El cobarde asesinato de un anciano por defender a su hijo en Sensuntepeque

Un comando armado mató al anciano cuando este intentó con su corvo evitar que se llevaran a su hijo con quien trabajaba la tierra.

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Por Jorge Beltrán

2019-01-11 9:09:32

San Lorenzo y San Matías, dos cantones de Sensuntepeque, Cabañas, fueron golpeados duramente por la violencia durante 2018. La masacre de tres hombres que trabajaban como corraleros en una propiedad ganadera derivó en que la Policía enviara una fuerza de choque a ambos cantones.
Los pobladores de esos cantones dijeron sentirse confiados en que los policías conocidos como Jaguares, les darían tranquilidad.

Pero justamente dos meses después de aquel triple asesinato, la violencia volvió a ensombrecer la tranquilidad de los campesinos: dos hombres, padre e hijo, fueron brutalmente asesinados el miércoles anterior en el caserío San Juan Bautista, del cantón San Lorenzo.

 

 

José Santos Romero, de 68 años, e Isaías Romero, de 27, casi terminaban su faena en recoger la cosecha de maicillo cuando un grupo de entre seis y ocho hombres armados, llegaron al lugar y con amenazas, le echaron mano al joven.

José Santos, al percatarse de que a su hijo se lo llevaban rumbo a unos matorrales, quiso evitarlo pero el grupo armado le asestó siete balazos. Y siempre se llevaron a Isaías.
A la familia de los dos trabajadores les avisaron como a las 3:00 de la tarde del mismo miércoles, que José Santos había sido asesinado.

Por más que buscaron a Isaías, éste no fue encontrado ni vivo ni muerto. Policías y vecinos del lugar participaron en la búsqueda.

Fue hasta el jueves por la tarde que el cadáver de Isaías apareció en un lugar donde el día anterior ya habían buscado, según comentaron familiares.

El cuerpo presentaba señales de tortura como golpes con cachas de pistola, heridas en la espalda con arma cortopunzante y diversos moretones.

Advertencia ignorada

Las dos víctimas vivían en una colonia de la periferia de Sensuntepeque, ciudad que tiene bastante presencia de la Mara Salvatrucha (MS-13) pero desde hace seis años hacían sus propios cultivos en el caserío San Juan Bautista.

Hace unos tres meses, José Santos comentó a su familia que un hombre mayor se la había acercado para decirle que no estuviera llevando a sus hijos a ese lugar (donde cultivaban) porque podrían confundirlos con pandilleros.

La advertencia fue tomada en serio. Sin embargo, levantar la cosecha de maíz y maicillo no era una tarea que José Santos podía hacer solo a sus 68 años. La familia asegura que a Isaías le gustaba trabajar la tierra y confiando en que iba a trabajar y no a ocasionar problemas, el miércoles decidió ayudar a su padre.

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La Policía envía fuerza de choque a cantones peligrosos de Sensuntepeque

“Muerto el niño, a tapar el pozo”, reza un refrán. Solo después de una masacre, la Policía mandó a su fuerza de choque a un sector rural de Sensuntepeque, departamento de Cabañas, para anular el poder que la MS-13 ha cobrado en ese sector a fuerza de asesinatos.

“Solo para que les pasara esto. Ha sido una muerte injusta porque ellos eran trabajadores”, dijo la esposa y madre de ambas víctimas.
Isaías estaba acompañado y deja en la orfandad a una niña de dos años.

Si bien en la colonia donde las víctimas residían existe presencia de pandilleros de la MS-13, la madre y demás familiares negaron que Isaías tuviera vínculo con cualquier grupo criminal.
De momento, los sobrevivientes han decidido que no volverán más al lugar; dejarán que el maicillo se pierda, a menos que la Policía les ayude dándoles seguridad .

“Ellos eran muy trabajadores; ya habían logrado recoger toda la cosecha de maíz. No entiendo por qué les hicieron esto si tenían años de ir a trabajar a ese lugar y nunca les había pasado nada”, recalcó un familiar.

Conocidos de las víctimas dijeron que hubo gente que vio cuando el grupo armado llegó donde padre e hijo estaban trabajando.

Trascendió que un hombre se acercó a contar lo que vió el día que mataron al señor y cómo se llevaron al joven. Y que cuando le preguntaron que si había conocido a alguno de los atacantes, dijo que no quería problemas y se retiró del lugar, afirmó un vecino del lugar.

“Dijo que no quería que ni la policía ni la fiscalía le preguntaran nada. No sabemos si andaban uniformados o de civil; si andaban con los rostros cubiertos o descubiertos”, agregó.

Igual, la familia de ambas víctimas dice que aunque consideran que a sus parientes los mataron injustamente quien quiera que haya sido, lo único que esperan es que la justicia divina se encargue de los asesinos.

¿Grupos de exterminio o rivalidades entre pandillas?

El mismo miércoles que mataron a José Santos y a Isaías, en otro cantón de Sensuntepeque, dos hermanos, de 19 y 17 años, fueron asesinados por un grupo de hombres armados que llegó hasta la casa de las víctimas y los acribilló.

Fernando Esteban y Ricardo Antonio Cruz Aguirre fueron asesinados a las 6:30 de la tarde en el caserío El Potrero del cantón Trinidad, al norponiente de Sensuntepeque.

De acuerdo con fuentes policiales, no se ha establecido que los jóvenes tuvieran vínculos con pandillas. Tanto en este caso como el del asesinato del padre e hijo en el cantón San Lorenzo, no se descarta ninguna hipótesis.

En los últimos meses, en Sensuntepeque, San Isidro e Ilobasco han sido escenario de un aumento en las muertes violentas a causa del accionar de pandillas que se han desplazado a las zonas rurales de esos municipios para evitar ser capturados, indicaron fuentes policiales.

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Mujer y su hijo son asesinados en Sensuntepeque, Cabañas

La escena es procesada para determinar el móvil del doble crimen.

Esas mismas circunstancias han hecho que algunas personas se hayan organizado para defenderse ante la ausencia de patrullajes policiales. “De nada sirve que los policías pasen en los carros por la calle si los muchachos (pandilleros) solo se van a esconder y al ratito salen nuevamente a molestar”, se quejan los residentes de San Matías y San Lorenzo, dos lugares donde las principales actividades económicas son la agricultura y la ganadería.

Temor a que continúen los homicidios y la impunidad

De los 12 homicidios cometidos entre enero y principios de noviembre de 2018, fuentes policiales vinculadas al área de investigaciones de la Policía, aseguran que no hay capturas por ninguno de esos casos.

“La verdad es que no recuerdo que se haya hecho capturas por alguno de esos homicidios que usted menciona en esos cantones”, explicó el informante.

Y es precisamente ese el temor que sienten habitantes de San Matías y San Lorenzo: que los asesinatos continúen igual que el año pasado y que nunca se esclarezca nada sobre los responsables.

En la mañana del 8 noviembre del año que recién pasó, en el cantón San Matías, Jorge Luis Velásquez fue asesinado a primeras horas del día cuando se disponía a recoger su cosecha de frijoles.

Jorge Luis era un líder comunal que colaboraba mucho con la alcaldía de Sensuntepeque y trataba de prevenir la violencia involucrando a los jóvenes en actividades deportivas, fútbol.
Pero a poco más dos meses de cometido el crimen, no hay ningún avance en la investigación. Fuentes policiales aseguran que los hechores fueron miembros de la MS-13 pero no pueden señalar a alguien en particular.

Lo mismo ha ocurrido con los asesinatos de José Rolando Calles Velásquez (primo de Jorge Luis, el líder comunal), José Adolfo Vásquez Velis y José Fernando Alemán, cometidos el 12 de noviembre.
De los tres, el primero había pertenecido a un grupo de pandillas pero los mismos policías de Sensuntepeque afirmaron que se había retirado desde hacía varios años.

Los tres hombres fueron asesinados mientras dormían cerca del establo donde trabajaban cuidando y ordeñando vacas.

Los últimos cuatro asesinatos registrados en el cantón Trinidad y San Lorenzo han puesto en ascuas a los habitantes de esos lugares quienes pidieron a las autoridades más esfuerzo para conjurar el peligro de que este año sea igual o peor en violencia que el 2018.

Aunque el grupo policial de choque (los Jaguares) mantienen su base en el cantón San Matías, los habitantes piden a las autoridades hacer un mayor esfuerzo en el tema de seguridad.