Muros, color y spray son las herramientas de jóvenes artistas que ven el grafiti no sólo como un estilo de vida, sino como una alternativa y un instrumento de superación.
Uno de estos artistas es Marlon Alexander Ruiz, mejor conocido en la escena gráfica como Ries. Este grafitero de 25 años busca darle otra cara a la juventud salvadoreña a través del arte callejero o arte urbano.
“Me involucré en el grafiti cuando estaba en el bachillerato, a los 17 años, cuando estábamos en una etapa de mi familia algo complicada. Estábamos mudándonos de casa a cada rato, por nuestra situación económica”, comenta el artista, quien recuerda le gustaba dibujar desde pequeño.
Según cuenta, cuando empezó a interesarse por esta técnica, conoció a un grupo de grafiteros (un crew) con quienes aprendió a pintar. “La primera vez hice una pieza horrible, que ya no quería volver a pintar nunca más en la vida; pero como a las dos semanas ya andaba allí otra vez queriendo pintar”, añade.
Emprendimiento, liderazgo, esfuerzo y dedicación son palabras que definen a este joven salvadoreño; quien por su iniciativa y talento terminó de pagar sus estudios de Artes Plásticas en la Universidad Nacional de El Salvador, de la que está a punto de graduarse.
“Cuando entré en primer año, hubo un señor que estudiaba conmigo y tenía una idea de empezar un negocio con canvas y lienzos para pintar; con él estuve trabajando bastante; y vendía canvas a los estudiantes, por eso me decían el ‘chico canvas’. Con eso me pagaba los materiales de la universidad. Había hecho un cálculo como de unos $25 dólares semanales que tenía que gastar en materiales”, explica Ruiz.
“Había gente que tenía la ayuda de los papás, otros no; tenían que rebuscarse”.