Desde el 20 de marzo, el ala oriente del cementerio La Bermeja fue acondicionada para recibir a capitalinos que murieran a causa de COVID-19. La alcaldía municipal, que administra ese recinto, cavó 118 tumbas para sepultar allí a personas bajo un protocolo de bioseguridad.
Las primeras tumbas cavadas ya fueron usadas y el espacio que queda es mínimo. La administración de cementerios ha iniciado con las primeras obras que pasan del improvisado terreno de tierra a la colocación de placas y grama.
Las obras incluyen la colocación de una escultura de la Virgen de La Paz, en el costado oriente del área, que da al muro perimetral.
Un metro más
Los 2.20 metros del muro que limita la vista de los dolientes desde la calle hacia el interior del recinto parecen no son suficientes para alguien, pues se le está aumentando la altura. En agosto pasado, El Diario de Hoy reportó cómo los parientes que enterraban a sus familiares allí, tenían que ingeniárselas para ver el ataúd de sus seres queridos ser enterrado, incluso al punto de subirse a un promontorio de basura.
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Como parte de los protocolos de bioseguridad, la administración solo permite que dos dolientes entren a La Bermeja para ver desde lejos el sepelio. El resto de personas observaban desde el muro; una forma aún más dolorosa de despedir a un ser querido, según los dolientes.
A pesar de la disposición, el alcalde Ernesto Muyshondt sí ingresó al área el pasado 30 de octubre para develar la escultura de la patrona de El Salvador, previo al Día de los Fieles Difuntos.
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Los nuevos trabajos de remoción en el campo santo incluyen la elevación de un metro más a la altura del muro, con lo cual, los dolientes tendrán más difícil poder observar el entierro, al menos, desde lejos.
El Diario de Hoy intentó obtener declaraciones de la Alcaldía de San Salvador, para saber si implementarán un protocolo más flexible que permita el ingreso de más familiares para que puedan ver desde lejos el entierro de sus parientes, pero hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta.
En las últimas semanas, los entierros con protocolos COVID-19 han sido menos frecuentes en La Bermeja y el espacio disponibles es cada vez menor. A pesar de ello, la alcaldía no ha anunciado si cuenta con un área adicional para enterrar a más fallecidos bajo el protocolo de bioseguridad exigido por Salud.