Tras una misa y un funeral sencillo fueron inhumados ayer los restos del doctor Alfredo Martínez Moreno, distinguido jurisconsulto y académico salvadoreño, en el cementerio de Los Ilustres, en San Salvador.
La misa de cuerpo presente para despedir a el Dr. Alfredo Martínez Moreno estaba programada para las nueve de la mañana y comenzó con puntualidad, en la funeraria La Auxiliadora.
Posteriormente, el féretro del Dr. Martínez Moreno salió alrededor de las diez de la mañana, acompañado únicamente del cortejo fúnebre y familiares. La caravana se dirigió al cementerio de Los Ilustres, en San Salvador, en donde, a las once de la mañana, se ofició un breve acto, previo al sepelio.
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Acompañaron a los familiares, amigos cercanos del doctor Martínez Moreno, quienes presentaron sus condolencias y respetos con arreglos florales que acompañaron al cortejo hasta el cementerio.
Durante las exequias, doña Clara Alicia Martínez, hija del distinguido jurisconsulto, reseñó que “mi papá fue un hombre privilegiado. La vida le permitió dedicarse a sus grandes pasiones, el Derecho Internacional, la jurisprudencia, la docencia y servir a su país con su país con honestidad e integridad”.
“El regalo más grande que tuvo en vida fue el cariño, aprecio e interés de sus amigos, quienes siempre lo apoyaron, apreciaron y quisieron”, expresó.
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Doña Clara Alicia destacó que el doctor Martínez Moreno “pudo luchar activamente por el Estado de derecho, la separación de poderes. Trató de modelar los comportamientos y responsabilidades de un funcionario público”.
Sus amigos reconocieron siempre sus aportes académicos, pero especialmente su calidad humana.
Los familiares destacaron además que los cuidados médicos que requirió el doctor al final fueron brindados con mucho cariño e interés por su médico, Dr Jorge Panameño, “para quien no era un paciente, sino que lo quería y respetaba, como por su sobrino, Dr Ernesto Rivera”.
“Hasta en eso, la vida lo recompensó”, destacó doña Clara Alicia.
Por su parte, la doctora Marisol Argueta de Barillas, excanciller de la República y asistente a las exequias, destacó que “tuve el privilegio de crecer profesionalmente tomada de su mano, tratando de seguir su huella y dándome seguridad en muchos pasos. Atesoro sus consejos, sus anécdotas, los viajes que hicimos juntos y las misiones que compartimos por nuestro amado El Salvador”.
“Mi querido Doctor, Don Alfredito, fue más que un mentor y un referente, pues llegamos a confiarnos y a querernos como familia”, agregó.
Ella destacó además que, “aunque su humildad podía a veces más que su grandeza, nos queda la satisfacción de haberlo reconocido en vida y también nos queda la responsabilidad de continuar su legado. Sus palabras e ideales siempre resonarán en mí y su ejemplo seguirá siendo una inspiración en mi vida”, destacó la exfuncionaria.