Más de 50 negocios se verán afectados con construcción del nuevo edificio de la biblioteca

La mayoría de propietarios del comercio formal ya resienten las bajas en sus ventas de entre 50 y 60 por ciento, solo con el hecho de haber cerrado las calles en los alrededores del edificio que será demolido.

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Julio César Martínez tiene 78 años y se ha dedicado al trabajo de lustrar zapatos por más de 50 años. Lo que le preocupa es que dice que no le han dado alternativas para moverse. Foto EDH/ Jonatan Funes

Por David Marroquín

2021-10-10 6:50:27

Los propietarios de no menos 50 negocios del sector formal que se encuentran en los alrededores de la Biblioteca Nacional están preocupados porque las autoridades del gobierno y municipales no les han ofrecido opciones para poder seguir operando en la zona ante la inminente demolición del referido edificio y la construcción de uno nuevo.

Los afectados fueron citados el viernes pasado a una reunión con autoridades de la alcaldía de San Salvador y el gobierno para exponerles el proyecto, pero lo que menos les plantearon fueron soluciones al problema del cierre de las calles aledañas y que ya ha comenzado a afectarlos en sus ingresos económicos.

“Desde que pusieron el muro y las restricciones para acceder al sitio, se han reducido las ventas entre el 50 y el 60 por ciento”, dijo uno de los propietarios afectados.

Fotos: Preparan el perímetro para demoler la Biblioteca Nacional

Puso de ejemplo el caso de la dueña de una distribuidora de artículos eléctricos que solo ha podido vender una plancha eléctrica desde que cerraron el perímetro.

Lo que más le molesta a los comerciantes es que las autoridades del gobierno y de la alcaldía que llegaron a exponer el proyecto no les hablaron de algún plan para evitar que los negocios formales se vayan a la quiebra.

Las autoridades del gobierno están construyendo un muro supuestamente de protección ante la demolición del edificio. Foto EDH/ Jonatan Funes

“Lo que nos dijeron es que miremos qué hacer, pero esto (construcción) va, esto es algo que se está haciendo de la mano del gobierno, esto así es, tiene estas implicaciones, pero básicamente lo que pedíamos nosotros era que tuvieran medidas para poder mitigar, de que avisara y que no lo hicieran en esta época de temporada”, dijo uno de los afectados.

Tampoco les supieron decir el tiempo que durará la demolición del edificio y la construcción de la nueva edificación. “Solo nos dijeron que no se tiene un tiempo estimado como podría ser dos o tres años. En ese período de tiempo, la mayoría de negocios ya habrán cerrado y se habrán perdido muchos empleos”, dijo otro de los afectados.

Pero lo que más resienten los afectados es que hayan cerrado todo el circuito alrededor de la Biblioteca Nacional antes de que comience la temporada navideña, lo que los obligará por segundo año consecutivo a no tener ganancias, ya que el año pasado no hubo ventas por la situación de la pandemia del Covid-19.

Ante la incertidumbre que reina entre los propietarios de pequeños negocios, algunos de ellos han preferido trasladarse a otra zona del centro capitalino, pero tienen que alquilar los locales.

Se trató de contactar con el representante de la alcaldía de San Salvador que estuvo en la reunión, pero no respondió su teléfono celular ni a las interrogantes que se le enviaron vía Whatsapp.

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Incertidumbre entre vendedores por no tener alternativas

Los vendedores informales que tenían sus puestos en los alrededores de la Biblioteca no tienen ni idea adonde los reubicará la alcaldía capitalina.

“De todas maneras nos afecta. La alternativa sería la reubicación, pero hasta la fecha nada, dijo Eléazar Deras, quien tiene 20 años de vender hamacas en la avenida Cuscatlán.

Otro de los que están preocupados porque no sabe adonde será reubicado es Julio César Martínez, de 73 años de edad, de los cuales 50 años los ha dedicado a lustrar zapatos en un sector aledaño al edificio que será demolido. Le preocupa que vaya a perder clientes que por muchos años les ha servido con el lustre de calzado.

“Nos va afectar de todas formas, no vamos a tener clientes y no vamos a saber de donde agarrarnos”, dijo Ana Xam, quien vende medicamentos naturales en la avenida Cuscatlán.

Hay otros afectados que prefieren hablar con la prensa, pero con la condición de no revelar sus nombres. “No nos han dicho ni fecha, ni hora, ni cuando. Esperamos que nos coloquen en un buen lugar”, dijo una vendedora de productos varios en la sexta calle oriente.

Pero la mayoría de los afectados prefieren mantenerse callados y no expresar sus inquietudes a los medios de prensa.

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