Así se celebra en la Isla Perico la llegada “con bien” de una isleña a EE.UU. tras pasar dos días en el desierto

La joven de 19 años viajó ilegalmente, junto a otro pariente. Quedaron "tirados" en el desierto y lograron cruzar la frontera. En agradecimiento que están "con bien" hubo rezos para el Señor de los Milagros y San Alejo. En la isla Perico celebraron con música y comida.

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Por Insy Mendoza

2021-06-15 5:30:02

Como un milagro que alegra a toda la isla, como una fiesta que comienza en la mañana y se extiende hasta pasado el almuerzo a la cual llegan todos los vecinos e invitados especiales, como una peregrinación religiosa con mezcla de sacrificio, rezos, un altar preparado y veladoras, así se celebra en la Isla Perico, en La Unión, la llegada “con bien” de una de sus isleñas a Estados Unidos, quien viajó ilegalmente a ese país huyendo de la pobreza y esperanzada en lograr un mejor futuro para ella y su familia.

Los isleños prestaron a la iglesia de la ciudad de San Alejo las imágenes del Señor de Los Milagros y de San Alejo. Ambas fueron llevadas en carro hasta el estero de El Salamo, donde una lancha esperaba por ellas para trasladarlas a la isla.

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Los santos fueron colocados cuidadosamente en la lancha y protegidos para evitar que s e mojaran o que cayeran al mar.
Delmy Antonia Marquina, de 40 años y madre de la joven que viajó ilegalmente, cargó en sus hombros el camarín con la imagen del Señor de los Milagros y caminó descalza desde la orilla de la isla hasta su vivienda.

La imagen de San Alejo viajó sobre los hombros de un pariente de los Marquina.

En el pequeño recorrido un grupo de jóvenes hizo sonar sus instrumentos, que daban el ritmo de banda a esa festiva jornada.

En la pequeña sala de la casa de la familia Marquina estaba listo el altar con flores y velas para colocar los camarines. También había, flores y usaron manteles y cortinas blancas para resaltar la importancia del pequeño espacio.

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“Mi hija mandó el dinero para todos los gastos que se hicieron para pagar la promesa, ella ya tiene un mes de estar trabajando en un restaurante; estamos muy feliz pero también la extrañamos mucho”, dijo la madre, quien agradece que la mayor de sus cinco hijos este con bien, aunque lejos de ella.

Los primeros comensales llegaron junto al Señor de los Milagros y San Alejo. Delmy Antonia estaba preparada para recibirlos con desayuno, muy al estilo de quienes viven del mar, pescado frito, arroz y tortillas.

En el menú del almuerzo el plato principal fue pollo. La carne blanca no es común en la dieta de los isleños, está, principalmente, reservada para ocasiones especiales.

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La hija de Delmy, con quien comparten el nombre tomó la decisión, pese al riesgo del viaje, porque quería obtener un trabajo y mejorar las condiciones de vida de su familia.

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La decisión de Delmy Cruz , de 19 años, implicó abandonar la oportunidad de seguir sus estudios, a través de la beca que la Fundación de Salvadoreños en la Florida (FUSAFLOR) le había otorgado. El año pasado cursó primer año de bachillerato técnico Naval, en el Instituto capitán de navío César Yanes Urías, en la Base Naval de La Unión.

La joven siempre pensó en irse al extranjero para aliviar la carga de su familia que vive de la pesca artesanal, y de la agricultura.

Ella sabe lo duro que son las faenas porque salía a pescar con sus padres, y a sacar conchas en los esteros. Y desde hace mucho le ilusiona comprar nuevos equipos de pesca y cubrir necesidades básicas, que a menudo la falta de dinero imposibilita.

La familia le apostó, se aventuró al viaje y se endeudó con $18,000 para pagarle al traficante de personas.
Delmy Cruz migró junto a un tío, quien también pagó la misma cantidad de dinero.

Ambos salieron el pasado 10 de marzo.

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Durante su travesía pasaron dos días tirados en el desierto; llenos de tribulación. Solo los rezos les llenaron de esperanza. Fue en esas circunstancias que la joven ofreció al Señor de los Milagros que, de llegar al otro lado, ella y su tío celebraría con el rezo del rosario en su casa, en la isla Perico.

La isleña ya tiene cuatro meses de estar a Estados Unidos y trabaja en un restaurante. Actualmente se hospeda con una tía y mantiene firme su sueño de comprarle nuevos equipos de pesca a sus padres, comprarse un vehículo. Y está por iniciar sus clases para aprender inglés.

Delmy Antonia dice que su hija tomó esa dura decisión al ver tanta pobreza que hay en la familia, “ella desde que tenía 15 años quería irse, pero no permitía que se fuera sola, fue hasta que mi hermano Inmar, de 38 años también decidió viajar es que la dejamos que se fuera”.

“Tardaron 40 días para llegar a Los Estados Unidos, ya que se encuentra trabajando en un restaurante desde las 4:00 de la tarde a las 11:00 de la noche, logró cumplir con sus sueños de llegar a ese país”, agregó Delmy Antonia.

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SOBRE LA ISLA

La población del islote Perico es de 121 personas y algunos de los isleños emigraron a Estados Unidos. De las remesas que ellos mandan, algunas familias han logrado construir casas de concreto. Sin embargo, la mayoría de las infraestructuras de las casitas es de láminas y bahareques. Los hombres se dedican a la pesca artesanal,
mientras que las mujeres salen a extraer cascos, curiles, punches y almejas; los cuales son llevados a los mercados de La Unión y San Alejo.
No cuentan con el servicio de agua potable y viajan en sus botes o lanchas a la ciudad de La Unión para comprar agua en cántaros, la cual usan para beber y preparar alimentos.

 

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