De la lotería de Atiquizaya se dice que es la más decente y honrada de toda la República y aunque no es apta para todo público, se volvió icono cultural popular que identifica a este municipio ahuachapaneco desde hace más de seis décadas.
Y la cantan como se debe, con gracia, con picardía, con chabacanada, con esa punzada de jayanada salvadoreña que a muchos entretiene y divierte, y que a tantos otros espanta, escandaliza y los obliga a censurarla, al menos para sus propios oídos ( pero esto no es un tratado sobre lo debido y lo indebido) así que como la canta el Catracho: “fuera manos va pelota cabr%#$… ¡y no se coman el maíz que está envenenado!”.
El Catracho es Carlos Toledo, pero en el pueblo le conocen más por el apodo. Y él es el único que aún canta la lotería de Atiquizaya como fue “escrita”, con irreverencia y mucha gracia.
Aunque nadie da cuenta de que fuera en algún momento escrita, de voz en voz fue transmitida y cada uno que la ha ido cantando le ha puesto su contribución, cambiando ciertas palabras para que rimen con el nombre de la ficha.
El Congo es cuna de esfuerzo, superación y altruismo
Carla, Lorena e Israel son tres personas que se dedican a engrandecer el municipio.
“¿Cómo quieren que se las cante, con chile o sin chile?”, pregunta el Catracho.
“¡Con chile!”, le responden los turistas.
Es entonces cuando comienzan los versos populares, las rimas, algunas tan fuertes que hay señoras que se ponen coloradas al escucharlas y señores que hasta tosen de tanto reír.
“Un pescador pescaba / y pescaba de noche y de día / si tú fueras pez vida mía / cuántas noches yo te pescaría… ¡el pescado!”, recita (esta es versión para todo público, la versión con chile lleva ingenio y picardía en doble sentido, que arranca carcajadas).
En San Pedro Masahuat está el único club de esgrima de Latinoamérica que entrena entre potreros
Entre medio de las montañas que circundan al pueblo de San Pedro Masahuat, en La Paz, un grupo de niños y jóvenes se reúne en las tardes para entrenar en un claro del bosque. Blandean espadas y se lanzan al combate.
Así, sigue moviendo la góndola el Catracho, sacando bolitas, cantando, mientras el público llena los cartones y hasta que alguien grita ¡lotería!.
La alcaldesa Ana Luisa Rodríguez de González reconoce que la lotería de Atiquizaya es parte del patrimonio cultural, uno muy reconocido que atrae turistas. “El turista viene y pregunta por la lotería, la pícara”, dice la alcaldesa.