Persisten quejas por exigencia de prueba PCR

Compatriotas en EE. UU. cancelaron vuelos por el requisito impuesto. En El Salvador otros señalaron tardado trámite.

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El primer vuelo que haría Spirit Airlines a El Salvador, después de casi seis meses de inactividad, fue suspendido por la exigencia de la prueba de COVID-19, según un piloto.

Por Tomás Guevara

2020-09-21 9:50:46

El empresario salvadoreño Carlos Castro, residente Woodbridge, Virginia, tenía todo listo para viajar a El Salvador este lunes 21 de septiembre, en compañía de su esposa Gladis de Castro; el plan era visitar por una semana a familiares en San Salvador y supervisar un proyecto de inversión en Berlín, Usulután.

No obstante, las dificultades impuestas para ingresar al territorio salvadoreño como la exigencia de la prueba de COVID-19 que insiste el gobierno de Nayib Bukele en mantener en contravención a la orden de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Esta obligatoriedad para que las aerolíneas transporte a las personas con la prueba en mano, desanimó al empresario a emprender el viaje.

“Nosotros ya estábamos emocionados que íbamos para estar una semana allá, ver a la familia y revisar el proyecto que tenemos de inversión, pero ya como han puesto las cosas, mejor lo cancelamos; hacerse la prueba son casi $400 dólares adicionales, así que mejor vimos todas esas señales y decidimos quedarnos; también nos preocupa que en cualquier emergencia uno allá no tiene las mismas posibilidades de atención médica que aquí”, comenta Carlos Castro, propietario de una cadena de supermercados en Virginia.

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El mismo día que decidieron cancelar la visita a El Salvador, una de las aerolíneas que vuela directo del Aeropuerto Internacional Dulles en Washington DC a San Salvador, con la que tenían los billetes, les notificó también que había cancelado el vuelo y que prevén reanudar operaciones hasta noviembre, después de valorar los escenarios del sector en las próximas semanas.

El empresario Castro dice que si bien en el país deciden hacer las pruebas a los viajeros, podrían optar por otros mecanismos menos complicados, como lo hace Guatemala al arribo de los visitantes con las pruebas tomadas en el Aeropuerto Internacional de La Aurora, u otros países que han abierto muchos mecanismos para el seguimiento de los viajeros.

“La verdad es que El Salvador necesita reactivar la economía, y amenazar con mantener todavía por más tiempo cerrado el aeropuerto es un error, en nuestro país no existe tanto dinamismo para mantener la economía a flote”, agrega Castro.

El caso de este compatriota se suma a lo ocurrido el pasado sábado cuando el piloto de un vuelo de la aerolínea Spirit denunció que debido a la exigencia de la prueba del gobierno salvadoreño la compañía no pudo realizar el viaje para el que se habían comprometido con 200 pasajeros. (Ver nota aparte).

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Prueba en mano asegura que no haya contagio de Covid-19
La realización de las pruebas de hisopado nasal o faríngeo que exige el gobierno, con fecha de no más de tres días de haberse obtenido el resultado a la fecha del vuelo e ingreso al país no es garantía de inmunidad para un viajero. El médico salvadoreño Renán Aguilar, que labora en el sistema de Clínicas Comunitarias de Washington DC, y quien durante el mayor pico de contagios estuvo en el área de evaluación de pacientes y remisión para estar pruebas dice que la toma de la muestra tiene fidelidad al momento de hacer la toma de la muestra.

Pero dependiendo del entorno donde se mueve la persona y las actividades que realice, esta se podría contaminar del virus en los tres días siguientes a la realización del hisopado nasal, por lo que la fidelidad misma del resultado no es garantía al presentarla tres días después de obtener la respuesta y a casi una semana de habérsela realizado.

El galeno acepta que hipotéticamente una persona puede ir en un avión con una notificación de resultado negativo de COVID-19 realizada en la última semana, pero al mismo tiempo ser un portador contagiado, incluso en la ventana de tres días antes de obtener el resultado después de la toma de la muestra.

Por lo tanto, la prueba que porta el pasajero no es una garantía suficiente, ya que el virus tiene un comportamiento mucho más dinámico que la rigidez de la burocracia impuesta por el Ejecutivo salvadoreño.

En Tu Family Clinic, en Falls Church, Virginia, una unidad de atención primaria a la comunidad hispana que durante toda la pandemia ha realizado las pruebas de COVID-19, el gerente de la clínica Miguel Orellana, afirma que los resultados no se dan con documentos impresos, firmas ni sellos, sino mediante llamadas telefónicas a las personas; también el sistema utiliza mensajes de teléfono para dar la notificación a los pacientes.

“Se les llama, si resultan positivos y están enfermos se les explica que tienen que seguir con las recomendaciones de aislamiento que se les habían dado al ser sospechosos y deben continuar con el tratamiento ambulatorio en caso de no tener complicaciones. Desde la clínica mantenemos activa la unidad de telemedicina”, explica Orellana.

Esta clínica ha visto una reducción drástica de casos positivos que coincide con las estadísticas que llevan los gobiernos locales de Arlington, Alexandria y Falls Church, en Virginia, Si se compara el mes de agosto y lo que va de septiembre con el comportamiento de la pandemia entre abril y junio, donde tuvieron los mayores picos, los resultados son diametrales.

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En la actualidad durante la semana, los casos positivos no sobrepasan los 10 en las pruebas realizadas en la clínica, en contraste, entre abril y junio cuando si realizaban 30 pruebas diarias, un 80 por ciento de estas resultaban positivos al virus.

En El Salvador mantienen exigencia

Mientras en El Salvador, los pasajeros seguían arribando con papel en mano para demostrar que no tienen el coronavirus, pese a la prohibición de la Sala de lo Constitucional.

Muchos de los pasajeros, quienes obligados tuvieron que hacerse la prueba y pagaron elevadas cantidades de dinero, se quejaban ayer con sus parientes o amigos del engorroso procedimiento que han impuesto las autoridades para poder realizar los trámites migratorios y salir de la terminal aérea.

La tardanza en la atención de los pasajeros se debe a que las autoridades de Migración le verifican a cada persona que la prueba PCR negativa al COVID-19 tenga firma y sello de algún médico.

Virginia de Molina, quien retorna de Houston, Estados Unidos, dijo que ella se pudo hacer la prueba PCR antes de 72 horas y no tuvo que pagar nada, pero que hay salvadoreños que pagan de $200 a $500 por la prueba. “La situación allá es bien difícil. pero gracias a Dios que estoy en mi país, me siento orgullosa y contenta”, dijo De Molina.

María Cristina Montoya y Mercedes Natividad Escobar se fueron el 20 de febrero pasado a visitar a sus familiares en Atlanta y Miami. Tenían previsto estar allí dos meses, pero la emergencia de la pandemia del COVID-19 las obligó al confinamiento donde sus parientes por cinco meses más.

“Gracias a Dios que nosotros hemos regresado con bien, le doy gracias a Dios porque él nos cuidó y tuvimos la oportunidad de regresar a El Salvador”, dijo María Cristina, quien es originaria de San Alejo, La Unión. Ellas al igual que todos los pasajeros traían sus pruebas PCR negativas a COVID-19.