Pandemia obliga a limitar actividades en el Día de los Farolitos de Ahuachapán

La medida surge para evitar aglomeraciones y posibles contagios de COVID-19

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Cada 7 de septiembre se celebra el Día de los farolitos en Ahuachapán.

Por Cristian Díaz

2020-08-17 12:40:47

La celebración del Día de los Farolitos en Ahuachapán, que se realiza cada 7 de septiembre, no contará este año con festival gastronómico, presentaciones artísticas y el concurso que realiza la Casa de la Cultura será virtual, contando solo con dos de las siete categorías que tradicionalmente ha organizado.

La emergencia provocada por el COVID-19 ha obligado a que los organizadores celebren la víspera del nacimiento de la Virgen María de una forma diferente para evitar las aglomeraciones de personas y con ello posibles contagios de la enfermedad.

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La alcaldía y la iglesia católica coincidieron en señalar que esto permitirá que la celebración se enfoque al fervor religioso, tal como fue en sus orígenes.

Las autoridades invitan a la población a colocar sus arreglos en sus viviendas.

El párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, padre Oseas Borja, explicó que habrá misa a las 6:00 de la tarde; una hora después, habrá una procesión de la imagen de la Virgen Niña que recorrerá desde la Iglesia Guadalupe hasta el templo principal de la ciudad.

Se prevé que la misma recorra algunas comunidades de la ciudad para que las personas tengan la oportunidad de observar la imagen.

Dicha procesión es una de las novedades que habrá este año ya que tradicionalmente se ha realizado el 8 de septiembre, en el propio día que se celebra el nacimiento de la Virgen.

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Sin embargo, el sacerdote expresó que este año al no haber otras actividades durante la víspera, “es conveniente” hacerla el 7.
Al culminar la procesión, habrá una quema de pólvora en la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Además de elevación de globos como símbolo de esperanza para que la emergencia provocada por el coronavirus termine.

“La fiesta ahora será netamente cristiana, se le va a dar prioridad a la figura que verdaderamente representa a la fiesta de los farolitos, que es la Natividad de la Virgen María. La alcaldía y las otras instituciones, como la Casa de la Cultura, se van a evocar ahora a lo religioso. No se van a hacer ventas en las calles, no se van a hacer festivales musicales en las calles; sino pues se va a evocar a la gente a la iglesia con los protocolos debidos y la cantidad que  se ha propuesto a través de la Conferencia Episcopal Salvadoreña para atender a la gente en los templos”, explicó el religioso.

La Casa de la Cultura hará su concurso de forma virtual únicamente con las categorías familiar y arbolito tradicional. Las personas deberán de enviar tres fotografías digitales de diferentes ángulos, para que el jurado calificador elija a los ganadores.

Es decir que este año tampoco se realizará el recorrido que tradicionalmente hacía el jurado calificador.

Sus orígenes
El 7 de septiembre de cada año, Ahuachapán es alumbrado por coloridos faroles que dan vida a la celebración de la víspera del nacimiento de la Virgen María.

Una de las versiones sobre sus orígenes se remonta a un terremoto que sucedió en 1850; es decir hace 170 años.
La Casa de la Cultura de la localidad elaboró hace dieciocho años un estudio donde consigna que los pobladores por temor a que ocurrieran más temblores, salieron a dormir a las calles y por no tener energía eléctrica tuvieron que alumbrarse por diferentes medios como candiles, rajas de ocote, y candelas.

Los lugareños imploraron la protección de la Virgen María, prometiendo que por coincidir la fecha del terremoto con la víspera de su nacimiento, harían una celebración en su honor cada 7 de septiembre. Para ello iban a iluminar los exteriores de su vivienda con los medios existentes.

Otra versión señala que la devoción podría haber nacido porque Ahuachapán pertenecía a Guatemala, donde su patrona es la Virgen María. Otro dato indica que en tiempo de la colonia, la ciudad recibía el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Ahuachapán.

El estudio consigna, sin precisar año, que los farolitos tuvieron su origen cuando se ofrecían rezos a la Virgen; pero que al no existir energía eléctrica se celebraban en los patios de las casas.

Las personas iluminaban los cercos, probablemente, por temor a que las casas, que eran de paja, se incendiaran.  Fue ahí que inició la tradición de iluminar con faroles.

En un inicio eran amarradas rajas de ocote a las ramas de los árboles que conformaban los cercos. Luego se utilizaron candiles de carburo y velas de cera.

Pero cuando los cercos en las viviendas comenzaron a desaparecer, las familias sembraban ramas en las calles empedradas. Estas estaban adornadas con pencas de izote.

“Este año, nos uniremos nuevamente para pedir por el bienestar de nuestro pueblo ante esta pandemia, como hace muchos años lo hicieron nuestros predecesores; que Los Farolitos, nuestra tradición, ¡sea una esperanza para salir adelante!”, expresó el alcalde de Ahuachapán, Abilio Flores.