Los restos del salvadoreño José Santiago Rovira Ponce, quien murió al tratar de cruzar el río Bravo en la frontera sur de México, arribaron a su natal Conchagua, La Unión, esta madrugada.
José Santiago, originario del barrio San Antonio, tenía 15 años de trabajar en la alcaldía municipal de esa localidad y decidió emprender el viaje hacia Estados Unidos en busca de una mejor oportunidad para él y su familia.
“Le dije que no viajara, pero él dijo que tenía necesidad y que después mandaría a traer a su esposa y su hija”, comentó Juan Reyes, uno de sus ex compañeros de trabajo.
La familia de José Santiago recibió la trágica noticia a mediados de mayo.
En aquel momento, el alcalde Jesús Medina explicó que José Santiago pidió un mes de permiso para intentar llegar a Los Estados Unidos.
A Chago, como le decían de cariño sus compañeros de trabajo y la comunidad, lo recordarán como un hombre dinámico, alegre y colaborador.
Esta tarde sus restos serán enterrados en el cementerio general de Conchagua, previo será oficiada una misa en la parroquia Santiago Apóstol.
En dos meses es el segundo caso de un salvadoreño muere ahogado en el río Bravo, en junio Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y su pequeña hija Valeria, fallecieron en ese mismo afluente.
La imagen de Óscar y Valeria dieron la vuelta la mundo, pues mostraba sus cadáveres de ambos flotando en la riberas del río.