El temor por la pandemia del COVID-19, los altos precios del producto y las pocas expectativas de recuperar lo invertido, son factores que han influido para que únicamente se hayan instalado la mitad de los puestos de pólvora en la acera del estadio municipal de Ahuachapán, respecto al año pasado.
Vendedores reportaron que a la fecha son 16 negocios que ya están prestando el servicio de venta de diferentes productos pirotécnicos; mientras que el año pasado fueron 32.
“Estamos esperando en Dios que se venda porque con todo esto que está pasando no sabemos cómo va a estar. Estamos pidiendo a Dios que vengan los clientes para sacar las deudas que uno tiene porque como estas son deudas (que se hacen para adquirir el producto)”, expresó Alma Ramírez, quien tiene tres décadas vendiendo pólvora.
Los comerciantes señalaron que están poniendo en práctica las medidas de bioseguridad para disminuir posibilidades de contagio.
Por ejemplo cuentan con una reserva de mascarillas para proporcionarles a los clientes que no lleguen con una. El uso del alcohol gel es otra medida que están practicando.
A eso se suma otras que fueron recomendadas en una capacitación recibida a inicios de diciembre y que fue proporcionada por miembros del Cuerpo de Bomberos.
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En ella aprendieron sobre uso y manipulación de pólvora, a que deben de mantener recipientes de agua, un extintor y a no vender el producto a menores de edad.
La reducción de vendedores es “debido a la enfermedad porque no todas la gente quieren estar cerca de otras personas por el contagio. Ahorita ya no se pueden instalar más porque a poner la energía eléctrica van (en cada negocio)”, dijo la mujer de 46 años.
María Elena de Solórzano, quien ha comercializado pólvora por 35 años, señaló que el precio del producto ha tenido un incremento del doble y triple respecto a los precios pagados el año pasado.
Agregó que en otras ocasiones se preparan adquiriendo el producto, desde inicio de año; pero que en esta ocasión no lograron hacerlo debido a la pandemia. Eso ha generado un alto precio en los productos.
“Las expectativas que tenemos es que primero Dios vamos a sacar lo invertido. Productos que antes lo comprábamos a $4 el mil, ahora lo estamos comprando a $8. Las ganancias no van a ser buenas. El año pasado hubo más puestos, ahora estamos la mitad porque tenemos miedo de estar exponiéndonos”, dijo la comerciante de 60 años.
El concejal Héctor Galicia señaló que para ayudar a los comerciantes han absorbido el costo de instalación de energía eléctrica y que tampoco pagarán impuestos.
Miembros del Ejército, Policía, Protección Civil, alcaldía, Cuerpo de Agentes Municipales y del Cuerpo de Bomberos supervisaron que los vendedores cumplan las medidas de seguridad.
El bombero Luis Lizama señaló que la acera del estadio es el único lugar de ventas de pólvora colectivo autorizado en la cabecera departamental.