Las autoridades policiales hallaron este lunes tres osamentas que estaban enterradas en un predio que se supone era utilizado por pandilleros como cementerio clandestino en la comunidad El Guarumal, cantón El Limón de Colón, La Libertad.
Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado información sobre quienes podrían ser las víctimas y se limitan a señalar en su cuenta de Twitter que "el análisis científico determinará la antigüedad de las osamentas".
Tampoco han revelado si hay pandilleros detenidos relacionados con este hallazgo.
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A finales de enero de este año, los cadáveres de dos repartidores de comida china fueron hallados en una fosa clandestina en el mismo sector del cantón El Limón, Colón, La Libertad.
Diego Miguel Sibrián, de 22 años; y su compañero de trabajo, Wilmer Escalante, desaparecieron el 27 de noviembre del 2020 en la residencial Nuevo Lourdes en el mismo municipio.
Al momento de encontrar sus cuerpos, las autoridades hallaron una chaqueta de uniforme con el logo de la empresa de comida rápida y un carnet de Diego Sibrián.
Sibrián, por medio de un mensaje en Whatsapp, le dijo el 27 de noviembre a su esposa que se dirigía a la casa de un amigo en Lourdes.
En septiembre de 2019, las autoridades descubrieron otro cementerio clandestino en ese mismo sector en el que descubrieron no menos de seis cuerpos de víctimas de las pandillas que operan en la zona.
En 2013, las autoridades encontraron los cuerpos enterrados de 28 personas asesinadas por pandilleros que operaban en el cantón El Limón, de la Hacienda Agua Fría, siempre en Colón, La Libertad.
La mayoría de las víctimas que fueron halladas enterradas en ese sector desaparecieron entre marzo de 2012 y abril de 2013, período en el que el gobierno del ex presidente prófugo Mauricio Funes negoció la baja de homicidios con las pandillas a cambio de privilegios carcelarios y beneficios económicos.
Las autoridades de ese entonces reportaron una reducción sensible de los asesinatos, pero la cantidad de personas desaparecidas duplicaron la cifra de homicidios.
Los pandilleros que cometieron esos 28 homicidios purgan una condena de 288 años de cárcel desde octubre de 2016.