“Los médicos dijeron que no podían hacer nada por mi hija”: padre de niña sobreviviente de dengue

Andrea llegó con shock multiorgánico al hospital Bloom, con pocas probabilidades de vida. La niña, originaria de Santa Ana, encarna parte de las deficiencias que hay en el sistema público de salud, incluso denunciadas por algunos especialistas.

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Foto EDH Ricardo Flores

Por Evelia Hernández

2019-01-19 6:27:11

Un mal diagnóstico llevó a Andrea, de cinco años, a sufrir un shock multiorgánico (falla de dos o más órganos), y estar ingresada en el hospital de niños Benjamín Bloom, con pocas posibilidades de vida.

El 25 de octubre, Andrea fue llevada a la unidad de salud comunitaria del cantón Natividad, en Santa Ana, con fiebre y dolor de cuerpo. El médico que la evalúo le dio tratamiento para combatir una infección en la garganta, y para descartar un dengue le mandó un examen de sangre y control dentro de 24 horas.

La niña regresó junto a su madre a casa, pero las fiebres, el vómito y el dolor de cuerpo no cesaron.

Los padres, Edgar Cabrera y Daysi de Cabrera, comentaron que realizaron a la niña un examen de sangre en un laboratorio privado, debido a que en la unidad de salud ya no estaba realizándolos porque tenían demasiada demanda y las pruebas eran enviadas al hospital San Rafael.

El 26 de octubre, volvieron a la unidad de Natividad, a donde nuevamente la evaluaron. Seguía con fiebre, y comenzó a sentir dolor abdominal. Con los resultados del examen, hecho en la clínica privada, descartaron dengue y la enviaron a la casa con el mismo diagnóstico: infección en la garganta.

“Lo que a mí me llamó la atención cuando ella (médico) agarró el examen, ella empezó a verlo, vi como que algo le llamaba la atención, me preguntó de dónde lo había sacado, cuánto me había costado. Examinó a la niña y me dijo, no tiene nada es lo mismo y me despachó”, explicó el padre de Andrea.

"Lo que ha pasado, por lo menos con los niños que llegaron al Bloom, es que primero han sido diagnosticados por otra cosa y tratados por otra enfermedad y se les retrasó su diagnóstico. Y cuando ya vinieron al Bloom vinieron complicados con muchas horas de estar en choques o incluso con diagnósticos diferentes al dengue"

Lourdes Dueñas, presidenta de Asociación de Infectología.

El sábado 27, al tercer día de los síntomas, el estado de Andrea preocupó aún más a sus padres, pues seguía con fiebres. Por ser fin de semana, la llevaron a Fosalud, ahí la niña fue diagnosticada con dengue y referida al hospital San Juan de Dios, de Santa Ana.

Ese día, la niña ya presentaba retención de líquidos y pérdida de funcionamiento de sus riñones, por lo que fue ingresada a la unidad de Cuidados Intermedios.

“Yo le pregunté a la doctora si le iban a dar medicina, y respondió que para eso no hay medicamento, solo hidratación y controlarle las fiebre. ‘Lo malo es que ustedes mucho se tardaron’, nos dijo. Yo le expliqué que la llevé a tiempo, lo único que me dijeron es que tenía una infección y me preguntó qué es lo que le habían dado y yo le dije que era la amoxicilina”, relató Edgar.

EDH/ Ricardo Flores.

Según comentó el padre de la niña, el domingo que llegó a la visita, la niña era irreconocible, tenía los pómulos inflamados. El día lunes, Edgar salió a trabajar y recibió una llamada de emergencia, solicitándolo en el hospital.

“Cuando yo entré al hospital, no me dejaron entrar a la sala. Estaban todos los papás afuera y yo miraba que los doctores entraban y salían. Cuando ellos habrían la puerta miraba que ella (niña) estaba en una camilla y estaba una muchacha dándole aire con una bomba. Luego se acerca una señora y me dice que la niña toda la noche se pasó quejando que no podía respirar”.

Edgar comenta que los pulmones de Andrea estaban llenos de líquido. “Mi hija parecía que estaba embarazada, con el estómago inflamado”, recordó.

La niña fue referida de Santa Ana al hospital Bloom, en la capital.

El caso de Andrea ocurre en el momento que había una incidencia de la enfermedad en la zona de Santa Ana. De los 276 casos que se confirmaron en la semana del 14 al 20 de octubre en el país, 215 ocurrieron en ese departamento.

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El mayor número de casos con dengue grave fueron reportados en el departamento de Santa Ana, según datos de los reportes del Ministerio de Salud. Además hay un alza del 114% en las hospitalizaciones por esa enfermedad.

Además, la tasa de dengue en Santa Ana era de 36.2, lo que significa que por cada 100 mil habitantes 36 habían padecido dengue.

Para ese momento, las autoridades de Salud, a través del Boletín Epidemiológico, informaron al personal médico un alza del 1,616 % de los casos confirmados de dengue grave; ya que el año pasado, en está época, solo se reportaban seis casos, mientras que este año, el registro es era 103 casos confirmados, con reporte de la semana 43(21 a 27 de octubre).

Andrea ya era parte de esos datos, de los infantes de cero a nueve años de edad, los más vulnerables ante el virus del dengue. Según los datos oficiales, en ese entonces había 185 casos confirmados en ese grupo de edades.

Para la doctora Lourdes Dueñas, presidenta de Asociación de Infectología, varios factores influyeron en la gravedad de los niños que padecieron dengue durante el 2018, entre estos la circulación del serotipo de dengue DENV-2, uno de los más agresivos, a juicio de la especialista. El virus del dengue tiene cuatro serotipos o variantes.

“Lo que ha pasado, por lo menos con los niños que llegaron al Bloom, es que primero han sido diagnosticados por otra cosa y tratados por otra enfermedad y se les retrasó su diagnóstico. Y cuando ya vinieron al Bloom vinieron complicados con muchas horas de estar en choques o incluso con diagnósticos diferentes al dengue, porque la gente que está manejando estos pacientes desconoce mucho de la enfermedad”, declaró la doctora, a inicios de enero.

Dueñas argumentó que, a raíz de los tres años de silencio en la que no hubo brotes de la arbovirosis dengue, chikunguña y zika, “los médicos jóvenes que están en las unidades de salud no han tenido capacitaciones o no vieron casos de dengue. Se les ha olvidado cómo manejarlos. A diferencia de los médicos que ya tenemos más años y más experiencias, si lo hemos vivido y lo sabemos reconocer”.

En octubre pasado, las voces del Colegio Médico y personal del Bloom denunciaban que en el departamento de Santa Ana ocurría una brote epidémico de la enfermedad, pero las autoridades argumentaban que, se reconocía el incremento de casos de dengue, pero que dentro del corredor endémico, el alza de casos los mantenía siempre en la zona de éxito.

Futuro incierto

La familia Cabrera no solo sufrió las consecuencias de un mal diagnóstico, también padeció las deficiencias del sistema de salud público desde el primer nivel de atención, en donde están las unidades de Salud; el segundo nivel, que incluye hospitales como el San Juan de Dios, y en el tercer nivel, donde están los servicios especializados, en este caso el Bloom, que en ese momento tenía falta de medicamentos, de acuerdo a denuncias de empleados y pacientes.

Edgar fue llamado porque Andrea tenía que ser trasladada de Santa Ana al hospital Bloom de emergencia. Era lunes, entre las 9:00 a.m. y 10:00 a.m., y el tiempo apremiaba. La única limitante era que en el San Juan de Dios había ambulancia, pero no había motoristas para trasladarlos.

“La doctora me dijo: ‘el tiempo es crucial porque su hija está grave y cada vez está peor. Gracias a Dios nosotros llamamos al Bloom y me la han aceptado. Ellos tienen una vacante. El problema es que tenemos ambulancia; pero no hay motorista’”, relató el padre de la niña.

 

Al estar expuestos por primera vez al zika, la población de Latinoamérica es vulnerable al virus y a sus secuelas. La alta cantidad de zancudos también facilita su transmisión.

Edgar manifestó que la niña no fue ingresada a la unidad de cuidados intensivos en Santa Ana. “La doctora me dijo que la niña estaba grave, que el tiempo apremiaba y no había atención. Pregunté porque no quisieron meterla a su unidad de Cuidados Intensivos y me respondió: ‘hicimos lo que pudimos y la niña no responde’”, agregó.

“La niña no entraba a la unidad de cuidados intensivos de Santa Ana porque ya había tenido un choque séptico, el corazón había dejado de funcionar y le habían puesto adrenalina para que siguiera palpitando, los pulmones se le estaban llenando de agua y los riñones se le detuvieron, tenía inflamación en el hígado y prácticamente se estaba inflando todo el cuerpo. Ellos calcularon que no iban a poder hacer nada y por eso la transferían al Bloom”, explicó.

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Según los doctores del hospital Bloom, los síntomas clínicos de los niños eran los de esa enfermedad. Infectólogos opinan que los casos no solo se concentran en niños, sino también en adultos.

Mientras se buscaba personal que los trasladara en la ambulancia, una persona se ofreció para manejar el automotor. “El señor entró a la sala y se me quedó viendo. Saquen a la niña rápido y empezaron a prepararla con un montón de maquinitas y la llevaron a la ambulancia”, recordó el padre.

Edgar relató que, durante el recorrido, solo veía pasar los carros y escuchaba el ruido de la sirena abierta de la ambulancia.

“Yo no sé que era él. Me dijo: ‘mi trabajo no es hacer esto, pero cuando yo estaba ahí alcancé a escuchar el problema que tiene su hija y yo me acordé de mis hijos. Yo tengo dos y créame que si yo tengo problemas yo quisiera que alguien me ayudara. Usted no se preocupe’”, recordó que fueron las palabras de aliento de aquel samaritano.

Dentro del relato, el padre trae a su memoria que en la zona de una maquila en Ciudad Arce lo esperaba otra ambulancia, en la cual hubo un intercambio de motorista.

Al llegar al Bloom, como a las 11:00 a.m., estaban médicos esperando la ambulancia. “Se subió un doctor y empezó a buscar signos a la niña (Andrea llevaba bajos los signos). Llamaron a otros doctores y estaban va de buscarle signos”, narró.

Andrea estuvo en Máxima Urgencia. Edgar recordó que, primero, fueron unos médicos jóvenes quien la atendieron y que se dieron las 8:00 de la noche cuando todo el equipo médico seguía intentando estabilizar a su hija. Solo escuchaba a médicos decir: “No funciona, eleve más”.

Minutos después, Andrea ya tenía sus signos vitales estables. “Logramos hacer que el corazón mantenga una frecuencia, la vamos a subir al segundo piso”, le dijo un médico a Cabrera.

Luego de la crisis, la niña pasó ocho días en la Unidad de Cuidados Intensivos con choque séptico, su corazón no latía por sí solo y los pulmones los mantenía llenos de agua.

En casos raros, el zika, dengue y chikunguña pueden provocar encefalitis y otras afectaciones al sistema nervioso.
En casos raros, el zika, dengue y chikunguña pueden provocar encefalitis y otras afectaciones al sistema nervioso.

El padre se mantuvo en el hospital, pues los médicos le pidieron que no se retirara porque el diagnóstico de la niña era reservado. Edgar comentó que entre los niños que ocupaban la Unidad de Cuidados Intensivos, Andrea era la que tenían menos probabilidad de vida.

Con sólo un 5% de probabilidad de vida, Edgar tuvo que mantenerse entre la incertidumbre y el paso de la horas, esperando la recuperación de su tercer hija.

Durante los 21 días que los padres de Andrea pasaron el Bloom esperando que la niña amaneciera un día más, con signos vitales estables; en ese lapso varias personas se acercaron a animarlos y mostrarles sus buenos deseos, entre enfermeras, médicos y padres que se encontraban en igual situación, recordaron Edgardo y Daysi.

El padre manifestó que aún había médicos que le reprochaban por qué se tardó en buscar asistencia para su hija, por lo que tuvo que insistir en que el error fue de los doctores de la unidad de salud, no de ellos. Recordó que los médicos se preguntaban qué pasaba en Santa Ana, pues ese día ingresaron cuatro niños con dengue y otros tres habían fallecido.

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Los fallecidos por la enfermedad son menores de diez años y provienen del departamento de Santa Ana.

Edgar se siente agradecido con los médicos que se empeñaron en mantener con vida a su hija, pues Andrea es una de la niñas que logró salir de un choque multiorgánico, producto de un dengue grave.

Andrea pudo haber sido una cifra más de las siete muertes de infantes a causa del dengue, ocurridas el año pasado, en el departamento de Santa Ana.

“Ella tuvo un compañerito a la par que trataron de despertar una semana y no lo lograron porque el daño cerebral había sido tan grave”, explicó.

Cuando Andrea salió de la UCI, los médicos le dijeron que la niña tendría secuelas y que era probable que sufriera daño cerebral. Una resonancia que le practicaron reveló que parte de su cerebro fue afectado.

Cuando salió de Cuidados Intensivos, los doctores dijeron que la recuperación era solo cuestión de tiempo, pero continuó presentando complicaciones estando en internada. La mamá relató que la niña convulsionaba hasta tres veces al día.

Actualmente, Andrea se encuentra en control con el neurólogo para conocer si han quedado secuelas sobre el choque que sufrieron sus órganos.

Los médicos, también, dijeron a los padres de Andrea sobre la posibilidad que la niña padezca insuficiencia renal.

Andrea salta, canta, corre y guarda el entusiasmo de una niña de cinco años. Los padres de la menor no actuarán legalmente sobre el mal diagnóstico que le dieron a su hija y que por poco le quita la vida.

“Nosotros queremos que con esto, tanto los padres, como las autoridades de Salud, pongan cuidado en el momento que los niños están enfermos. Nosotros sabemos que como seres humanos cometemos errores, pero se debe prestar mayor atención en la salud, más si es un niño”, dijeron los papás de Andrea.

Autoridades de la Dirección de Vigilancia Sanitaria manifestaron que el serotipo de Dengue que se mantiene circulando desde el 2018, es el DEN-2, que es el virus con mayor capacidad de matar y produce el dengue grave. Además de indicar que se debe estar atento a los síntomas “La confusión del diagnóstico de las enfermedades de dengue es algo que considerar por la sintomatología de la enfermedad febril es muy similar a un proceso gripal”, aseguró José León Claros, coordinador de Estrategia de Gestión Integrada de Arbovirosis del Ministerio de Salud.

La Organización Mundial de la Salud (OPS) en su alerta emitida el 21 de noviembre de 2018, expone que si no se aplican intervenciones oportunas para controlar la proliferación del vector, el zancudos Aedes Aegypti, podría haber un incremento de casos este año, cuya magnitud dependerá de la intensidad y efectividad de las medidas de prevención y control implementadas por los diferentes entes de salud.

Según los especialistas del Ministerio de Salud, con base a los reportes el serotipo DEN-2 permanece circulando, sumado al desplazamiento de zika y chikunguña puede agravar el estado del paciente que sufre alguna enfermedad provocada por el zancudo, por lo que hicieron el llamado a que se recurra a los establecimientos de salud, en estado febril.

El comportamiento de las arbovirosis (chikunguña, zika y dengue) para el 2019 por el momento están dentro del rango normal. En cuanto al dengue hasta el 12 de enero el reporte presenta 2 casos probables de dengue comparado con las 4 del 2018. Las hospitalizaciones por dengue este año van a la alza con 82 casos, comparados con las 32 hospitalizaciones en el 2018.