María Bersabé Ponce vive a la orilla de la carretera litoral y aun cuando la familia ha construido otros cuartos de lámina, ella prefiere su casita de botellas plásticas.
Ahora, sentada en una silla, observa lo que queda de su casita, un refugio donde colgaba su hamaca, platicaba con Dios y era su fuente de ingreso para poder sobrevivir.
Atención | Seis temblores sacuden territorio salvadoreño en horas de la madrugada de este 12 de mayo
El lunes pasado, a las 3:00 de la madrugada, cuando María se despertó para realizar su oración diaria, escuchó unos golpes seguidos de un gran estruendo y el ruido de un carro; al momento los gritos de su hija, que vive en un cuarto contiguo, la pusieron en alerta.
“La hija venía a la carrera preocupada pensando que yo estaba muerta, y yo no había visto nada, encendí la lámpara y voy viendo las paredes destruidas, el carro ya se había ido, dejó el espejo y otros pedazos”, narró María , de 88 años y originaria de Ciudad Barrios, pero desde hace 45 años vive en el cantón El Borbollón, municipio de El Tránsito, San Miguel, a un costado de la carretera Litoral.
Al estar ubicada a la orilla de una vía principal, algunos conductores se detenían para tomar fotografías de su casa y darle algún regalo.
Crisma Cortes, residente en San Salvador, regresaba de un viaje en el oriente del país y se enteró sobre lo que aconteció en la casa de la anciana. “Vi las noticias de lo que pasó con la casa de la abuela, y acá hemos pasado a dejarle una pequeña ayuda”, dijo.
Para María Ponce, la casa que ella nombra "encantada" fue la respuesta a una súplica constante. Recuerda que una tormenta le dañó las paredes de su primer casa de barro, esto la obligó a refugiarse con su hija, pero siempre buscando la forma de reconstruir su cuarto.
“Un sábado se me reveló El Señor, estaba en la cima de una montaña, me levanté, le pide café a mi hija y me fui a buscar unas pichingas (botellas) para hacer la casita, la gente decía que estaba loca... la terminé en 2005, pasé 4 meses buscando pichingas y estuve 3 meses haciéndola, yo la hice, pagué un mozo para poner los horcones y las corcholatas del suelo las busqué en los chupaderos (bares)” y así inició la historia de un cuarto que por sí solo generaba ingresos para su dueña.
Foto EDH/Archivo
La Ministra de Vivienda, Michelle Sol, confirmó en sus redes sociales que la casa de María Ponce está ubicada en derecho de vía “por lo que no está legalizada, por esa razón, se le construirá una vivienda temporal; al mismo tiempo que buscaremos opciones para la construcción de una casa permanente”.
María contó cómo la mañana del lunes un grupo de personas llegaron y limpiaron su casa, apartaron las botellas dañadas y le dijeron que en unos 4 a 5 meses le arreglarán con láminas.
La anciana aseguró que su nueva casa también estará forrada con botellas de plástico.
“Le puse 'la casita encantada' porque a toda la gente le encantaba, mire que lloré cuando vi las paredes destruidas”, cuenta esta madre y abuela, quien no pierde las esperanzas de volver a su casa y reposar en una buena hamaca.
Las personas interesadas en ayudar pueden comunicarse al número de teléfono 71743694, con Rosa Ponce.