El exembajador de El Salvador ante los Estados Unidos, Rubén Zamora, explicó a los diputados que investigan los hechos militares del 9 de febrero, que el presidente Nayib Bukele pretendió ese día “aniquilar” a la Asamblea.
“Incorporar a la Fuerza Armada y a la PNC, incorporarla estratégicamente al proceso, porque el papel del Ejército y de la PNC empezó varios días antes, había ya una operación, en ese sentido, yo creo que tenía un diseño mayor que era resolver el problema de la contradicción de la Asamblea aniquilándola, porque no había otra forma y allí si era necesaria la presencia militar”, explicó Zamora.
Según el exembajador, la idea de Bukele ha sido controlar a los Órganos Legislativo y Judicial, pero como no lo ha logrado, se ha dedicado a mantener una “polarización” que ha transcendido a las instituciones del gobierno.
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“El esquema de amigo-enemigo aplicado que es el esquema militar aplicado a la política, estás conmigo sos mi amigo, no estás conmigo sos mi enemigo, eso viene con un discurso de pasar la página, de hacer las cosas buenas, de acabar con los de siempre, pero pasa a un nivel que ha sido relativamente nuevo en la política nuestra, la polarización se traslada a la institucionalidad y constitucional”, aseveró Zamora.
Añadió que Bukele mantiene una actitud antipartidista que la califica “como una invitación a la dictadura”.Por su parte, el director de Estudios Legales de Fusades, Javier Castro, sostuvo que lo ocurrido el 9F fue “una afrenta directa contra el orden constitucional y democrático”, fue una forma de “coaccionar” el proceso de formación de ley, una facultad que tiene la Asamblea, dijo Castro.
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