"Fue algo difícil la situación cuando cancelaron las actividades de Cuaresma y Semana Santa"

Juan Carlos Campos ha dedicado 26 de sus 37 años de vida a la confección de túnicas para imágenes de santos. Los costos de la materia prima de primera calidad y el aumento de los impuestos en las importaciones han elevado los precios de las vestimentas.

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Por Iliana Ávila

2021-03-09 6:30:06

Juan Carlos Campos ha dedicado 26 de sus 37 años de vida a confeccionar y bordar vestimentas para imágenes de piedad, como el Nazareno y la Virgen de Dolores. Desde muy pequeño aprendió a elaborar estas delicadas prendas en el taller de algunos familiares en el vecino país de Guatemala y desde su taller en el municipio de Chinameca, San Miguel, hace llegar su exclusivo trabajo a las parroquias y hermandades de todo el país que lo requieren.

En el Taller de Bordados La Merced se dedican al diseño y elaboración de túnicas bordadas a mano para imaginería procesional, cabelleras artesanales y orfebrería religiosa. Pero, con el confinamiento del 2020 por la Covid-19 que trajo consigo el cierre de fronteras y la cancelación de la celebración de la Semana Santa, los encargados del taller tuvieron que lidiar con la falta de materia prima y la reducción en los pedidos.

Para el 2021 ven con esperanza que su trabajo se luzca en las actividades parroquiales; de momento se encuentran trabajando en la vestimenta que portará el Nazareno en el municipio de Chinameca, entre otros.

“Fue algo difícil la situación cuando cancelaron las actividades de Cuaresma y Semana Santa. Ya cuando cerraron la frontera fue peor, porque los materiales los traemos de Guatemala y otra parte de México. Pero teníamos reserva y con eso hemos terminado los pedidos, vamos agendando más, entonces lo de la cuaresma del año pasado los estuvimos sacando durante el año, con la esperanza de que se utilicen este año”, contó el artesano Campos.

Según Campos, en su taller la demanda de vestimenta, túnicas, cabellera sacra y orfebrería se han reducido en un 20 %. A esto se suma que la materia prima ha aumentado su valor entre un 25 % y un 30 %, además “han subido mucho los impuestos en aduana, entonces nos vemos obligados a elevar un poco los costos de los trabajos, siempre tratando de quedar bien con el cliente. Pero tenemos esa dificultad de incrementar simbólicamente los costos, por las limitantes que estamos teniendo en cuanto a materia prima”, señaló Campos.

Para cumplir con las exigencias de las hermandades y la satisfacción de un trabajo delicadamente elaborado, Campos logró establecer una alianza con una empresa guatemalteca que les suministra telas de damasco, y también tiene otros proveedores internacionales.

 

En el taller también labora Luis Clímaco, ambos hombres se han preocupado por estudiar y conocer las formas correctas de vestir las imágenes, así como de perfeccionar sus técnicas día con día, pero la pandemia también les ha obligado a organizar mejor sus finanzas, al punto que a pesar de la reducción en los pedidos y el aumento en el precio de la materia prima, agradecen no tener ningún tipo de deudas.

En 2020, la Asamblea legislativa aprobó una serie de reformas con el fin de que las micro y pequeñas empresas obtengan accesos a créditos de bajo monto, y aun cuando un buen número de personas han buscado por esta opción, Carlos Campos y Luis Clímaco no lo ven como una alternativa.

“Creo que es algo personal, porque ellos han puesto su programa, pero uno analiza si nos favorece a largo, mediano y corto plazo. Entonces ahí es que uno se pone un alto para no adquirir algún programa que sea dizque favorable; pero nosotros gracias a Dios nos hemos mantenido con los recursos que hasta ahorita podemos como solventar, porque parece que si uno se mete a un programa de financiamiento disminuye la ganancia, porque debe pagar la cuota a la financiera”, valoró Clímaco.

Campos y Clímaco consideran que la permanencia de su negocio se sustenta en el conocimiento pleno del trabajo que desarrollan, así como establecer las relaciones de amistad con sus clientes.