“Esa es la promesa, demoler la casa y hacerla tal cual la encontraron”, dice José Martínez, mientras observa como las paredes de su hogar, color beige pálido, se asoma por el abismo de la cárcava de la Colonia Santa Lucía. A él y a otros de sus vecinos, que perdieron sus viviendas o están catalogadas como inhabitables, el gobierno les prometió que se construirían nuevamente, “tal cual la encontraron y en el mismo sitio donde se encontraba”, les dijeron, asegura José.
Desde febrero, José quiso iniciar el trámite para que el Ministerio de Obras Públicas valuara el precio de su casa y así la pudieran construir nuevamente; sin embargo, debido a la la emergencia por la pandemia de COVID-19, el trámite no se pudo concluir. Seis meses pasaron y los daños en su vivienda aumentaron debido a la maquinaria de construcción que ingresa a la zona y a las inclemencias del clima. Ahora, su casa presenta grietas en el piso y el cableado eléctrico ha desaparecido por completo.
Tres días antes de la visita del Procurador de Los Derechos Humanos y el alcalde de Ilopango a la colonia, el pasado 16 de septiembre, José asegura que autoridades del Ministerio de Obras Públicas le expresaron, luego de revisar su papeleo, que su solicitud de reconstrucción aún no está ingresada al sistema y, por tanto, ni si quiera ha comenzado a ejecutarse.
Esa situación lo lleva a pensar que el gobierno terminará la obra en la cárcava pero no cumplirá la promesa de construir las viviendas de las personas que las perdieron. “Me preocupa que, en su afán de ahorrar, decidan no hacer las casas y terminen la obra y esta casa ya está débil”, asegura José.
Otra de las preocupaciones para él, y otros propietarios de viviendas en la colonia, es que aumente el monto del crédito de financiamiento para sus casas, a pesar que ya llevan aproximadamente un año sin habitar los inmuebles, por lo que solicitan una condonación de deuda. “Ya pagué 21 años y me faltan 4 para terminar de pagar mi casa”, dice José y expresa su temor a que exista un incremento por parte del Fondo Social para la Vivienda.
Además de la incertidumbre de no saber si el gobierno podrá reconstruir su casa, su familia y otras decenas de propietarios de la Colonia Santa Lucía, José asegura que se vieron afectados psicológicamente, pues repentinamente fueron evacuados de sus hogares y a eso se le suma el peso de iniciar una “nueva vida” en una ubicación distinta.
Él admite que la casa que alquila actualmente, con la ayuda del gobierno, en la Colonia Llano Verde, reúne las condiciones de seguridad que su familia tenía en Santa Lucía, no obstante afirma que esa ayuda de $300 dólares se terminará pronto y solicita que si no se concreta la rehabilitación de su vivienda original, se evalúe la posibilidad que a él y a otros vecinos que perdieron sus casas, les reconozcan un nuevo hogar en otro sitio.
“Decir que voy a ponerle techo a esta casa y venirme a vivir aquí, no se puede. Esta casa ya es inhabitable. Nos ha afectado psicológicamente el hecho que se hizo la cárcava y que nos sacaron de la casa, ya no se diga estar viendo este hoyo todos los días de mi vida”, concluye José.