¿Qué hacer si tu hijo sufre bullying en la escuela?

La psicóloga Bony de López expone este problema que afecta a muchos estudiantes. La profesional indica que los padres deben interrogar a los hijos sobre sus convivencia en la escuela y estar atentos a cambios en la conducta

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Por Violeta Rivas

2019-03-14 10:23:52

El bullying es el acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, uno o varios estudiantes a un compañero de clases, un problema que también se puede dar en los hogares, cuando un pariente puede estar afectando a un niño, víctima y victimario, explica Bony de López, psicóloga del Complejo Educativo Dr. Humberto Romero Alvergue.

En cuanto al caso de Neima García (quien ha dejado de ir a la escuela), la psicóloga explica que es necesario la intervención en el centro escolar y del grado de escolaridad al que asistía la menor, para que reciban sensibilización sobre el bullying. Además, brindar ayuda psicológica a Neima, para poder mejorar su autoestima, y a la persona que la estaba agrediendo, para conocer las causas por las que se está dando el bullying en ese centro de estudios, y que los docentes puedan así tomar medidas de prevención. Los niños que son víctimas de bullying, explica la profesional, son vulnerables cuando tienen baja autoestima, son sensibles emocionalmente y no dicen lo que están sufriendo y siguen permitiendo el acoso escolar.

La psicóloga expone que los niños victimarios se han vuelto más crueles actualmente, porque las modalidades que utilizan para ejercer el bullying son más fuertes, en estos cabe el tema de los memes, que forman parte del ciberbullying.

Esto se debe a la desintegración de las familias, además de que no se están inculcando los principios y valores desde el hogar, debido a la violencia intrafamiliar, además de la situación global de violencia que está afectando a los niños y jóvenes.

“En muchas ocasiones, los niños que son victimarios reciben bullying de sus hermanos, primos, tíos, incluso de otros adultos, de sus mismos padres, ya que toman como broma palabras que son hirientes, y los niños lo sufren y lo llegan a reproducir en las escuelas con los compañeros que ven más vulnerables”, dice De López.

Algunos síntomas de que un menor está sufriendo bullying son falta de concentración en clases, desmotivación para ir a estudiar, llanto sin motivo, no participación en actividades sociales dentro de la escuela, evita frecuentar lugares dentro de la escuela, bajo apetito, baja en el rendimiento escolar, depresión, tristeza, dolor de cabeza y náuseas. “Es importante que los padres estén alerta en todas estas señales y sobre todo tener una buena comunicación con los hijos. Yo aconsejo entrevistar a los hijos, todas las semanas, sentarse frente a ellos sin ningún dispositivo y preguntarles quiénes son sus amigos, quiénes no son sus amigos y porqué, cómo se siente con la profesora, incluso qué sienten con ellos como padres y que respondan con sinceridad, y estar dispuestos a escucharlos”, dice la psicóloga.

Expone que las personas que ejercen el bullying tienen varios patrones para actuar y que la principal es el amenazar, les roban la comida a los compañeros, les piden dinero, esconden las pertenencias del estudiante hasta llegar a los golpes, poner apodos, burlarse por su condición de vulnerabilidad (que usan lentes, que padecen de obesidad, tienen retardo mental o son discapacidad física) y humillar.

En cuanto a los centros escolares explica que todo el trabajo que realicen debe ir enfocado en la prevención.

Según De López, han identificado que el problema del bullying se da principalmente entre las edades de 10 a 13 años, estudiantes que cursan el segundo ciclo.

Algunas acciones que se pueden realizar en los centros escolares, para prevenir y evitar el bullying, son el realizar talleres donde se sensibilice a los estudiantes y maestros sobre el problema en cada grado, que los jóvenes identifiquen las señales y formas de prevenirlo, además de identificar entre los mismos alumnos quiénes están sufriendo de bullying o están siendo victimarios.

“Las palabras convencen pero el ejemplo arrastra, por más que uno le esté diciendo que no haga algo a un niño, pero si los adultos lo hacemos, ellos van a repetir el ejemplo que ven en casa, y ellos llegan a la escuela a repetir lo que observan en su hogar, porque lo ven natural. Hay jóvenes que tienden a hacer bullying a niñas específicamente, y se debe a que la relación matrimonial de los padres es disfuncional”, asegura la psicóloga.

De López insiste en que los padres son los que deben estar al pendiente de los cambios de conducta de los hijos, ya que hay casos extremos en donde los menores que están siendo víctimas de bullying pueden llegar a tener trastornos alimenticios, caer en las drogas, provocarse laceraciones en las muñecas o diferentes partes del cuerpo o hasta llegar al suicidio.