Un socorrista y una doctora improvisaron sala de parto en la Unidad de Salud Zacamil para asistir a una embarazada

Cansada y casi sin fuerzas así llegó una embarazada a pocos metros de la Unidad de Salud; ya no había tiempo para ir a un hospital. Para su fortuna, unos profesionales médicos reaccionaron rápido. Esta es la historia.

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Luego de 25 minutos, Luis Guinea junto a la doctora y una de las enfermeras que atendieron el parto, posaron felices junto al recién nacido. Foto EDH/ Cortesía

Por David Carpio

2019-02-25 8:50:23

Corriendo, asustada, agitada y con lágrimas en sus ojos llegó hasta la parte trasera de una ambulancia estacionada frente a la Unidad de Salud de la Zacamil, una niña de 11 años quien buscaba ayuda para su madre. La mujer estaba a punto de dar a luz a su quinto hijo.

Justo atrás de la ambulancia se encontraba Luis Ignacio Guinea Zelaya, de 38 años, socorrista de Cruz Verde, quien al escuchar la desesperación de la menor no dudó en acudir a ver lo que sucedía.

 

“Cuando llegó la niña yo asomé la cabeza y vi a la señora moviendo las manos por la aflicción de ya no aguantar los dolores, apretando las rodillas para evitar que el bebé se saliera antes de llegar a la Unidad de Salud”, explicó Guinea.

El hecho ocurrió el pasado miércoles, y según el socorrista fue a eso de las 6 de la mañana, momentos en que él se encontraba entregando el turno.

“Al ver que la señora ya no podía caminar me le acerqué rápidamente, lo primero que hice fue ir a traer una silla de ruedas para sentarla, y ya como pudo se agachó y se sentó, así la metimos a la unidad de salud, al ingresar las enfermeras y una doctora que se encontraban en el lugar reaccionaron de inmediato”, indicó el socorrista.

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Guinea comentó que la doctora, al ver la situación, comenzó a hacer una referencia para trasladarla al hospital, pero justo en ese momento las contracciones se hicieron más frecuentes cada cinco minutos y con una duración de más de un minuto, lo que indicaba que debían de realizar un parto pre-hospitalario de inmediato.

Foto EDH/ Cortesía

“Bueno doctora le dije, no hay tiempo, adecuemos un lugar para poder recibir al bebé y hacer esta labor, inmediatamente dejo de hacer la referencia y activo a las enfermeras para traer el kit de parto y las gabachas, mientras nosotros nos quedamos con la madre dándole indicaciones”, apuntó Guinea.

Valiosa acción

"Fue muy hermoso recibir al bebé, oír su primer grito y luego entregárselo a la madre ya limpio y bien envuelto"

Luis Guinea, socorrista de Cruz Verde

Tras improvisar una sala de parto en la Unidad y activar a todo el equipo, la doctora junto al socorrista comenzaron con las labores indicándole a la madre que con cada contracción concentrara la fuerza en el vientre y el abdomen, no en su garganta, para ayudar al bebé a salir con normalidad.

“Yo recibí al bebé, inmediatamente lo limpiamos y comenzamos a estimularlo para que llorara, al llorar se le entregó a la mamá ya bien envuelto, para luego comenzar a ordeñar el cordón, esto para evitar una hemorragia, luego se le pusieron unas pinzas a unos tres dedos de distancia entre el bebé y la placenta, y otra tres dedos después, luego en medio de las dos pinzas la doctora tuvo el honor de cortarle el cordón umbilical”, enfatizó el experimentado socorrista.

Guinea comentó que, al terminar las labores de parto, la madre ya con su quinto bebé en brazos le dio la mano y las gracias.

“Al salir de la unidad de salud, ahí estaba un montón de gente esperando su consulta, me les quedó viendo y les digo, fue un varón y todos comenzaron a aplaudir emocionados, porque ellos fueron los principales testigos de todo el parto”, finalizó.

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