Alumnos en Ahuachapán regresan a las aulas entre el temor por el virus y el deseo de aprender

Los estudiantes fueron sometidos a medidas de bioseguridad previo a ingresar a los salones de clase

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Walter Atlio Ortiz, docente de 8a A en el Centro Escolar Primero de Julio de 1823, pregunta a los alumnos sobre cuáles medidas de bioseguridad deben de aplicarse tanto interna como externamente de la institución. Foto: EDH / Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2021-04-06 2:26:16

“Por una parte sí (siento temor) porque todavía es peligroso; más que yo sufro de los pulmones, entonces si a mí me da (el coronavirus) corro riesgo”, señaló una joven de octavo grado del Centro Escolar Primero de Julio de 1823, en Ahuachapán, a los pocos minutos de haber ingresado a su aula tras más de un año de ausencia en la escuela.

A pesar del temor natural que enfrenta, la estudiante de 12 años señaló que el deseo de volver al salón de clases es porque en casa el aprendizaje no es igual, respecto a la escuela.

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Su mascarilla quirúrgica, un bote de alcohol gel, y mantener el distanciamiento social entre sus compañeros, son las herramientas que en su hogar le dotaron y recomendaron para evitar posibles contagios de COVID-19.

“Vine porque prácticamente en la casa uno no aprende nada porque solo copia; entonces es mejor venir a la escuela porque se aprende más. (En la casa) me dijeron que mantuviera el distanciamiento porque eso era lo más importante y que no me quitara mi mascarilla”, expresó la adolescente.

El temor que siente la alumna también es similar en los padres de familia, quienes confían que sus hijos continúen implementando las medidas de prevención que les han enseñado en sus hogares.

María Elena García Rivas, ordenanza del Centro Escolar Primero de Julio de 1823, Ahuachapán, toma la temperatura a los alumnos que ingresan a la institución. Foto: EDH / Cristian Díaz

Jacqueline Mendoza, madre de dos alumnos que estudian quinto y séptimo grado en la misma institución, señaló que las clases virtuales han sido difíciles para su familia, ya que al no contar con internet residencial debían de estar comprando tarjetas para recargar saldo y plan de datos.

Cada dos días debían de comprar una tarjeta de $1.10 para recargar el teléfono celular; a eso se sumaba, el pago que hacían en algún cibercafé para la impresión de las guías escolares.

La fémina relató que decidió enviar a sus hijos a clases porque “primero porque dijeron que ya son las clases presenciales, si hubiesen continuado en la casa les hubiera ayudado siempre. Acuérdese que el encierro también les perjudica a los niños; entonces, por todo eso, para que ellos se adapten al mismo nivel de estar con sus compañeros, que ya no se sientan frustrados de estar encerrados.

Por todo eso lo hace uno aunque con un poco de temor porque el virus siempre anda (en el ambiente)”.

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El director del Centro Escolar Primero de Julio de 1823, Oscar González, expresó que la matrícula de la institución es de 747 alumnos que cursan desde parvularia hasta noveno grado; de los cuales cerca del 30% han señalado que recibirán sus clases semipresenciales.

Cada alumno que ingresó a la escuela fue sometido a toma de temperatura, aplicación de alcohol gel y desinfección de las suelas de los zapatos; además, recibieron una mascarilla.

Las mismas medidas fueron implementadas en el Centro Escolar Isidro Menéndez, de Ahuachapán, donde asistieron cerca de 200 alumnos a las clases matutinas.

Su director, José Zambrano, señaló que el plan de retorno que elaboraron determinó que el aforo por sección será de un máximo de dieciocho estudiantes.

Cada docente será el responsable de que, por ejemplo, los alumnos de su grado estén juntos al momento de los recesos; es decir, que no se mezclarán con los compañeros de otros grados.

La institución atiende a 1,320 estudiantes en los turnos matutino, vespertino y nocturno; de ellos, 625 señalaron que asistirán a las clases semipresenciales.

La docente del segundo grado, sección B del C. E. Isidro Menéndez de Ahuachapán, Rosa de López, atendía a tres alumnos de nueve que habían dicho que iban a asistir a clases. La baja asistencia permitió a la docente mantener el distanciamiento entre los pequeños. Foto: EDH / Cristian Díaz

Otros 600 continuarán con las clases virtuales y el resto ha manifestado que se integrará a las clases semipresenciales dependiendo de cómo se comporte la pandemia con el regreso a las escuelas.

El martes por la mañana, la docente del segundo grado, sección B, Rosa de López, atendía a tres alumnos de nueve que habían dicho que iban a asistir a clases. La baja asistencia permitió a la docente mantener el distanciamiento entre los pequeños. La sección está formada por 32 estudiantes.