Juristas piden no caer en “los cantos de sirena” de cambios a la Constitución

A juicio de cinco abogados jóvenes, lo que hay que cambiar es la cultura de irrespeto a la ley, no la Constitución. Esto último les genera suspicacia por posibles pretensiones de mantenerse en el poder más allá de los límites actuales.

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Participantes del foto ciudadano “Valoremos la Constitución”. Foto cortesía

Por Ricardo Avelar

2020-08-25 9:55:16

En el foro ciudadano “Valoremos la Constitución”, un grupo de abogados jóvenes advierten los riesgos de reformas de gran calado a la Carta Magna y consideran que aun si están revestidas de una retórica atractiva, pueden ser muy peligrosas.

“Es mito que requiera reformas de gran calado la Constitución. Todos pensamos que debe tener reformas puntuales, pero hacerle reformas grandes serían contraproducente”, opinó Claudia Umaña, presidenta de la Fundación Democracia, Transparencia y Justicia (DTJ). “Si sucumbimos sería como embaucarse por cantos de sirena, y lo que se hundirá serán nuestros derechos fundamentales”, advirtió.

Con esto coincidió Ruth Eleonora López, constitucionalista, quien aclaró que “hay que darle vida y vigencia a la Constitución antes de pensar en un nuevo sistema de gobierno”.

La jurista además sentenció que “el camino no es crear otro pacto social por caprichos que dicen que el sistema está agotado”.

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En otros países, estos procesos terminaron debilitando la democracia, previno Javier Castro, director de Estudios Legales de Fusades. Con ello, hace referencia primordialmente a cómo se debilitó el marco legal para preservar en el poder a figuras como Hugo Chávez, en Venezuela; Evo Morales, en Bolivia; Daniel Ortega, en Nicaragua; y el intento infructuoso de Álvaro Uribe de hacerlo en Colombia.

Asimismo, Castro pide fijarse en quién propone el pliego de reformas para entender las intenciones detrás de sí. En concreto, dice tener preocupaciones de que el gobierno actual sea quien empuje la iniciativa, cuando ha dado muestras de irrespeto al sistema legal, particular pero no exclusivamente el pasado 9 de febrero con la incursión militar al Congreso.

“No hay que caer en caprichos coyunturales, no es cierto que la Constitución está obsoleta. Además, el problema del país es el irrespeto a la Constitución, no la ley máxima”, dijo.

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A juicio de Humberto Sáenz Marinero, presidente de Acción Ciudadana, uno de los problemas principales es que la Constitución no ha sido apropiada por la ciudadanía, quien tiende a verla como un documento lejano, y no como el cuerpo donde descansan los derechos fundamentales de los ciudadanos.

“Es una constitución bien hecha, perfectible pero que no requiere un proceso de refundación de cero”, manifestó. Pero preservarla pasa no solo por advertir los riesgos de su cambio estructural, sino de socializar la importancia de esta.

“Tenemos que destruir la percepción de que la Constitución es la piedra en el zapato para ciertas aspiraciones”, dijo.

German Rivera, presidente del Centro de Estudios Jurídicos (CEJ), lamentó que el vicepresidente de la República, Félix Ulloa, esté hablando de grandes cambios constitucionales, cuando él mismo ha presentado recursos legales que han tenido impacto en el sistema electoral del país.

Con ello, ilustra que el sistema constitucional funciona bien y previene caer en tentaciones cuestionar la legitimidad de este marco legal y pretender cambiarlo.

Para ello, sugiere mejor enfocar los esfuerzos en corregir aspectos puntuales, como los procesos de selección de magistrados que pueden garantizar independencia, idoneidad y el debido funcionamiento de las instancias jurisdiccionales en el país.

Las opiniones de estos abogados jóvenes se enmarcan en la preocupación que ha generado un gobierno que en un año ha demostrado ver con desdén los controles y límites en el poder, así como la institucionalidad y el diálogo cordial con la oposición.

Como concluyó Claudia Umaña, de DTJ, “lo que hay que cambiar no es la Constitución, sino la cultura destructiva de no cumplirla. Cambiarla sería un desatino, cuando es más importante aprender a aplicarla en su texto y espíritu”.