Encontrarnos inmersos en esta realidad nos pone a todos en diferentes posiciones con respecto al problema de pandemia a nivel del mundo y específicamente en El Salvador, obviamente es nuestro país.
Hoy quiero hacer referencia a la postura que muchos mantuvieron cuando el COVID-19 era el sufrimiento de otros y no de los nuestros. El ser humano por naturaleza es individualista; aprender a ser solidarios y empáticos es algo que se adquiere en base a la educación, pero a pesar de eso al final es algo personal.
Por ello muchos hacían chistes, memes, etc., no critico eso, sino la falta de conciencia que tenemos, y como lo veíamos tan lejos, nos sentíamos afortunados de no ser los portadores del COVID-19. El detalle fue cuando el gobierno y las diferentes instancias correspondientes a este tomaron la iniciativa de cerrar fronteras, luego vino la cuarentena y hasta ese momento la mayoría de personas, a nivel psíquico, asimilaba positivamente esas decisiones.
En este sentido, podemos considerar como psíquico a todos los procesos y fenómenos que tienen lugar en nuestra mente, como, por ejemplo, las sensaciones, las percepciones, la memoria o el razonamiento. Asimismo, cuando algunas de estas funciones se ven alteradas, hablamos de trastornos o desequilibrios psíquicos y emocionales.
Por ello hago referencia al mundo psíquico frente al COVID-19, en nuestra mente están pasando una diversidad de fenómenos y problemas psicológicos a causa del virus, que nos afectan emocionalmente.
Este miércoles cumplimos 22 días en cuarentena y ya tenemos 93 casos positivos de COVID-19, anteponiendose a nivel psíquico una diversidad de contradicciones y necesidades ya sean económicas, políticas, religiosas, alimenticias, de sostenibilidad, comerciales, laborales y muchos factores más; y a raíz del incremento de casos se agregan 15 días más, generando un shock emocional, afectando directamente al Sistema Nervioso Simpático cuya acción principal está relacionada con una respuesta de lucha o huida ante estímulos externos que puedan poner en peligro al organismo.
Este conjunto de acciones se desencadenan de forma automática ante cualquier estímulo intenso como un sobresalto o una situación generadora de ansiedad que involucra el miedo, la paranoia, y ante nuestro panorama tener en cuenta que detrás de esta enfermedad ya existían otros problemas.