Asesinato de los hermanos Mejía une a iglesias de Apopa

Los jóvenes de 26 y 28 años salieron a trabajar el lunes y sus cadáveres fueron hallados el martes en La Libertad. Católicos y evangélicos los homenajearon por su entrega a la comunidad y a la iglesia

descripción de la imagen
Familiares y amigos llegaron a la iglesia Templo de Alabanza Judá para despedir a los hermanos Ronald y Josué Mejía. Foto EDH/ Jessica Orellana

Por Diana Escalante

2019-02-20 9:17:55

Una decena de iglesias de diferentes denominaciones de Apopa se unieron este miércoles para rendirles homenaje a los hermanos Ronald y Josué, ambos de apellidos Mejía Martínez, quienes fueron asesinados el lunes en La Libertad.

Desde el martes que se confirmó que las víctimas fueron asesinadas y sus cadáveres abandonados en las carreteras a Huizúcar y a Zaragoza, los integrantes del Templo de Alabanza Judá, de las Asambleas de Dios, se organizaron para hacerles una despedida digna de los líderes que eran por las obras que realizaban dentro de su comunidad.

La tarde del miércoles, mientras los familiares reclamaban en la morgue los cuerpos de Ronald y Josué, varios de sus amigos elaboraban afanosos carteles que contenían fotografías en las que posaban con las víctimas y los llenaron con mensajes en los que les manifestaron el cariño, admiración y agradecimiento que les tienen. “Nos vemos en el cielo”, titularon uno de los murales.

 

Entre los muchachos y algunas personas de la tercera edad que hacían los preparativos para llevar a cabo las honras fúnebres había mezcla de risas y llanto, mientras recordaban los momentos que compartieron con los hermanos Mejía.

Para la noche habían programado un culto y algunas interpretaciones artísticas relacionadas con el propósito de la vida.

FOTOS: El velorio de dos hermanos que unió a católicos y evangélicos en Apopa

En la ceremonia, de acuerdo a los organizadores, también participarían los integrantes de no menos de 10 iglesias católicas y evangélicas del municipio. También confirmaron su asistencia algunos representantes a nivel nacional de las Asambleas de Dios y del Movimiento de Jóvenes Castillo del Rey.

“Guerreros que dejan huella. Lamentamos esta tragedia; víctimas de la delincuencia, dos jóvenes activos en la obra de Dios… Este viernes anterior todavía hicieron su último programa de Castillo del Rey en Apopa… Muchos niños y jóvenes fueron alcanzados e instruidos en la obra de Dios por Josué y Ronald Mejía. Oramos por su familia para que sean fortalecidos”, se lee en el muro de Facebook de la cuenta Castillo del Rey A.D.

Ambos eran líderes de la iglesia

Los allegados de las víctimas relataron que Ronald, el mayor de los hermanos, estaba a cargo del Ministerio de Alabanza. Él era el vocalista, tocaba la guitarra y le faltaban pocos meses para graduarse de una escuela de música cristiana.

En los últimos días sus hermanos en la fe lo vieron muy entusiasmado porque había conseguido que se reuniera dinero para comprar algunos instrumentos musicales.

“Vine a la iglesia porque Ronald me invitó hace 12 años. Nos incentivaba a dar el 100 % en lo que nos gusta. Él amaba la música y quería dedicarse de lleno a eso”, recordó Nick Francia, uno de los ocho jóvenes que conformaban con Mejía el grupo de alabanza.

ADEMÁS: Hermanos que desaparecieron en Apopa fueron encontrados muertos en La Libertad

Mientras que Josué tenía talento para hacer manualidades y era quien se encargaba de hacer las decoraciones en el templo. Ambos, junto con otros jóvenes de la iglesia, salían a evangelizar a las colonias de Apopa y de municipios vecinos.

“Esto muchachos por eso eran bien conocidos aquí, porque eran bien desprendidos, si alguien necesitaba algo ellos se rebuscaban por ayudar. Les gustaba participar en campañas de donación de víveres entre los vecinos de escasos recursos”, relató uno de los integrantes de la congregación evangélica.

Víctimas hicieron la diferencia en una zona conflictiva

Apopa es uno de los municipios de la zona Norte de San Salvador que por muchos años fue incluido por las autoridades entre los más violentos por la elevada cifra de hechos delictivos que se cometían. La tendencia ha bajado pero los hechos de violencia no terminan.

El lunes que los hermanos desaparecieron, un vecino de unos 19 años que residía como a un kilómetro de la casa de los Mejía fue sepultado. Un día antes fue acribillado minutos después de salir de un culto, según los pobladores.

Aunque en esa zona hay presencia de grupos delictivos, Ronald y Josué nunca se vincularon con ellos. En una ocasión, uno de los jóvenes le dijo a un grupo de amigos que él amaba la vida y que lo mejor era andar en buenos pasos.

Para ganarse la vida, desde hace ocho años se dedicaban a distribuir galletas en diferentes municipios de país, pero principalmente en La Libertad, Sonsonate, Ahuachapán y Chalatenango. Empezaron comercializando el producto para una fundación, pero cuando el proyecto se terminó ellos decidieron emprender su propio negocio.

Cada día salían de su casa a vender las golosinas en un carro que habían logrado comprar con el fruto de su trabajo. Los jóvenes estaban solteros y eran quienes sostenían económicamente a su madre y a su abuela. También eran solidarios con los hermanos de la iglesia que pasan mucha necesidad económica.

La abuela de Ronald y Josué Mejía llora desconsolada en el féretro de sus nietos. Foto EDH/ Jessica Orellana