Un grupo de 15 ganaderos de diferentes comunidades de Jujutla, Ahuachapán, fueron capacitados en prácticas para aprender a inseminar artificialmente a bovinos, con la finalidad de mejorar el encaste (cruce de ganado) y la producción de leche.
La iniciativa representará ahorro de costos para los productores debido a que deben de pagar $50 para que un técnico llegue a realizar dicho procedimiento. La cifra es cuando ellos brindan transporte; cuando no, el pago sube a $75. A eso se suma los $2.83 que cuesta la dosis de semen congelado.
“Estas prácticas son muy importantes para nosotros, ya que nos impulsan a ser mejores inseminadores y a evitar buscar personas de afuera que nos cobran por este servicio. Ya nosotros pudiéndolo hacer, nos ayudamos como comunidad y vamos mejorando el encaste de nuestro ganado”, expresó uno de los participantes del proyecto, Nahun León.
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Dicha iniciativa se realiza a través del Fondo de Desarrollo Verde (FDV) en El Salvador, fase I, que es implementado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) a través del Fondo de Inversión Ambiental (FIAES).
El mismo busca restaurar más de 3,000 hectáreas de ecosistemas forestales y rehabilitar 1,510 hectáreas en zonas degradadas en el Área de Conservación El Imposible-Barra de Santiago; específicamente en San Francisco Menéndez, Jujutla y Tacuba, todos de Ahuachapán.
El FDV es una iniciativa regional financiada por la Unión Europea y el Ministerio Federal de Ambiente de la República de Alemania (BMU), en el marco de la Iniciativa Internacional para el Clima (IKI) e implementada, a nivel regional, por la Cooperación Alemana al Desarrollo, GIZ en coordinación con la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD).
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“Hemos visto cómo los productores están aprendiendo sobre los cruces genéticos y la importancia que tienen, lo que fortalece la sostenibilidad ante los cambios de clima. Además, la demanda de producción de leche está asegurada a futuro”, expresó el técnico del proyecto por parte de FIAES, David Hernández.
Estas prácticas son parte de un proceso de fortalecimiento de capacidades que incluyen asistencia técnica para impulsar la mejora productiva de los ganaderos, minimizar los costos de tratamientos de inseminación y el tratamiento veterinario, favoreciendo la producción de la leche.
Además se benefician las familias de los productores ya que mejoran sus ingresos económicos y generan empleos.