Santiago Cruz Guevara, de 34 años, trabajaba como agricultor en Zaragoza. El sábado por la noche, salió como de costumbre a comprar unas pupusas, no sin antes avisar a su madre que regresaría pronto con la cena. “Mamá, ya vengo, voy a ir por unas pupusitas”, le dijo. Y esas fueron sus últimas palabras hacia ella.
“Viera que la mamá lo esperaba y esperaba anoche, y nunca llegó él, y fue cuando comenzaron a imaginarse lo peor”, manifestó un familiar al referirse a “Chaguito”, como era conocido el trabajador.
Santiago fue acribillado a unos metros de su casa ubicada en Hacienda Corinto, del cantón San Francisco, del municipio de Zaragoza.
De acuerdo con la Policía Nacional Civil el hecho ocurrió a eso de las 9:30 de noche tras una balacera, sin embargo el homicidio fue reportado a las 6:30 de la mañana de este domingo mediante llamada al sistema 911.
Agricultor salió a comprar pupusas pero en el trayecto fue acribillado por pandilleros
“Mamá ya vengo voy a ir por unas pupusitas” fueron las últimas palabras que Santiago Cruz Guevara de 34 años, dijo a su madre la noche del pasado sábado, minutos después fue acribillado a balazos por pandilleros que operan en Zaragoza.
La fuente policial agregó que, según lo comentado por la familia de la víctima, escucharon la balacera pero no salieron a ver al sector por temor a las pandillas, “al notar que ya no llegó por la noche, salieron a buscarlo ahora temprano y encontraron el cadáver”, reveló la Policía.
Cruz Guevara tenía varios impactos de bala de arma 30 milímetros, que le provocaron la muerte al instante, indicó la PNC.
Leer además: Agente antidroga es asesinado en cantón El Matazano, Santa Tecla
Hasta el momento las autoridades desconocen el motivo del crimen del muchacho, quien no estaba perfilado como marero. Sin embargo no dudan en atribuírselo a la pandilla 18 que delinque en la zona.
Un hombre colaborador y amigable
Chaguito era un joven amigable, bromista y muy trabajador, según una señora de 85 años que llegó hasta la escena a llorar la muerte del agricultor que le ayudaba año con año en sus cosechas.
“Ay cuanto siento la muerte de mi muchachito, el siempre me andaba ayudando con mis cultivos, siempre me sacaba de mis apuros con mi cosechita. Los buenos se van y los malos se quedan eso no puede pasar más”, dijo entre lágrimas la señora.
La familia pide justicia por la muerte del joven y esperan más controles policiales en el sector dominado por la mara 18.