Contra todo diagnóstico, Ana Lucía sin oír ni hablar vende sus obras de arte para costear sus gastos de graduación universitaria

La joven, apasionada por los números, el dibujo y la pintura, ha encontrado en las artes plásticas una forma de comunicarse.

La joven apasionada por los números, el dibujo y la pintura, ha encontrado en las artes plásticas una forma de comunicarse.

Por Vanessa Jurado

2019-07-26 6:42:48

Al cursar primer grado en el Centro de Audición y Lenguaje, a Ana Lucía se le reducían las posibilidades de recibir una formación académica “formal”, porque además de ser no oyente, la ceguera estaba llegando a su vida, como consecuencias de la rubéola cuando estaba en el vientre de su madre. Contra todo diagnóstico y un don en sus manos, ahora se encuentra en la última etapa de su formación universitaria.

En 1998, El Diario de Hoy compartió un reportaje sobre la difícil travesía que vivía Rigoberta Amador, madre de Ana Lucía para lograr que su hija a pesar de no escuchar, ni hablar y al punto de quedar ciega, alcanzara el éxito.

¡Eso, está por cumplirse! A casi 21 de haber enfrentado una de las mayores oscuridades, Ana Lucía ha logrado culminar sus estudios en administración de empresas en la Universidad Cristiana de las Asambleas de Dios, UCAD.

Ingresar a la universidad no fue cosa sencilla, Ana Lucía requería de un traductor que le asistiera en sus clases, eso significaba inversión, su mamá buscó ayuda pero no funcionó. Fue ella quien se convirtió en traductora durante toda la carrera universitaria de su hija.

El Diario de Hoy hizo un reportaje en 1998 sobre como el diagnóstico de salud minimizaba las posibilidades de Ana Lucía para continuar su formación académica. Tiempo después fue operada de sus ojos/ Archivo EDH

“Cuando comencé (la universidad), era difícil porque nadie sabía cómo comunicarse en mi lenguaje. Si no hubiera sido por mi mamá, que ella es mi intérprete, yo no estuviera acá”, asegura con orgullo Ana Lucía.

Doña Rigoberta Amador pudo ingresar a las clases de su hija porque la respaldaba un título como profesora. Cada clase terminada fue un avance en el sueño de su hija para ser una profesional, ese que ahora está por cumplirse, pues actualmente se encuentra en el último proceso de su carrera.

Las primeras tareas de Ana Lucía/ Foto archivo EDH

Para Ana Lucía y su madre no fue fácil llegar hasta esta etapa. Según Doña Rigoberta, se ha encargado de acompañar a su hija en todo el proceso y motivarla a alcanzar sus metas, asegura que nunca la limitó a creer en ella misma y tampoco le contaba las difíciles situaciones, que como madre enfrentaba.

Ana Lucía, además de ser una apasionada por los números y la administración, también ha desarrollado un don nato con el dibujo y la pintura. Su madre cuenta que desde los seis meses, la joven tomó una crayola y comenzó a hacer sus primeros trazos.

“Me encanta dibujar la naturaleza, los peces, los animales, las personas, es algo emocionante. Hace poco descubrí la carpintería y la integré”, cuenta Ana Lucía.

Foto EDH/ Marcela Moreno

La madre de la joven comenta que siempre han tenido que buscar formas de generar ingresos para costear los gastos académicos y de salud de Ana Lucía.

Por eso, el amor por las artes plásticas actualmente le ha valido a Ana Lucía para convertirlo en una fuente de ingreso que le permita reunir el dinero necesario para su graduación y así obtener oficialmente su título como Licenciada en Administración de Empresas.

Ana Lucía ha logrado combinar sus actividades en el artes con los estudios de la universidad, sabe muy bien de administración, dibuja, pinta, baila, modela, cocina, pero también tiene otros sueños que cumplir, anhela actuar en una novela y escribir un libro.

Recientemente, Ana Lucía unió su habilidad en las artes plásticas con el tallado en madera que elabora Alexander Solano, un amigo de la familia que se ha sumado a la iniciativa de ayudar a la joven para que se gradué.

Está alianza tiene un producto estrella, unas mesas talladas en madera y pintadas a mano, ¡una verdadera obra de arte!

La joven vende sus obras de arte para cubrir sus gastos de graduación universitaria. Foto Marcela Moreno

Llaveros, cruces, cuadros, espejos, esculturas, bandejas, adornos, cofres, entre otros, son algunas de las obras que también vende la joven para reunir el dinero de los gastos de su graduación.

“En mi caso no puedo hablar, pero si no entienden mi lenguaje con las manos, Dios me ha dado algo precioso porque sin querer he hecho arte y eso me hace tan feliz, que quisiera hablarle al mundo”, dice emocionada.

“Estamos comenzando a darnos a conocer, nos hemos fusionado desde el año pasado, al comprar las obras están apoyando la causa. Tenemos el compromiso que ella (Ana Lucía) se pueda graduar”, comenta Alexander Solano.

Foto EDH/ Marcela Moreno

Puedes ayudar a Ana Lucía con los fondos necesarios para sus gastos de graduación comprando sus obras de arte, búscala vía Facebook como Ana Lucía Amador (Pintora) o llamar al número 6006-2684.