Una semana después de que el salvadoreño Óscar Martínez, de 25 años, y su hija Valeria, de 21 meses, murieron ahogados en el río Bravo, en México, en su intento por cruzar rumbo a Estados Unidos, sus cadáveres fueron repatriados vía terrestre este domingo para darles sepultura.
La comitiva que traslada a las víctimas ingresó a la frontera La Hachadura, en Ahuachapán, pasadas las 8:30 de la mañana; media hora después salió con rumbo a San Salvador. Las autoridades han informado que padre e hija serán enterrados en el cementerio La Bermeja, de San Salvador, en una ceremonia privada, a petición de la familia.
Cuerpos de Valeria y Óscar regresan a suelo salvadoreño. Ambos perdieron la vida al intentar cruzar las aguas del Río Bravo, frontera entre México y Estados Unidos.
Cerca de las 11:00 de la mañana, la caravana de vehículos ingresó al cementerio municipal, donde los restos de padre e hija será velados en la funeraria municipal del lugar.
Los salvadoreños intentaban llegar a los Estados Unidos.
Tania Vanessa Ávalos, esposa Óscar Martínez y madre de Valeria, regresó al país acompañada de funcionarios de la embajada de El Salvador en México, el pasado viernes. Cuando ocurrió la tragedia, ella cruzaba el río junto con sus dos parientes, pero fue rescatada.
El viernes, el cónsul salvadoreño en Monterrey, México, Rafael Rosales explicó que los cadáveres serían trasladados vía terrestre hacia territorio salvadoreño porque era un procedimiento más rápido y directo.