2020-08-03 4:54:00

Daniel Contreras tiene 26 años y es estudiante de enfermería de tercer año. Trabaja desde hace cuatro años en el Hospital General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social como ejecutivo de atención al usuario.

A pesar que no está atendiendo a pacientes positivos de COVID-19 asegura que los últimos meses han sido difíciles emocional y psicológicamente porque ha tenido que lidiar con la pérdida de compañeros de trabajo, amigos, la preocupación de poder contagiar a su familia y hasta a contar los cadáveres de los pacientes fallecidos de COVID durante su hora de almuerzo.

El joven y futuro enfermero fue la segunda persona en contagiarse del virus, el 24 de abril salió positivo a la prueba, estuvo 24 días en un centro de cuido, pues “gracias a Dios” no tuvo complicaciones respiratorias.

“A mí lo que me afectó bastante fueron los dolores de cabeza porque son demasiado intensos, tuve diarrea, dolor de cuerpo pero la calentura no se reflejaba. Gracias a Dios no hubo dificultad respiratoria, no hubo necesidad de llevarme a un hospital”, relató.

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Para Daniel los 24 días de contagio fueron complicados, pero fue aún más difícil pensar que podría haber contagiado a su familia y compañeros del trabajo.

“Los primeros días fueron difíciles porque a uno le da un sentimiento de culpa imaginar que alguien vaya a salir contagiado por culpa de uno, fue algo que  me costó tratar, pasé casi cuatro días llorando en la noche por la preocupación. Lo más difícil de tener el virus es el temor que mi familia saliera contagiada, a ellos se los llevaron para otro centro de cuido y se llevaron a ocho compañeros de trabajo con los que un día antes tuve contacto. Cuando me dijeron que ninguno de ellos era positivo pude estar más tranquilo y me concentraba más en mi salud”, narra Daniel.

Daniel estuvo en un centro de atención cuando enfermó. Agradece a Dios no haber tenido problemas respiratorios. Foto Daniel Contreras

Asegura que al principio del brote que se dio en el país consideró dejar su casa, dormir en el carro y bañarse en el trabajo para evitar contacto con su familia. Alquilar una habitación no era una opción por sus recursos económicos. Sin embargo, su madre y sus dos hermanos prefirieron seguir al pie de la letra todas las medidas de precaución y acompañarlo en su travesía.

A pesar de ello, Daniel se distanció de ellos, procuraba estar mayor tiempo en el trabajo, llegar solo a dormir y aislarse en su habitación.

“Para todo el personal en general el mayor miedo es contagiar a la familia porque sabemos que nosotros estamos en un lugar donde la densidad del virus es mayor y que a cada rato escuchamos que hay muertos por COVID”, dice.

Manifestó que la carga emocional y psicológica para él y sus compañeros “es grande y pesada” y a pesar del tiempo aún no se acostumbra a escuchar las palabras: ‘código verde, código verde’.

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“Significan que llevan un fallecido por COVID-19 para la morgue o trasladan a un paciente positivo a otra área, también que llevan la ropa contaminada a lavandería y que el personal o pacientes con otras patologías deben de alejarse del pasillo para evitar contacto y ser contagiados”, explica.

Asegura que aunque tengan miedo de contagiarse ellos o su familia no pueden dejar de trabajar y ayudar a las demás personas, pero considera que “lo bonito de la profesión”.

El trabajo de Daniel consiste en atender a personas, ayudar con los procedimientos necesarios para que pasen consulta o se les practiquen exámenes, pero asegura que le gustaría trabajar al menos como auxiliar de enfermería en el área de COVID porque es testigo de la sobrecarga y cansancio de médicos, enfermeros y enfermeras.

Daniel asegura que todos los días va a trabajar con ánimos y no cambiaría su trabajo porque sabe que tanto él como los demás trabajadores de salud pueden salvar vidas y ver a un paciente recuperado es la mayor gratificación que pueden llegar a tener.

Daniel junto a sus compañeras de área. Foto Daniel Contreras

Daniel incluso cambió su carrera de Trabajador Social por la Licenciatura en Enfermería y hasta el momento no se arrepiente de la decisión que tomó porque sabe que va a tener la oportunidad de ayudar a las demás personas. Por el momento él no atiende a pacientes, pero comparte la emoción de sus colegas y familias cuando las personas se recuperan.

“Lo más difícil es ir a tu trabajo y saber que has perdido a un compañero”

La Fanpage de Facebook Profesionales de Enfermería de El Salvador publicó un emotivo video de Daniel donde él comentaba lo difícil que es para los trabajadores de salud perder a compañeros y compañeras o saber que en una Unidad de Cuidados Intensivos está un familiar luchando por ganar la guerra contra el COVID-19.

Daniel asegura que todas las pérdidas son difíciles, pero duelen aún más cuando más que compañeros de trabajo son amigos que se aprecian. El día que grabó el video le dio la noticia del deceso de su amigo y a pesar del amor de su profesión le fue difícil entrar al hospital ese día.

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“¿Se pueden imaginar despertar un martes y tener la noticia que ha fallecido un compañero, un amigo, un padre, una madre?”, cuestiona Daniel al principio del video y agrega “lo más difícil es ir a tu trabajo y saber que has perdido un compañero de trabajo. Es difícil saber que vas a pasar por las áreas donde se mantenía y que él o ella ya no estará. Solo quedan muchos recuerdos que se vivieron juntos, el apoyo incondicional que hubo mutuamente”, dice.

“¿Se imaginan lo difícil que es estar trabajando en tu área y saber que en otra área está tu mami, está tu papá, está luchando por sobrevivir y así trabajar día a día… que los médicos te digan que han hecho todo lo posible y que tarde o temprano en tu área de trabajo te van a decir que tu mamá o tu papá falleció?”, agrega.

En el video Daniel hace hincapié en el esfuerzo extra que los trabajadores de salud deben de hacer cada día y a pesar que se desmoronen emocionalmente deben de “estar al pie del cañón” por los demás.

“¿Se imaginan estar laborando y que en ese mismo hospital hay más compañeros luchando (contra el COVID-19)? Hay compañeros que están entregando todo y es bien injusto como muchas personas no toman conciencia de la situación”, reflexiona.

“Los guerreros del hospital”, dice Daniel cuando se refiere a sus compañeros. Foto Daniel Contreras

Además, hace un llamado a la población en general a cuidarse por su familia y por quienes dan la vida para salvar la suya.

“Todo el personal de salud estamos viviendo esto, nos toca seguir así, trabajar así, seguir en primera línea. Hay casos de enfermeros atendiendo familiares, médicos tratando de salvar la vida de sus familiares. El resto del personal recibimos familiares también y así seguimos trabajando, tenemos que seguir trabajando. Todo eso lo vive el personal de salud y por todo esto el personal de salud vale oro porque a pesar de todo seguimos trabajando, seguimos en batalla, seguimos luchando”.

“El día de ahora entrar al hospital y saber que ya no va a estar un gran compañero es bien difícil. Un compañero que con los pacientes era calidad de persona, ahora ya no va a estar y nosotros tenemos que seguir trabajando por ellos, por todos los que nos han dejado. Seguimos luchando y seguimos en pie y vamos a seguir en pie. Tomen conciencia de la situación, valoren a sus familiares, abrácenlos cuando puedan y que Dios nos bendiga a todos”, concluye Daniel.

Dos enfermeras luchan contra el COVID-19 y sus familiares donantes de plasma