Aspirador ultrasónico que tenía el hospital era donado y ya terminó su vida útil

Fue regalado en 2001 por médicos estadounidenses, pero ya no podía ser reparado y ponía en riesgo a los pacientes.

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Por Rafael Mendoza

2019-02-22 8:45:36

Llegó a su final la vida útil del aspirador ultrasónico con el que el hospital Bloom operaba a los niños en el área de neurocirugía, hasta hace dos años.

Los médicos de dicha unidad recordaron que el aparato, marca CUSA de 1993, fue donado por un grupo de neurocirujanos de Nueva York, Estados Unidos, en 2001.

“Era un hospital judío, y el aspirador fue regalado en 2001, después de los terremotos”, recordó el especialista Pablo González.

Según sus recuerdos, el instrumento era de los primeros modelos, es decir que ya contaba con varios años de uso, tomando en cuenta que su uso en operaciones de cerebro fue reportado a partir de 1978, según sitios especializados en neurocirugía.

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González también trajo a la memoria que, en algunas ocasiones, los mismos médicos, con respaldo de especialistas en electrónica del mismo hospital, destapaban el aparato para revisarlo. En varias ocasiones tuvieron suerte, pues solo había que cambiar ciertas piezas a muy bajo costo.

“Después comenzó a detenerse cuando estábamos operando y ya no lo pudimos seguir utilizando más”, relató el médico.

En términos técnicos, el aspirador ultrasónico “se basa en la emisión de un rayo ultrasónico capaz de fragmentar el tejido tumoral con poca repercusión sobre estructuras vecinas”, lo que se resume en una capacidad para poder retirar tejido sin daños de consideración para el cerebro.

Gabriel Ramos, ingeniero experto en este tipo de aparatos, fue quien determinó que el aparato con el que contaba el Bloom ya no estaba en condiciones adecuadas.

“Yo di el diagnóstico del equipo que tenía sus fallas, y tuvieron que sacarlo del inventario como tal. Ya no era funcionable, porque estamos jugando con la vida de un paciente, de un niño”, dijo.

Ramos señaló, incluso, que la empresa donde labora, una de las proveedoras de estas máquinas, estuvo buscando cómo ayudar para conseguir donaciones de parte de alguna fundación, pero hasta el momento no se ha abierto ninguna puerta.

Por su parte, el también neurocirujano, Christian Pineda, señaló que en varias ocasiones intentaron reparar el artefacto, pero los esfuerzos fueron infructuosos porque el modelo del aparato ya estaba “descontinuado”.

“Como todo aparato, el aspirador que teníamos contaba con una vida útil y ya cumplió lo que podía. Se intentó reparar, pero ya está descontinuado el modelo y se ponía en riesgo a los pacientes si se usaba”, explicó el especialista.

Los médicos hicieron votos porque alguna fundación o persona particular pueda donar uno de los aparatos en beneficio de los pacientes del Bloom.