Captación de agua de lluvia, una alternativa en tiempos de crisis de agua

Ingenieros y arquitectos conocedores explican que se pueden construir sistemas sencillos de recolección en las viviendas. Esto trae beneficios económicos para las familias, así como para el medioambiente.

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El agua lluvia almacenada en tanques puede ser utilizada para tareas domésticas y consumo después de pasar por un filtro. Foto EDH

Por Susana Joma

2020-09-20 8:00:07

En un invierno tan copioso como el presente, las poblaciones urbanas y rurales afectadas por la crisis del suministro de agua potable han encontrado en la antigua práctica de recolección de lluvia una gran aliada, pero esto puede resultar más eficiente utilizando en casa sus propios sistemas de recolección, almacenaje e incluso distribución.

Recoger la lluvia que cae sobre los techos en una cisterna en el centro del patio de las casas, ha sido la fórmula para tener agua en los tiempos de nuestros abuelos, durante la colonia y desde hace miles de años.

Fuera del agua que se recoge en manantiales cercanos al mar, el agua de ríos, lagos y lagunetas es agua de lluvia, agua muy pura pues es la condensación del agua que se evapora del mar y de lagos y ríos.

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Para resolver en parte o en todo el deficiente suministro de agua de ANDA, o el agua que venden “piperos” en las colonias, agua contaminada que con frecuencia causan enfermedades gástricas cuando no se desinfecta con cloro o al hervirla, el agua lluvia que se recoge es la mejor garantía de disponer de agua limpísima para beber y cocinar.

Cada familia, cada comunidad debe estudiar las opciones que se le presentan, sea construyendo sus propias cisternas, comprando tanques que se entierran o se dejan en la superficie, tanques cuyo valor va por uno con capacidad de litros hasta por los de dos o tres metros cúbicos.

Después de las primeras lluvias, que limpian la atmósfera y los techos, es suficiente poner un filtro a la entrada de los tanques para contar con agua muy pura.

Pasados unos minutos de lluvia se abre la entrada a los tanques y se cierran al dejar de llover.

ANDA no debe perforar mas pozos, pues puede romper la base del huacal, el recipiente del manto freático como sucedió en Zapotitán, que de ser una zona húmeda, de manantiales, se desertificó, apareciendo ademas plagas de insectos y mosquitos.

Las comunidades deben oponer que se perforen pozos por ANDA, pero la entidad, por las señas que hay, no tiene dinero para hacerlo, pues se desapareció como tantos recursos en el actual desgobierno.

Las comunidades, cuando sea posible, deben poner tapadas o diques en el cauce de sus ríos para formar embalses, lo que muchos particulares y empresas que cultivan tilapias o para regar sembrados hacen con éxito. Diques y tapadas son, a enorme escala, el Cerrón Grande y la presa Cinco de Noviembre, al igual que las que construyan por su parte comunidades y pueblos para formar embalses que recojan el agua tanto de las correntadas de los ríos como la de lluvia.

Esos embalses menores pueden sembrarse con ranas comestibles tanto para comer como para librarse de moscas y mosquitos, para abrevar ganado y hasta para bañarse.

Cuando se puede, un grupo de vecinos o la misma comunidad puede construir un gran deposito para recoger agua lluvia, tomando las mismas precauciones que con los tanques caseros: se llenan a través de filtros cuando comienza a llover y se cubren al cesar la lluvia. Esa agua también puede usarse para beber y cocinar si se filtra en casa y se purifica con unas gotas de cloro.

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Walter Gómez, un ingeniero agrónomo especializado en agroecología y agua, explicó que se puede aprovechar la lluvia que cae sobre los techos haciendo que esta, a través de canales, llegue a un tanque que esté bajo tierra o en la superficie.

“Lo primero es medir el área del techo de la vivienda para calcular los metros cúbicos que se pueden captar de agua lluvia y se pone un canal. Si el techo es de lámina es mucho mejor, si el techo es de teja es necesario poner algunos filtros en el canal por la basura y todo eso”, comentó.

Gómez, quien allá por el 2005 desarrolló con el Centro de Tecnología Apropiada (CESTA) un proyecto de cosecha de agua en el cantón Rosario Perico, de Tenancingo, externó que si hay recursos económicos el tanque de almacenaje puede estar bajo tierra y usar una bombita para llevar el agua a la casa, sino la opción más práctica es que esté en la superficie.

El ingeniero detalló que para el proyecto construyeron cisterna con ladrillo y se repelló, de tal manera que quedó como una pila grande, pero en la ciudad se puede usar tanques de plástico que ya están disponibles en el mercado con distinta capacidad de almacenaje y precio.

Según expresó, al hacer el sistema se debe tener en cuenta la cantidad de personas que habitan en casa y basado en eso asignar una cuota de litros de agua. “En este caso (del proyecto) me parece que eran 17 litros de agua por persona. Si era una familia de 5 ahí se multiplicaba 17 por 5 y así”.

Algo que el ingeniero Gómez dejó claro es que el agua de lluvia se debe utilizar más que todo para cumplir con tareas domésticas, pero si se va a usar para el consumo humano necesitará que se le haga un análisis y se potabilice; esto último se puede hacer de varias formas, utilizando ya sea unas gotas de lejía, de cloro, también puriagua.

“El cloro es un bactericida y desinfectante. Actúa principalmente en algunos microorganismos como la escherichia coli”, expresó.

Si el agua que se quiere destinar para consumo no es mucha se puede desinfectar con el método SODI, el cual consiste en ponerla al sol.

El profesional destacó que el país tiene un promedio de precipitación anual de lluvia cercano a los 1,800 milímetros y estamos dentro de las naciones de mayor precipitación, así que “con los problemas de escasez de agua que hay en muchas colonias captar o cosechar aguas lluvias sería una solución adecuada, por lo menos para asegurar la de uso doméstico”.

Según estimó, aunque las familias tengan que invertir para instalar un sistema de captación de lluvia a la larga esos costos se recuperan, si toman en cuenta lo que tienen que pagar a las pipas particulares cada semana por los barriles de agua que llegan a venderles.

De acuerdo con lo expuesto por el ingeniero Gómez solo un tanque de 1,100 litros puede recoger casi cinco barriles de agua lluvia. Eso es algo favorecedor considerando que los residentes de colonias populosas de Soyapango, en los últimos días, han reportado que pagan cerca de $2.00 por barril de agua y en algunos casos lo compran a mayor precio.

Además de que el agua lluvia es gratuita, con su uso no solo se puede paliar la carestía del agua por cañería, sino que también en los hogares de la zona urbana puede bajar la facturas por ese servicio.

El ingeniero Gómez subrayó que al contar con un sistema de cosecha de agua pluvial de igual manera se reduce el tiempo que las mujeres y niños, sobre todo en el área rural, destinan para acarrear agua desde los pozos, ríos o nacimientos de agua. Esta práctica también son de beneficio para el medio ambiente y la futura disponibilidad de agua, porque ya no es necesario perforar pozos para sacar agua.

“Cuando se perforan los pozos lo que se hace es extraer agua y esa agua que se extrae de alguna forma tiene que regresar a ese manto freático para que se mantenga el pozo siempre produciendo agua. El problema que tenemos es que solo se extrae agua y lo que se tiene que devolver al manto freático no regresa porque hay mucha deforestación o se ha impermeabilizado el suelo con colonias, centros comerciales”, precisó.

El arquitecto urbanista Yazzer Pérez Chavarria, de igual forma ve en la captación de aguas lluvias una alternativa para paliar la falta de agua potable, aunque al igual que Gómez enfatizó que su uso debe estar más enfocado para tareas domésticas, para regar cultivos, para regar zonas verdes y arriates.

“Creo que para solucionar a la gente lo más simple es pensar en un sistema que directamente capte (el agua lluvia) de las canaletas y se lleve a un tanque, y que este tanque tenga el rebalse también. Ahí siempre van a tener agua. Esta es una manera más simple porque no es tan difícil de instalar así”, observó.

Pérez Chavarria es de la opinión que en caso se quiera disponer de esta agua para consumo humano se tiene que potabilizar pero no en el tanque, porque el agua lluvia viene enriquecida con minerales. En este caso considera que es mejor sacar el agua y conducirla hasta un tipo de filtro ecológico, aquellos que están compuestos por arena, grava y otros elementos; aunque también hay filtros comerciales.

Comentó que hoy en día en el mercado hay una gran variedad de depósitos de distintos precios, así como de canaletas que no son tan caras.

“Es una buena inversión, definitivamente toda la gente debería invertir en eso. Imagínese, ese mismo sistema de captación lo puede conectar a los inodoros o saca el agua y la lleva al inodoro o la pila”, citó.

El urbanista es de la opinión que este tipo de sistema lo pueden utilizar por familia, pero tampoco descarta la posibilidad de que los vecinos de una colonia o comunidad se organicen para instalarlo y administrarlo.

“Un albañil que sepa bien de hidrodinámica y de hidráulica puede andar instalando y revisando esto”, subrayó.

El arquitecto Yazzer Pérez indicó que bajo el concepto de infraestructura verde, los ciudadanos y las instituciones deben potenciar que se cumpla el ciclo del agua con la siembra de especies de árboles nativa y adecuadas para los espacios; no pavimentar todo el patio o los arriates de las casas; evitar el uso de asfalto para mejorar las calles y en su lugar utilizar otros materiales, todo esto con el fin de que el agua se infiltre en el suelo.