5,745 intoxicaciones agudas por plaguicidas fueron reportadas por el Sistema de Videovigilancia de Epidemiología de El Salvador (VIGEPES), entre 2015 y 2022, así se detalla en el documento del Plan estratégico intersectorial para el abordaje integral de la enfermedad renal crónica en El Salvador 2024-2028, del Ministerio de Salud.
En el apartado Planteamiento del marco conceptual y referencial, el ministerio clasifica la exposición directa a los agroquímicos como uno de los factores de riesgo no tradicionales asociados a la enfermedad renal crónica.
Dentro de este literal señala que Centroamérica es la principal región del mundo que utiliza agroquímicos y se estima que al año alrededor de 400,000 personas pueden sufrir “un episodio sintomático de la intoxicación por plaguicidas”.
El documento señala que de acuerdo a registros del VIGEPES, entre 2015 y 2022 el promedio anual de casos reportados de intoxicación por plaguicidas fue de 718, con una letalidad de 12.8%, es decir 13 personas por cada 100 afectados murieron por esta causa.
En tanto, siete de cada 10 intoxicados fueron mayores de 20 años.
Lee también: Lluvias destruyen cultivos locales, pero sigue la importación
“El 87.1% de los casos registrados de intoxicaciones agudas son por agroquímicos. El 73.9% de los casos son del área rural y 64.1% son del sexo masculino”, se lee en el documento.
De acuerdo a la distribución de las atenciones y según el nombre genérico del plaguicida asociado se tiene para el año 2022, en primer lugar los Bipiridilos con el 25.3% (165 casos), un tipo de herbicida en cuyo grupo se encuentra el Paraquat; uno de los componentes de plaguicidas más usados en el país de acuerdo al estudio “Tendencias reciente en la importación de plaguicidas en El Salvador” dado a conocer por investigadores en un encuentro de ciencias de la Universidad de El Salvador (UES).
En segundo lugar se ubican los organofosforado, con el 16.7% (109 casos), dentro de los que están el Malatión y el Carbamatos que son de mayor uso en las producciones agrícolas.
De acuerdo a la fuente, los departamentos donde hubo más reporte de casos de afectados por intoxicación con agroquímicos fueron Ahuachapán, Cabañas, San Vicente, Santa Ana, Chalatenango, Sonsonate, La Unión, San Miguel y Usulután.
“La intoxicación aguda por plaguicidas cubre casi la totalidad de casos por intoxicación notificados en el sistema VIGEPES con 651 casos en el año 2022. Los restantes casos notificados por intoxicación por evento individual, incluyen intoxicación por metales con 4 casos notificados”, expone el informe.
Para Armando Alfaro, técnico agricola y productor de caña de azúcar, el tema de la educación es vital para el trabajador del agro , a fin de que conozca el tratamiento que debe dar incluso a los envases de los agroquímicos.
“Al manipularlos sin protección, y sin respetar la debida dosificación el riesgo es grande. Todo trabajador del agro de saber lo peligroso de usar estos productos sin tomar en cuenta la debida precaución. Muchas veces los envases después son ocupados por el mismo personal para llevar agua de tomar, ponuendo en riesgo su propia vida”, expone.
Óscar Ayala, agroecólogo y coordinador de proyectos de la Unidad Ecológica Salvadoreña señala que el uso de los agroquímicos en el país es “incontrolado y excesivo” .
“Todas las personas que de alguna manera han usado los plaguicidas, químicos insecticidas, son los que han estado expuestos en mayor riesgo a sufrir cáncer, insuficiencia renal, problemas óseos, problemas en la piel y casos de esterilidad”, explica.
Daño irreversible al medio ambiente
El daño que ha causado al ser humano es grave, apunta. En tanto, los efectos en el medio ambiente radican principalmente en la pérdida de biodiversidad.
“Se han utilizado mucho los agroquímicos para contrarrestar la maleza y lo que esto ha provocado es dejar descubierto nuestros suelos y promueva más la erosión, pero también ha matado a todo microorganismo vivo que pueda estar en el suelo”, añade Ayala.
Por otra parte, continúa, están en gran riesgo las abejas que son las que encargadas de polinizar toda vegetación, las que se encargan de que esa semilla de flor cuaje y que se vuelva a producir otra planta.
“Es un aporte significativo a la reproducción sexual de las plantas, sin abejas es un riesgo grave potencial de que suframos de escasez de alimentos en el futuro; a parte de que se pierde la biodiversidad, se contamina las fuentes de agua”, acota.
Cumpliento de normativa sin supervisión
El doctor Emmanuel Jarquín, investigador y uno de los autores del estudio “Tendencias reciente en la importación de plaguicidas en El Salvador”, opina que es lamentable que el país no se dé el debido seguimiento al cumplimiento de normas establecidas en leyes, convenios y decretos que hay en el país para el control del uso de agroquímicos, tal es el caso de la Ley del Medio Ambiente, la Ley sobre control de pesticidas, fertilizantes y productos de uso agropecuario (1973), convenios internacionales ratificados y acuerdos ejecutivos aprobados en el ramo de agricultura.
“Han habido intentos de querer regular el uso de los agroquímicos; sin embargo, no se han prohibido, hubo una medida que se adoptó para que se utilizarán agroquímicos con menor toxicidad, pero las grande empresas lo que hicieron fue cambiar el color a los envases, pero la molécula o la fórmula sigue siendo la misma”, opina Ayala.
Para regular el uso de los agroquímicos debe haber voluntad política, coinciden los expertos. Asimismo señala que se necesita que este sea un proceso gradual que permita irlos “desterrando” y en su lugar volver a trabajar con semillas criollas resistentes a plagas y enfermedades, con manejo de malezas manuales y alternando el uso de los productos orgánicos.
“Tiene que haber una incidencia política muy grande para poder empezar a cambiar todos esos paradigmas y empezar a producir nuestra tierra con alternativas que ya están comprobadas. Se puede producir con productos orgánicos”, opina Ayala.