Ambientalistas se sumaron a las críticas al anuncio del Estadio Nacional de El Salvador que se construirá con apoyo de la República Popular China, pues coinciden en que no es una obra prioritaria para el país y que solo afectaría el "único pulmón" con el que cuenta el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), en la finca El Espino.
Los expertos piden, además, que se cumpla el marco legal y que se realice un estudio de impacto ambiental "sin presión política" que determine si el proyecto es viable o no.
Según dijo el presidente Nayib Bukele el pasado 30 de diciembre, la obra, que iniciará a edificarse este 2022, estará ubicada en las instalaciones de la Escuela Militar, un espacio que, afirman los especialistas, está junto a una zona declarada en 1993 como área natural protegida.
Los expertos que aseguran han luchado por la protección de El Espino advierten sobre las consecuencias que podría atraer la construcción de tal magnitud.
"Un primer impacto es que menos agua se va a infiltrar en el acuífero, porque se va a impermeabilizar la zona, como bien se ha dicho como aunque allí ya hay un terreno intervenido, permite la infiltración, porque hay zonas verdes, digamos que no hay cemento, permite que cuando llueve se vaya infiltrando. Pero esto no pasaría con un estadio", señaló Luis González, director de Incidencia y Gestión de Políticas Públicas de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), en la entrevista radial con Diana Verónica y Tony que se transmitió este 4 de enero.
Aclaró que aunque "en cualquier parte donde se quiera construir (el estadio) va a tener impacto", las consecuencias serían graves "donde se piensa construir", ya que "tendría un impacto en el acceso al agua de la población y eso ya tenemos una situación de crisis en Área Metropolitana de San Salvador, es decir toda esa agua que no se va infiltrar después nos va a hacer falta para abastecer viviendas, le va a faltar a ANDA para abastecer a familias".
Lo anterior sumado "al hecho que va a haber más temperatura, por el cemento, por la falta de cobertura verde e impactaría en el área protegida y también en los árboles más cercanos", añadió.
En el mismo espacio radial, Julio César Acosta, experto en avistamiento de aves en El Salvador, indicó que en la zona de El Espino existen aproximadamente entre "150 o 160 especies de aves tanto migratorias como residentes" que ya se ven afectadas por "la contaminación lumínica (molesta el ciclo natural de las aves, por la iluminación) y la contaminación auditiva".
"Llevamos un buen tiempo tratando de proteger El Espino. Cualquier tipo de actividad que realicemos afectará. Hablamos mucho de los problemas de El Espino, pero luego parece que se nos olvida, así pasó con las construcciones pasadas", dijo Acosta.
González manifestó que esperan "de que para hacer este estadio se sigan los pasos legales que están establecidos en El Salvador, es decir que se haga un estudio de impacto ambiental, que se solicite un permiso ambiental, con su respectiva consulta pública, que además se soliciten los otros permisos vinculados, es decir a la OPAMSS, los permisos a las alcaldías correspondientes, de manera de que el estadio sea legal, en ese sentido cuando se haga el estudio de impacto ambiental se debería de determinar si es viable o no y esperamos de que el estudio lo hagan profesionales que no tengan presión política para hacerlo”.
Similar postura mostró Ricardo Navarro, presidente del Centro de Tecnología Apropiada (Cesta), durante una entrevista que sostuvo con radio YSKL el 3 de enero.
Navarro dijo en esa ocasión que el país no necesita de la construcción de otro estadio, pues esta no surge de una demanda ciudadana.
"Yo le hubiera dicho al presidente chino: 'Mire yo le agradezco mucho un estadio, pero mejor arrégleme toda la distribución de agua potable, la contaminación del agua en el Área Metropolitana, y si fuera posible en todo el país', porque eso estamos necesitando", afirmó.