Los 38 docentes del Centro Escolar General Francisco Morazán (Cefram), de la capital, atendieron el llamado del Ministerio de Educación (Mined) para recibir la primera dosis de la vacuna CoronaVac.
Claudia Hernández de Olivo, director del Cefram, fue la encargada de dar el ejemplo a sus compañeros y la primera docente a la que se le inyectó la vacuna de la farmacéutica Sinovac.
Pacientes con enfermedades crónicas deben seguir sus tratamiento diario prescrito:
Para no sufrir una descompensación por su padecimiento. Cualquier enfermedad crónica mal controlada por el paciente, aunque haya recibido vacuna puede generar disminución de la efectividad de la misma
Personas con síntomas de COVID no debe aplicarse la vacuna deben esperar :
Quien tuvo COVID leve, corroborado con prueba, debe esperar al menos 2-3 semanas para colocarse la vacuna.
Los casos de COVID moderado o grave, que necesitaron manejo con inmunosupresores, deben esperar tres meses
“Se siente normal, nada más el pinchón. El llamado es a que vengan a vacunarse porque es para nuestra salud, nuestro bienestar en el trabajo, como en las familias”, expresó
El inicio de la vacunación fue en la Unidad de Salud San Antonio Abad, en San Salvador; en donde han convocado a los profesores de cuatro centros educativos públicos, entre ellos el Centro Escolar Morazán y el Centro Escolar de la Colonia Bernal.
En ese centro de salud hay tres equipos vacunadores, quienes atienden simultáneamente a los maestros citados.
El ministro de Salud, Francisco Alabí, informó que hay 162 puntos de vacunación en los que se seguirá aplicando la primera dosis al personal no sanitario, estos equipos tienen capacidad de aplicar entre 300 y 500 vacunas por día.
Aunque hay tres marcas de vacuna contra el COVID-19, como la AstraZeneca, Pfizer o CoronaVac, cada una con diferente eficacia que varía desde el 50 % al 90 % de protección, los docentes no dudaron en iniciar la inmunización y aplicarse la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19.
Ante la experiencia de ser la primer sector de la población en aplicarse la primera dosis de la vacuna CoronaVac los docentes manifestaron que creen en la seguridad de la vacuna y en su efecto de protección para prevenir casos graves y la hospitalizaciones por COVID-19.
"Mucha gente le tiene miedo a la vacuna ...Yo les digo que se la pongan porque es protección”
Con 75 años de edad y usando doble mascarilla, Nora Barriere, colaboradora administrativa del Centro Escolar General Francisco Morazán, llegó puntual a la cita en la unidad de Salud de San Antonio Abad.
La septuagenaria era una de tres adultos mayores que llegó aplicarse la vacuna contra el CoronaVac y que sin ningún temor tomó la decisión de inmunizarse para protegerse ella y las familias de las alumnas.
“Es para cuidarse con el virus que anda. Mucha gente le tiene miedo a la vacuna por ser adultos mayores, pero yo les digo que se la pongan sin ningún miedo porque es protección para uno... No le tengan miedo, tienen que venir con la fe de Dios para proteger a la familia”, aconsejó la septuagenaria, quien disciplinadamente carga un rociador de alcohol y un bote de alcohol gel para desinfectar sus manos y objetos que tocaba.
Barriere comentó que no había sentido dolor a la hora de la punción. “Me he sentido bien yo no le puedo decir, ¡Ay que me dolió! porque hasta ahorita me siento bien. Solo estoy esperando los 30 minutos que me han dicho que debo esperar, pero de ahí todo bien”, manifestó la colaboradora administrativa.
“Ningún efecto (secundario) de la vacuna, soy diabética, hipertensa y tiroides”
Cuando María Antonia Monge Ayala, de 67 años, llegó a la Unidad de Salud de San Antonio Abad, sentía incertidumbre ante el temor de aplicarse la vacuna debido a sus padecimientos crónicos.
Luego de ser informada de los cuatro pasos para el procedimiento, ella se relajó y espero su turno. Dentro de 28 días deberá repetir la cita para recibir la segunda dosis de CoronaVac.
La sextuagenaria, quien lleva 30 años como docente en el centro escolar Francisco Morazán, luego de ser inmunizada esperó 30 minutos en observación, sin presentar ningún inconveniente o reacción adversa.
“Ningún efecto de la vacuna, soy diabética, hipertensa y tiroides; hasta el momento no he sentido nada”, comentó mientras esperaba y observaba que una de sus colegas que no tomó sus medicinas para la hipertensión adecuadamente sufrió una baja presión.
Debido a ello, el personal de la unidad de Salud atendió prontamente a la paciente. Los profesionales de Salud aconsejaron a los docentes seguir aplicando sus respectivos tratamientos, tal como se los indicó el médico.
“No tengan miedo y vengan a vacunarse. La vacuna es una esperanza posiblemente para que no nos dé más fuerte el COVID”, aconsejó Monge Ayala.
“Los maestros estamos acostumbrados a los retos y por ende estamos listos para recibirlos”
Para Elena Orellana, de 59 años, docente de bachillerato del Centro Escolar General Francisco Morazán, la pandemia ha sido todo un reto y una nueva experiencia que a pesar de las dificultades que existen en las instituciones educativas públicas han logrado superar un año académico.
A sus 40 años de trabajar como docente reconoce que a veces es importante tomar algunos riesgos para superar las adversidades y regresar a las aulas, razón por la cual, no dudó en vacunarse y comenta que durante dos horas que estuvo en la Unidad de Salud de San Antonio Abad, no sintió ningún efecto.
“En primer lugar es protección personal, sabemos que todo tiene un riesgo, pero la vacunación nos va poder permitir enfrentar con mayor seguridad el nuevo reto del regreso de los estudiantes ”, detalló la educadora.
Orellana comentó que los docentes y la institución ya está lista para recibir a un aproximado de 400 alumnas para el 6 de abril.
“Yo creo que los maestros ya estamos acostumbrados a los retos y por ende ya estamos listos para recibirlos”, expresó la pedagoga.