Doña Pimpa, una anciana de 89 años que duerme en el patio de una vivienda en Conchagua

La única compañía que tienen es una perrita de nombre “machigua”, es la que les avisa cuando alguien toca el portón de la propiedad.

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Foto EDH Insy Mendoza

Por Insy Mendoza

2020-09-22 9:46:57

María Olimpia Chavarria, viuda de Flores, de 89 años, está bajo los cuidados de su hermano Juan Ramón Chavarría, de 83 años; ambos viven en colonia Santa Mónica, Conchagua, La Unión.

La anciana pasa las 24 horas del día entre sentada y acostada en una cama en el patio de la vivienda. Su hermano la asiste consiguiéndole los alimentos.

La única compañía que tienen es una perrita de nombre “machigua”, es la que les avisa cuando alguien toca el portón de la propiedad. Ellos tienen dificultades para oír bien; pero al ver que su perrita ladra con dirección a la puerta, es aviso que alguien los visita.

Foto EDH Insy Mendoza

En la propiedad hay un pequeño cuarto donde antes dormía la anciana, pero por su dificultad para caminar, se hacía sus necesidades; es por eso que ahora tiene la cama en un área del patio donde su hermano lava el piso o la cama cada vez que sea necesario.

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Doña Pimpa como la conocen de cariño; fue comerciante, viajaba seguido desde La Unión a la isla Amapala, Honduras, a vender pescado y todo lo que podía comercializar. En esos viajes conoció el amor a Eduardo Flores un pescador, se acompañó con el hondureño, y es así como vivió muchos años en Amapala.

Foto EDH Insy Mendoza

Hace 20 años murió su compañero de vida, se quedó viviendo sola en la casita que ambos construyeron. Pero por razones desconocidas alguien vendió la propiedad, la anciana se quedó sin techo y sin el dinero producto de la venta de la casa.

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Hace dos años se vino para El Salvador a vivir con su hermano. Pimpa en su estado senil, seguido viaja a Amapala su lugar favorito, pero también recuerda todo lo que vivió “me acompañé con Eduardo Flores un hondureño, pero ya quedé viuda, tuvimos un hijo que se nos murió de 1 año; yo quisiera irme de éste lugar para estar bien”, agregó.

“En mis tiempos fui carpintero, pero ya no puedo porque tengo problemas en los ojos, con lo poquito que me pagan salgo a comprar la comida para los dos”, Juan Ramón Chavarría.

Juan Ramón tiene varios años de estar cuidando la casa, el propietario reside en el exterior, le pagan $5 diario para la alimentación; pero de ahora que tiene a su hermana tiene que rebuscarse para que ese dinero le alcance para comer los dos.

“Pago 5 dólares a una mujer para que venga a bañarla, porque yo no puedo hacerlo porque esas son cosas íntimas que uno puede hacerle; por eso yo estaría de acuerdo que la llevarán a un lugar donde ella estará bien con todos los cuidados y atenciones”, agregó Juan Ramón.

Algunas personas que conocen las condiciones en que se encuentra la anciana, aseguran que lo más indicado es que doña Pimpa tiene que estar en el Asilo de la parroquia San Carlos Borromeo, de La Unión; para que tenga todos los cuidados desde las atenciones médicas, alimentación, entre otros.