El covid-19 le quitó a su madre y un hermano a santaneca

Santa Ana es el municipio con más casos positivos, 7, 042, en el departamento desde el inicio de la pandemia en El Salvador. Familiar lamenta que muchas personas aún no se protejan o no tomen en seria la enfermedad, que a ella le robó a dos seres queridos cercanos

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Foto: Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2021-09-02 12:16:29

“Si en la mano de Dios está levantarme, él lo va a hacer; pero sólo te quiero decir que tengo paz en mi corazón, mi alma está reposada. Te amo mucho hija linda; viví la vida reposadamente para tus hijas y para vos, si yo de esta no salgo. Buscá el bien en todo tiempo hija, que eso es bueno en estos momentos”.

Estas fueron las palabras que Sonia Leticia Córdova Guerrero logró decirle, a través de un mensaje de voz, a su hija, el 8 de agosto, minutos antes de ser entubada producto de complicaciones en su salud por covid-19.

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El mismo día fue trasladada hacia el Hospital El Salvador, desde el Seguro Social de Santa Ana; pero falleció seis días después, a las 12:07 del mediodía, debido a complicaciones por neumonía invasiva.

Ivonne Negro Córdova aún no supera el dolor que dicha enfermedad ha provocado en su familia ya que el 1 de febrero, su hermano Marlon Antonio, falleció por consecuencias que dejó en su organismo el covid-19.

De él se pudo despedir y abrazar ya que al momento de su fallecimiento, en Estados Unidos, había dado negativo a la enfermedad, que sufrió en diciembre de 2020; pero debido a los efectos de la enfermedad murió por problemas en su corazón y riñones.

“(Me siento) con una impotencia; yo a todo el mundo le digo que no es broma, hay gente que sigue diciendo que es una gripe. Hay gente que dice que es publicidad (de la enfermedad) y no, yo he vivido eso”, expresó Ivonne, quien tras los dos decesos cercanos  en su familia trata de hacer aún más conciencia entre la población para prevenir la enfermedad.

La muerte de Sonia impactó entre el personal médico y de enfermería, sobre todo del Seguro Social de Santa Ana ya que durante más de tres décadas laboró como enfermera, hasta que se jubiló en el 2016.

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El amor y entrega a su trabajo hizo que durante ese tiempo fuera muy querida entre sus compañeros. En los últimos años se había entregado al servicio en la iglesia evangélica.

Muchas personas también la recordarán por el amor que le tenía a los animales, al punto que en más de alguna ocasión llegó a adoptar perros que vivían en la calle, sin importar que estos cuando eran llevados a su vivienda le dañaban pertenencias o generaban desorden.

“A mi hermana le gustó el campo de la medicina y estudió para ser enfermera; vocación que desarrolló no simplemente porque le gustaba sino porque ella se preocupaba mucho por la gente y quería ayudar a la gente. Durante toda la vida siempre ha tenido ese maravilloso don que el Señor le ha dado, de ayudar a la gente; muchas veces aún a costa de su sacrificio. A veces no comía por ir y ayudar a la gente”, expresó uno de sus tres hermanos, Nelson David Córdova, durante una reunión, el día que la sepultaron,  en la iglesia donde ella se congregaba.

Sonia se hizo el examen el 22 de julio para saber si era positivo a covid-19 luego que su padre, de más de noventa años, había tenido un resultado desfavorable tras someterse a la misma prueba.

Para entonces, el contacto entre ellos se había estrechado porque era ella quien llevaba comida a su casa porque tenía una alergia en su cuerpo; posteriormente comenzó a presentar fiebre. El nonagenario superó la enfermedad.
El 2 de agosto, Sonia fue ingresada en un hospital privado porque presentó complicaciones en su respiración tras ser tratada en casa por un médico particular.

Cinco días después fue remitida al Seguro Social y más de 24 horas después enviada al Hospital El Salvador porque su salud no mejoraba.

El 14 de agosto, a los 64 años, falleció teniendo paz en su corazón, tal como se lo manifestó a su hija la última ocasión que ella pudo expresarle palabras.