“No sé por qué estoy en esa lista de desaparecidos”: ex guardia nacional

Este ex integrante de la desaparecida Guardia Nacional se muestra extrañado de que su nombre aparezca en el listado oficial de los más de 100 militares desaparecidos en el conflicto armado

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Miembros del ejército se protegen en las cercanías de la Universidad de El Salvador, en noviembre de 1989, durante la ofensiva guerrillera llamada “Hasta el Tope”, la cual dejó decenas de muertos en la época. Foto EDH / archivo

Por Jorge Beltrán Luna

2022-01-16 4:30:29

Durante los doce años que duró el conflicto armado en El Salvador, 144 miembros de la Fuerza Armada desaparecieron, según registros oficiales de la institución castrense. Aunque, para algunos veteranos consultados, es una cifra que les parece bastante baja.

Si los registros de la Fuerza Armada son exactos, implica que en promedio, cada mes, un militar fue desaparecido, aunque no se sabe si esto ocurrió en acción o fue víctima de desaparición forzada, al ser llevados por la fuerza por guerrilleros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

De acuerdo con veteranos de la Fuerza Armada, además de que la cifra parece bastante baja, también les genera suspicacia que los desaparecidos sean solo de cuatro unidades militares.

De acuerdo con información obtenida a través de la Oficina de Información del Ministerio de Defensa, los 144 militares pertenecían a la Tercera Brigada de Infantería, con sede en San Miguel; al Destacamento Militar número 4, con sede en San Francisco Gotera, departamento de Morazán; al Destacamento Militar número 7, con sede en Ahuachapán; al Comando de Sanidad Militar, y a la desaparecida Guardia Nacional (GN).

Desapareció implicado en asesinato de monjas Mariknoll

Fue a este último cuerpo de seguridad pública que pertenecía la mayoría de desaparecidos.

De acuerdo con los registros castrenses, fueron 70 efectivos de la Guardia Nacional los desaparecidos. Entre estos aparece Margarito Pérez Nieto, cuyo nombre fue vinculado a uno de los hechos que más conmoción social causó durante el conflicto: el asesinato de las cuatro monjas norteamericanas de la Orden Mariknoll.

Pérez Nieto, al 2 de diciembre de 1980, cuando mataron a las cuatro religiosas, era guardia nacional. Según documentos relacionados con ese crimen, fue enviado junto a otro guardia a vigilar cuando llegaran dos religiosas procedentes de Nicaragua: Maura Clarke e Ita Ford.

Cuando participó en ese hecho, Pérez Nieto pertenecía a la Sección II de la Guardia Nacional.

Cinco meses después, el 30 de abril de 1981, este guardia nacional ascendió a cabo, luego de aprobar el respectivo curso de ascenso.

Según los registros de la Fuerza Armada, el cabo Pérez Nieto desapareció el 12 de enero de 1983. Para ese entonces, tenía 36 años.

El médico cuya desaparición achacan a cuerpos de seguridad

En octubre de 2016, el Instituto de Derechos Humanos de la UCA (Idhuca) presentó ante la Fiscalía General cinco denuncias contra el Estado por violación a derechos humanos. Entre estos casos se incluyó el de un médico identificado como Alejandro Mira Zetino.

Según la denuncia del Idhuca, Mira Zetino desapareció en mayo de 1983. Este médico habría sido desaparecido forzosamente por agentes de seguridad del Estado durante el conflicto armado.

Sin embargo, Mira Zetino era un médico especialista que trabajaba en el Hospital Militar, que entonces funcionaba en un edificio aledaño al Hospital Rosales.

Según registros oficiales, la desaparición de Mira Zetino ocurrió en enero de 1984. Para entonces, el médico tenía 36 años y tenía aproximadamente siete años de ejercer la Medicina bajo el registro 1309 de la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica.

Han transcurrido más de cinco años de que el Idhuca puso la denuncia en la Fiscalía pero hasta el momento no se sabe sobre avances que esa institución haya realizado.

Tomando en cuenta que Mira Zetino era médico de la Fuerza Armada, parece sumamente difícil que haya sido víctima de desaparición forzada por parte de agentes del Estado, afirman veteranos militares, quienes aseguran que a esa clase de personas se les tenía una alta consideración.

El guardia asesinado en el campamento El Jícaro
Este era uno de los más famosos campamentos guerrilleros que tenía las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) en Las Vueltas, Chalatenango.

Entre los 70 guardias nacionales desaparecidos aparece el nombre del subsargento radio-operador José Antonio Díaz Tesorero. En la lista de desaparecidos no hay fecha de cuándo ya no se tuvo cuenta de este guardia.

Sin embargo, según el testimonio encontrado en redes sociales de grupos de veteranos, Díaz Tesorero fue hecho prisionero de guerra en el cantón Las Minas, municipio de Las Vueltas, junto a otros guardias en 1983, luego de una emboscada en la que Díaz Tesorero resultó herido de ambas piernas. Según testimonios de sobrevivientes, la emboscada la ejecutaron elementos guerrilleros de las FAL, brazo armado del Partido Comunista.

Todos esos prisioneros fueron llevados al campamento El Jícaro, de las FPL, en el mucipio de Las Vueltas, donde algunos fueron asesinados a sangre fría, incluso obligándolos a cavar su propia tumba, de acuerdo con testimonios de quienes sobrevivieron o se evadieron de ese lugar.

Contrario a tratarlo como prisionero de guerra, el subsargento Díaz Tesorero fue asesinado por miembros de la guerrilla y enterrado en ese mismo campamento.

“No sé por qué estoy en esa lista de desaparecidos”
En el listado de miembros de la Guardia Nacional desaparecidos, proporcionado por Defensa, aparece el nombre R. A. T. G. En el informe se indica que no se sabe cuándo desapareció.

Pero resulta que este exguardia nacional solamente estuvo desaparecido por el tiempo que la guerrilla del llamado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) lo mantuvo como prisionero de guerra en la zona norte del departamento de Morazán.

Antonio dijo que no recordaba exactamente la fecha cuando ocurrió la acción de guerra, pero que fue en diciembre de 1983, porque ya le habían pagado su sueldo y le habían entregado el aguinaldo cuando ocurrieron los combates tras los cuales fue hecho prisionero de guerra.

Incluso, en una de las mochilas que cargaba, recuerda que andaba la ropa que estrenaría ese diciembre, pero todo eso quedó perdido aquella mañana cuando trabaron combate para tratar de recuperar la población de Ciudad Barrios, que había sido tomada por fuerzas guerrilleras entonces.